La Paz. Con mascarillas y cumpliendo el distanciamiento, indígenas aymaras saludaron con los primeros rayos del sol del domingo el Año Nuevo Andino en Bolivia. Pidieron salud para sus pueblos y que se pueda detener la pandemia del nuevo coronavirus que golpea con fuerza la nación andina.

Los sacerdotes aymaras realizaron por la madrugada ritos a la Pachamama (Madre Tierra) e hicieron sus exhortaciones en un acto con reducida asistencia debido a las restricciones que rigen por la crisis sanitaria.

Los primeros rayos del sol fueron esperados por los sacerdotes con un distanciamiento de un metro y medio en un cerro que está ubicado entre las ciudades de La Paz y EL Alto.

La celebración del Año Nuevo Andino 5,528 —llamada también willkakuti (retorno del sol en aymara)— tiene rango de fiesta nacional en Bolivia y es celebrada con el nombre de Inti Raymi (fiesta del sol en quechua) en países vecinos.

Las Naciones Unidas mediante una resolución el año pasado declaró al 21 de junio como “Día Internacional de Celebración del Solsticio”.

“Este ritual es para recibir las energías positivas, para pedir que todo lo malo se vaya”, dijo un sacerdote andino mientras roseaba con alcohol la fogata que encendieron. “Que podamos vencer al coronavirus, y salud para todos”.

Ante las restricciones de movilidad por la pandemia, las alcaldías de La Paz y la vecina ciudad de El Alto efectuaron transmisiones en vivo por las redes sociales de los reducidos actos con el fin de que miles de personas los siguieran. Igual hicieron canales televisivos locales. Este año Tiwanaku, el escenario que suele acoger la mayor participación, no registró actividades.

Bolivia enfrentaba un aumento de los casos de coronavirus. En el último reporte del Ministerio de Salud los contagios alcanzaron más de 1,000 en un día, el más alto desde el inicio de la pandemia hace más de tres meses. Hasta el momento, el total de contagios era de 23,512 y 740 decesos.

El país batalla con la crisis en medio de sistemas de salud saturados, quejas de varias regiones porque aseguran que no llegan los materiales para realizar pruebas a fin de detectar tempranamente la enfermedad. Las regiones orientales de Santa Cruz y Beni continúan siendo las más golpeadas, seguido de La Paz y Cochabamba.