Austria le cierra el cerco a personas no vacunadas contra el COVID-19
El Gobierno prohibirá la entrada a cafés, restaurantes o peluquerías a ciudadanos sin el fármaco tras autoridades de salud registrar un número récord de contagios diarios.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Austria ha registrado en las últimas 24 horas un total de 9.943 nuevos contagios de COVID-19, un máximo desde que comenzó la pandemia, mientras las autoridades han decidido prohibir acudir a cafés, restaurantes o peluquerías a quien no está vacunado contra el coronavirus.
Esa cifra, anunciada por el Ministerio de Sanidad, supone ya un aumento de 388% respecto a los nuevos contagios diarios que se registraban hace sólo un mes.
El Gobierno anunció anoche que, a partir del lunes, quedará prohibida a quien no esté vacunado el acceso a cafés, restaurantes y eventos de ocio, tanto culturales como deportivos, así como a ciertos servicios, como las peluquerías o centros de masaje.
Austria tiene, con solo el 63%, el porcentaje de población plenamente inoculada contra la COVID-19 más bajo de Europa Occidental.
Aunque la presión hospitalaria lleva días subido, y las camas de ciudado intensivo ocupadas están en sus máximos desde mayo, el número de fallecidos en las últimas 24 horas, 31, es cuatro veces inferior a las defunciones diarias de hace un año, cuando las cifras de contagios eran parecidas.
El 75% de los ingresados en cuidados intensivos no ha recibido la pauta completa de vacunación.
“La ocupación de las camas de cuidados intensivos está aumentando mucho más rápido de lo que esperábamos”, dijo ayer el canciller, Alexander Schallenberg, al anunciar las nuevas restricciones que prevén que solo los vacunados y quienes hayan superado la enfermedad puedan acceder a servicios de ocio y estética.
Hasta ahora, aunque no se estuviera vacunado, se podía utilizar estos servicios y entrar a espacios de ocio con una prueba negativa reciente de COVID, que en Austria son gratuitas y muy accesibles.
El gobierno austríaco ha previsto un período de transición de cuatro semanas, durante el cual será suficiente la primera dosis combinada con una prueba de PCR para poder acceder a esos espacios de ocio y servicios.