Londres. El número de nuevos casos de coronavirus aumentó en el sudeste asiático, Oriente Medio y Europa la semana pasada, mientras que el número de muertes en todo el mundo descendió un 16%, según el último informe semanal de la Organización Mundial de la Salud sobre la pandemia publicado el miércoles.

La OMS indicó que la semana pasada se produjeron 3,3 millones de nuevas infecciones de COVID-19, lo que supone un descenso del 4%, y más de 7,500 muertes. Sin embargo, los casos aumentaron 45% en el sudeste asiático y Oriente Medio, y 6% en Europa. El sudeste asiático fue la única región que registró un aumento en las muertes, de 4%, mientras que las cifras descendieron en el resto. A nivel mundial, el número de nuevos casos de COVID-19 ha ido disminuyendo después de haber alcanzado un máximo en enero.

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Salim Abdool Karim, epidemiólogo y vicerrector de la Universidad de KwaZulu-Natal, en Sudáfrica, afirmó que el reciente descenso en el número de casos de COVID-19 había alcanzado niveles mínimos y no se había visto mucho en los últimos dos años y medio. Sin embargo, advirtió que algunos países, entre ellos Gran Bretaña, estaban empezando a ver un ligero resurgimiento de casos.

Las autoridades de salud británicas afirmaron la semana pasada que había indicios de que el país podría estar en el inicio de una nueva ola de infecciones impulsada por la variante ómicron, aunque las tasas de hospitalización se han mantenido hasta ahora “muy bajas”.

El país abandonó hace meses casi todas sus restricciones impuestas por la pandemia. La semana pasada, el Reino Unido registró un aumento del 43% en los casos a raíz de las fiestas callejeras, los conciertos y otros festejos relacionados con el jubileo de platino de la reina Isabel II, que este mes conmemoró sus 70 años como monarca.

Mientras tanto, en Estados Unidos, las autoridades empezaron a vacunar a los niños de entre 6 meses y 5 años contra el COVID-19 a finales de la semana pasada,

Aunque los niños pequeños no suelen enfermar tan gravemente de COVID-19 como los niños mayores y los adultos, sus hospitalizaciones aumentaron durante la oleada de ómicron, y los expertos estadounidenses determinaron que los beneficios de la vacunación superaban los riesgos mínimos.