Las redadas en diversos puntos de Bruselas culminaron una tensa jornada en la que centenares de soldados patrullaron las calles mientras las autoridades buscaban a uno o más extremistas, incluyendo Salah Abdeslam, huido desde que fue nombrado sospechoso por los ataques del pasado 13 de noviembre de París.

El gobierno belga decidió mantener el estado de máxima alerta en el inicio de la semana laboral tras lo que describió como una "grave e inminente" amenaza, lo que impedirá el regreso a la normalidad en la ciudad sede de las principales instituciones de la Unión Europea.

El fiscal federal Eric Van Der Sypt dijo el que domingo se efectuaron 19 registros en Molenbeek, donde residían muchos de los atacantes de París, y en otros vecindarios de la capital. En Charleroi tuvieron lugar otras tres operaciones. Abdeslam no estaba entre los detenidos. Van Der Sypt dijo que no se hallaron armas ni explosivos.

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El ministro belga del Interior, Jan Jambon, dijo en declaraciones a la televisora belga RTL, que Abdeslam "debe tener mucho apoyo en nuestro territorio. Este es el motivo por el que los registros que se están realizando en este momento son importantes".

La policía efectuó dos disparos contra un auto que se acercó a unos agentes mientras registraban un bar en Molenbeek, dijo Van Der Sypt. El coche huyó pero fue hallado más tarde en Bruselas, y la persona herida que iba en el interior fue arrestada. Por el momento se desconoce si tiene algún vínculo con la investigación de los ataques de la capital gala.

Varios de los asaltantes de París habían vivido en Bruselas, incluyendo Abdelhamid Abaaoud, el supuesto cerebro de la operación que fue asesinado el miércoles en un enfrentamiento con la policía francesa. La policía emitió una nueva petición para identificar a un tercer atacante muerto en el asalto al estado Stade de France. Las autoridades publicaron una foto del hombre en Twitter pidiendo información que ayude a conocer su identidad.

Francia ha intensificado su campaña de bombardeos aéreos en Siria y el ministro galo de Defensa, Jean-Yves Le Drian, dijo que el portaaviones Charles de Gaulle, que fue enviado al Mediterráneo para ayudar a combatir al autoproclamado Estado Islámico, estará "operativo" desde el lunes y "listo para actuar".

Francia ha ampliado tres meses el estado de emergencia, que permite realizar registros policiales, búsquedas y arrestos domiciliarios sin necesidad de autorización judicial. París aumentó además el sábado una prohibición para celebrar manifestaciones y otras concentraciones hasta el 30 de noviembre, cuando comenzará en la ciudad una cumbre del clima de Naciones Unidas a la que asistirán más de 100 jefes de estado.

El grupo extremista Estado Islámico reivindicó la autoría de los ataques del pasado 13 de noviembre en París, que causaron 130 muertos y centenares de heridos, además de los atentados suicidas de Beirut — 43 fallecidos y más de 200 heridos — y el derribo de un avión de una aerolínea rusa con 224 personas a bordo sobre la península del Sinaí. Todos estos incidentes se registraron en el último mes.

Cameron y el presidente francés, François Hollande, que se reunieron en París, realizaron una tranquila visita a la sala de conciertos Bataclan de París, escenario del peor de los ataques que sacudieron la capital parisina hace diez días.

Gran Bretaña lleva a cabo ataques aéreos contra la milicia radical en Irak, pero Cameron lleva tiempo buscando una ampliación del mandato para incluir objetivos en Siria. Pero tras hacer perdido una votación sobre el tema hace dos años, su gobierno se ha mantenido reacio a convocar otra consulta hasta estar seguro de ganarla.