El arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, afirmó que la beatificación de monseñor Oscar Arnulfo Romero “representa el comienzo de un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia que peregrina en América Latina y en todo el continente americano”, justo en los albores de la era que el catolicismo denomina “milenio de la nueva evangelización”.

El religioso puertorriqueño planteó que Romero, aunque era consciente de las consecuencias de sus palabras y acciones, no temió al defender a los pobres de la opresión. Precisó que, por eso, su vida es modelo de santidad.

Romero fue beatificado el sábado, en una solemne y multitudinaria ceremonia en El Salvador, justo en la ciudad donde fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba una misa en tiempos turbulentos, cuando sectores acaudalados y poderosos de la población procuraban aferrarse al poder político a toda costa.

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“Percibí que este pueblo confía en la Iglesia porque confiaron en el nuevo beato que derramó su sangre por ellos. Queda mucho por hacer para crear un mundo justo y equitativo. Pero no nos podemos desanimar. El Beato Romero es nuestro modelo en esta misión de la Nueva Evangelización”, subrayó González Nieves al destacar que le emocionó contemplar una multitud de personas unidas en oración y alegría.

González Nieves destacó que el Beato Romero “había entregado todo su ser, toda su voluntad y toda su vida, incondicionalmente, a Jesús”, y por eso no vaciló en su defensa a los marginados. Además, observó que su ejemplo “enseña que la doctrina social de la Iglesia es de suma importancia en nuestros días, donde las desigualdades crecen entre los que viven dignamente y los que no gozan de una vida digna y justa, y no sólo entre las personas sino entre los países”.

El líder católico recordó que, al visitar San Salvador, pudo concelebrar misa en el altar donde el Beato Romero fue asesinado, y la experiencia lo conmovió. “Besar el altar que acogió su sangre, y pisar el suelo que fue bañado por su sangre, me tocó profundamente”, dijo al explicar que también sirvió para reafirmar sus convicciones de justicia social y valores cristianos.

El Arzobispo de San Juan se mostró confiado en la eventual canonización del religioso salvadoreño.

Por su parte, el padre Pedro Ortiz destacó el énfasis que Romero dio a discutir el tema de “la injusta distribución del dinero”, y sostuvo que sus ideas deben servir hoy de reflexión a los residentes en Puerto Rico.

“Pienso que la mala distribución de riquezas en nuestro sistema de gobierno actual, y en consecuencia, la crisis social y fiscal en la que tienen inmerso al pueblo es fundamentalmente una cuestión ética que no estamos evaluando debidamente”, dijo Ortiz, quien este domingo ofició una Misa de Pentecostés por la Sanación de Puerto Rico.

“Pido a Dios que nosotros, como pastores, asumamos de manera radical la realidad que vive el país y convoquemos al compromiso y esperanza todos los días de nuestra vida”, abundó el sacerdote.

La beatificación de Romero también fue elogiada el sábado por grupos políticos en la Isla como el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), que considera que “Romero es el ejemplo más elocuente, comprometido y solidario del cristiano dispuesto a ofrendar, incluso su vida, por la paz y la justicia social”, y que “su ejemplo va más allá de las fronteras salvadoreñas, y lo transfigura en símbolo de toda nuestra América”.