Bolsonaro califica al coronavirus de “gripecita” y critica el confinamiento
En Brasil ya se han registrado 46 muertes y 2,201 casos positivos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Brasilia. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, pidió este martes que el país deje atrás el "concepto de tierra arrasada" ante el coronavirus y dijo que no hay razón para confinar a la población por lo que volvió a calificar de "gripecita".
"El virus llegó" y "en breve pasará", manifestó el líder de la ultraderecha brasileña en un pronunciamiento trasmitido en cadena de radio y televisión, en el que subrayó que la "vida debe seguir", los "empleos tienen que ser mantenidos" y el "ingreso de las familias tiene que ser preservado".
Bolsonaro volvió a criticar las medidas adoptadas por algunos gobernadores del país, que como en el estado de Sao Paulo desde este mismo martes han declarado en cuarentena a toda la población, y se plantó contra "la prohibición del transporte" y el "confinamiento en masa" para contener a la COVID-19.
"No hay por qué cerrar escuelas", cuando "en el mundo" los más afectados por la pandemia son las personas mayores de 60 años, dijo el mandatario el día que el número de muertes en el país a causa del coronavirus llegó a 46, con 2,201 casos.
"En mi caso particular, en el caso de que fuera contagiado, no precisaría preocuparme, porque sería una gripecita, un resfriadito", apuntó Bolsonaro, quien el pasado sábado cumplió 65 años y está así en los considerados como grupos de riesgo.
"El 90 % de nosotros no tendremos ninguna manifestación si nos contagiamos", apuntó el gobernante, quien pidió a los brasileños que sientan algún síntoma que tengan una "especial preocupación para no transmitir el virus".
Según el presidente, su Gobierno está adoptando todas las medidas necesarias para proteger a la población, pero sin la "histeria" y el "pánico" que, a su juicio, esparcen en el mundo "algunos medios de comunicación".
También, subrayó que "el mundo busca un tratamiento para la enfermedad" y que en Brasil y en otros países "se busca comprobar eficacia de la cloroquina", usada para tratar la malaria y otros males y sobre la cual aseguró que existen "noticias positivas".
Como ocurrió durante los últimos días por la noche, en muchas ciudades del país el pronunciamiento de Bolsonaro fue acompañado por sonoros cacerolazos, organizados en las redes sociales por personas que protestan casi a diario por el menosprecio del gobernante frente a la pandemia.