Delatar al vecino del que sospecha que ha contraído COVID-19 y llevarse 10 mil yuanes ($1,492) como recompensa es parte de las prácticas que se están incentivando en China para cortar la cadena de contagios.

Ésta se realiza sobre todo en los sectores rurales, como el condado de Jingxiu en la provincia de Hebei. Allí, las autoridades sanitarias presumieron hace unas semanas de su nuevo “sistema de castigos y recompensas” para que los residentes delataran a “aquellas personas que no hayan informado, como se requiere, de su entrada a la localidad”.

“Quien dé pistas al Gobierno de contagios sospechosos y finalmente se confirmen como casos positivos, recibirá una recompensa de 10 mil yuanes”, dice una de las circulares de las autoridades locales.

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Agrega que “hay que buscar a todos esos contactos cercanos, a los subcontactos, a quien deba estar en aislamiento y no lo esté o a quien haya entrado en el condado sin informar o sin un código QR de salud válido. Si los encuentra, recibirá su recompensa”. La misiva también insta a estar alerta por si se celebran bodas y funerales sin avisar.

Hace unos días en Chendai, una aldea de la provincia de Fujian, el señor Xie se embolsó 5 mil yuanes (746 dólares) por “consolidar la participación de las masas en la lucha contra el covid”. Xie denunció a su vecino Huang, quien viajó al pueblo desde Foshan –en la provincia aledaña de Cantón– en vehículo “sin informar de su regreso”.

Amnistía Internacional

Según alertan varios gobiernos locales de China, quienes sean castigados deberán rendir cuentas según la ley, que prevé prisión de hasta tres años para quien, “en violación de las regulaciones impuestas por los departamentos sanitarios, cause la transmisión de virus infecciosos”, y de tres a siete si la propagación es grave.

No obstante, para casos como ocultar un itinerario de viaje, “se aplica otra legislación de seguridad pública, que incluye hasta 10 días de detención administrativa”, explica a EFE una abogada local experta en esta materia.

Indica a EFE que no es raro que la administración china recompense la delación: “Son iniciativas, por ahora, a nivel muy local. El Gobierno debería asegurarse de que las denuncias no se hacen de forma indebida y que tienen un alcance y plazo limitados. También debería ser capaz de demostrar si estas medidas se alinean con los estándares más actualizados y científicos de los derechos humanos”.

China, aferrada a una estricta política de “cero covid”, lleva más de tres meses lidiando con rebrotes de la variante ómicron.