Sídney. Australia apuesta por mantener sus fronteras cerradas durante la mayor parte de 2021, incluso si la mayoría de su población, de 25 millones de personas, es vacunada en los próximos meses, dijeron este lunes fuentes oficiales del país oceánico.

“Creo que tendremos la mayor parte de este año restricciones significativas en las fronteras, incluso si la mayor parte de la población es vacunada. No sabemos si (la vacuna) prevendrá la transmisión del virus”, dijo a la cadena ABC Brendan Murphy, secretario del Ministerio de Salud.

Alrededor de un 75 por ciento de los pobladores de Australia, que comenzará su programa de vacunación contra el COVID-19 a mediados de febrero, tiene intenciones de inmunizarse contra el coronavirus, según una encuesta del mes pasado de la consultora Roy Morgan.

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Por otro lado, las autoridades australianas, que han demostrado su eficacia en el rastreo de contactos, intentan determinar el grado de seguridad de las vacunas tras reportarse en Noruega la muerte de una treintena de ancianos, que tenían problemas de salud subyacentes, después de recibir la de Pfizer.

Cuarentenas estrictas

El también exjefe médico del gobierno de Australia -país que teme nuevas infecciones con cepas altamente contagiosas como las que se detectaron en Reino Unido, Sudáfrica y Brasil-, explicó que el estricto programa de cuarentenas para los viajeros internacionales “continuará durante algún tiempo”.

Australia mantiene cerradas desde marzo de 2020 sus fronteras internacionales y solo permite la entrada de sus residentes y ciudadanos, de algunos de sus familiares más cercanos, de diplomáticos y otras excepciones.

Este fin de semana las autoridades australianas anunciaron que habilitarán 20 vuelos chárter para repatriar a una parte de los más de más de 30,000 residentes y ciudadanos de su país varados en el extranjero, después de que la aerolínea Emirates anunciara que suspenderá sus vuelos a Melbourne, Sídney y Brisbane.

Cualquier persona que ingresa al país tiene que someterse a un confinamiento obligatorio de 14 días, como les sucede a los tenistas que participarán en el Abierto de Australia, programado en la ciudad de Melbourne entre el 8 y el 21 de febrero.

De este grupo, un total de 72 tenistas han sido puestos en una cuarentena más estricta, que les impide entrenar durante cinco horas, después de que se detectaran nueve casos de COVID-19 en tres de los vuelos chárter en los que viajaron.

Australia, que este lunes reportó cero infecciones locales de COVID-19, acumula más de 28,700 contagios, que incluyen a 909 fallecidos, la mayoría de ellos producidos durante la segunda ola causada por un fallo en las cuarentenas de los hoteles de viajeros internacionales en Melbourne, la segunda ciudad más poblada del país.