La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a los trastornos del espectro autista (TEA) como un grupo de afecciones diversas que se caracterizan por algún grado de dificultad en la interacción social y la comunicación.

Otras características que presentan son patrones atípicos de actividad y comportamiento; por ejemplo, dificultad para pasar de una actividad a otra, gran atención a los detalles y reacciones poco habituales a las sensaciones.

La doctora Tamesi Galdámez, especialista en psiquiatría y vicepresidenta de la Asociación Psiquiatras Salvadoreños por la Salud Mental (APSAM) explica que el autismo es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por dificultades para la comunicación social y la presencia de intereses restrictivos, comportamientos repetitivos y síntomas sensoriales.

Según la OMS las características pueden detectarse en la primera infancia, pero, a menudo, el autismo no se diagnostica hasta mucho más tarde. Aproximadamente uno de cada 100 niños tiene autismo.

“Los síntomas inician antes de los 3 años de edad, en ocasiones se confunde por los padres con deprivación o supresión auditiva (sordera) por la falta de interés en el entorno”, detalla Galdámez.

“Se debe presentar por primera vez en edades tempranas de la infancia, es 3 a 4 veces más frecuente en niños que en niñas, refleja tal grado de variabilidad en intensidad y naturaleza de los síntomas presentados por los niños y heterogeneidad en mecanismos causales”, agrega la doctora.

¿Cómo se diagnostica el autismo?

De acuerdo a la doctora Galdámez, por los síntomas o indicios de conducta anormal para los padres antes de los 12 meses de edad, solo el 55 % de los padres logran detectar anomalías.

“Un especialista en salud mental infantil y/o neurodesarrollo puede aplicar diferentes escalas, usualmente se requiere más de una consulta para concreta el diagnóstico más diferentes aportaciones de los padres que van desde la descripción de la conducta sospechosa hasta ayuda audiovisual como videos o audios tomados al momento de presentar la conducta anómala del infante”, explica.

Diagnóstico:

Para un diagnóstico certero y confiable se tienen que evaluar las siguientes áreas:

  • Interés y juego social
  • Empatía
  • Juego simbólico
  • Atención conjunta (señalar, mostrar, orientación visual)
  • Señala miento protodeclarativo (señalar para enseñar algo)
  • Anomalías perceptivas

¿Cuál es el tratamiento del autismo?

  • No hay tratamiento curativo para los trastornos del espectro autista
  • Existen programas psicosociales de intervención que mejoran la calidad de vida y pronóstico de las personas
  • Un tratamiento precoz hace una diferencia enorme en capacidades de lenguajes y funciones cognitivas con un menor efecto en sobre aspectos socioemocional
  • Los fármacos usados en TEA más bien son para resolver problemas clínicos que dificultan más su funcionamiento o avances en sus logros como inquietud, ansiedad, insomnio, agresividad, irritabilidad, etc. como antipsicóticos, psicoestimulantes, antidepresivos y ansiolíticos.

Síntomas del autismo:

  • Dificultades en el ámbito social: leve (como una incomodidad ante medios sociales extraños), abrumador o extremo(provoca la incapacidad de interacción social normal).
  • Mirada periférica: dificultad para hacer contacto visual evitando la mirada de frente de forma activa
  • Soledad del autista: reticencia al contacto físico que igual varía desde ligera incomodidad hasta gran malestar que puede causar conductas disruptivas, agresividad hacia el mismo o hacia otros, estereotipias, manierismos.
  • Restricciones de sus áreas de interés
  • Conductas restrictivas, repetitivas y rígidas

Estereotipias:

  • No adquieren las conductas sociales características de la edad: mirar a la cara les es difícil y algunos nunca lo hacen, sonrisa social, gestos instrumentales, juegos simbólicos (usando la imaginación o juegos de pretender)
  • Problemas del sueño: insomnios, pesadillas, terrores nocturnos, somniloquies (hablar o balbucear dormido)
  • Problemas de la alimentación
  • Irritabilidad y excitabilidad
  • Miedo anormal a personas, sitios, sonidos, o diversas situaciones
  • Evita el contacto físico
  • Rechaza los cambios de rutina pudiendo llegar a veces a rabietas o ansiedad