Chocan EE.UU. y China en acto de la ONU contra el racismo
Se acusan de parte y parte en una sesión especial de la Asamblea General por el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Naciones Unidas. Estados Unidos acusó el viernes a China de cometer “genocidio y crímenes de lesa humanidad” contra musulmanes uigures y otras minorías, y Beijing respondió acusando a Washington de discriminación, odio “e incluso del salvaje asesinato personas de ascendencia africana y asiática”.
El enfrentamiento se produjo durante el acto de la Asamblea General de Naciones Unidas por el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial y estuvo provocado por el discurso de la embajadora de Estados Unidos, Linda Thomas Greenfield, quien en su intervención por videoconferencia habló sobre ser descendiente de esclavos, criarse en el segregado su del país y de sobrevivir al racismo, incluyendo el uso de insultos sobre el color de su piel.
El incidente ocurrió luego de que altos funcionarios de ambos países cerraran dos días de tensas conversaciones, las primeras en persona desde que Joe Biden llegó a la Casa Blanca. En unas raras declaraciones públicas, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el ministro chino de Exteriores, Wang Yi, intercambiaron opiniones muy diferentes sobre el país rival y el mundo.
Thomas-Greenfield fue inusualmente sincera sobre la historia de su país y señaló que la “esclavitud es el pecado original de Estados Unidos”.
“Ha entretejido la supremacía blanca y la inferioridad negra en nuestros documentos y principios fundacionales”, señaló la embajadora, añadiendo que la esclavitud ha existido en todo el mundo “y lamentablemente sigue existiendo hoy”, lo mismo que ocurre con el racismo, que “sigue siendo un desafío diario dondequiera que estemos”.
Para millones de personas, afirmó, llega a ser letal, como en Myanmar, donde los musulmanes rohinya y otros “han sido oprimidos, abusados y asesinos en grandes números”.
“O en China, donde el gobierno ha cometido genocidio y crímenes de lesa humanidad contra uigures y miembros de otras minorías étnicas y religiosas en Xinjiang”, afirmó Thomas-Greenfield.
El embajador adjunto chino ante la ONU, Dai Bing, que no estaba en la lista inicial de oradores, tomó la palabra casi al final del acto para rechazar lo que calificó de acusación políticamente motivada de Estados Unidos, que describió como “un acto de propaganda de rumores de principio a fin, una mentira descarada”.
Además, el diplomático acusó a Washington de interferir en los asuntos internos chinos y señaló que “las mentiras son solo mentiras y la verdad prevalecerá”.