Autopsia revela que policía partió el cuello de salvadoreña en México durante arresto
La rabia crecía en las redes sociales y el mismo lunes ya estaban convocados sendos actos de protesta en Tulum y la Ciudad de México bajo el lema #JusticiaParaVictoria.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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A la salvadoreña Victoria Esperanza Salazar, que vivía desde hace años en México con visa humanitaria, la policía de una turística localidad del Caribe mexicano le partió el cuello, confirmaron el lunes las autoridades, multiplicando la indignación en ambos países.
Las imágenes de Salazar boca abajo, esposada y con la rodilla de una mujer policía en su cuello en Tulum que fueron divulgadas durante el fin de semana en redes generaron fuertes condenas tanto en México como en El Salvador y que los detalles periciales solo incrementaron.
En el vídeo, se podía observar a la mujer en el suelo junto a un coche policial, sus pies desnudos agitándose antes de que su cuerpo, ya cadáver, fuera colocado en una patrulla. Dos personas pasaban al lado en bicicleta. Había puestos de comida a solo unos metros.
La necropsia concluyó que había “una fractura en la parte superior de la columna vertebral producida por la ruptura de la primera y segunda vértebra lo que provocó la perdida de la vida de víctima”, dijo en un vídeo Oscar Montes de Oca, fiscal general de Quintana Roo, el estado donde se encuentra Tulum.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dijo sentir “vergüenza” por lo ocurrido el sábado en el enclave turístico que no dudó en calificar de asesinato y garantizó que no habrá impunidad. Su colega salvadoreño Nayib Bukele pidió justicia y prometió ayuda a las dos hijas de la víctima.
Los videos que circulan en redes no muestran lo que ocurrió antes de que Salazar fuera sometida y las autoridades no lo han aclarado.
Las imágenes, editadas, tampoco dejan claro cuánto tiempo paso la mujer tendida en la calle con los agentes hablando a su lado en aparente calma. Luego muestran cómo el cadáver es subido a otra patrulla.
La rabia crecía en las redes sociales y el mismo lunes ya estaban convocados sendos actos de protesta en Tulum y la Ciudad de México bajo el lema #JusticiaParaVictoria.
Según el fiscal, las lesiones “son compatibles y coinciden con las maniobras de sometimiento que se aplicaron a la víctima durante el proceso de su detención” y demuestran que hubo un uso “desproporcionado” de la fuerza por lo que se inició el proceso contra los cuatro agentes involucrados, tres hombres y una mujer, por el delito de feminicidio.
Justo antes de que se divulgara el resultado de la autopsia, López Obrador no dudó en asegurar durante su conferencia matutina que Salazar “fue brutalmente tratada y asesinada”.
“Es un hecho que nos llena de pena de dolor y de vergüenza”, subrayó. “Se va a castigar a los responsables, ya están en proceso de ser enjuiciados, no habrá impunidad”.
Bukele explicó en sus redes sociales que Salazar era una salvadoreña con dos hijas que vivía en México desde hace unos años con una “visa humanitaria” y “fue asesinada brutalmente por agentes de la policía”.
Su hermano, René Olivares, de la localidad salvadoreña de Sonsonate, dijo a un medio local que Salazar trabajaba en un hotel de Tulum y vivía con sus dos hijas adolescentes. El lunes tenía previsto un encuentro con funcionarios de la cancillería en San Salvador y no quiso hacer comentarios de forma inmediata.
“Veo a miles de mexicanos indignados, exigiendo justicia para nuestra compatriota. Ellos están igual de indignados que nosotros”, dijo el presidente Bukele a través de su cuenta oficial de Twitter. “Que no se nos olvide que no fue el pueblo mexicano quien cometió este crimen, sino unos criminales en la policía de Tulum”.
“Solo pedimos justicia”, añadió tras anunciar que el gobierno se encargaría de la manutención y estudios de las dos hijas de Salazar.
Los vídeos sobre la muerte de la salvadoreña recordaron la de George Floyd en Minneapolis en 2020 que provocó violencias protestas y manifestaciones contra el racismo en Estados Unidos.
Floyd, un hombre negro, murió después de que un policía blanco le pusiera su rodilla en el cuello durante unos nueve minutos, incluso cuando a Floyd se le veía desfallecer.
No es la primera vez que policías del estado de Quintana Roo están en la mira por abusos policiales.
En noviembre, en Cancún, una manifestación convocada por un feminicidio fue disuelta a tiros por las autoridades, una actuación que provocó tres heridos, al menos una denuncia por violación y varias acusaciones por detenciones irregulares. El jefe de la policía local fue retirado de su cargo y las autoridades iniciaron una investigación por lo sucedido.