En respuesta a lo que fue visto como una de las mayores vergüenzas de su administración, Peña Nieto escribió: "Misión cumplida: lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido".

Guzmán fue localizado después de un enfrentamiento entre presuntos delincuentes y la Marina en la ciudad de Los Mochis, en su estado natal de Sinaloa, al noroccidente de México, según confirmó un funcionario federal que pidió el anonimato por no estar autorizado a dar declaraciones.

Otro funcionario federal que también pidió el anonimato por no estar autorizado a dar declaraciones dijo que el capo había sido ubicado desde hace algunos días y tenían información que se estaba moviendo en Los Mochis.

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Por eso se hizo un rastreo que incluyó la supervisión de las alcantarillas, máxime sabiendo que el narcotraficante había utilizado en otras ocasiones el sistema de alcantarillado y drenaje para moverse y para conectar sus casas de seguridad.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos no hizo comentarios inmediatos sobre si solicitaría la extradición de Guzmán a Estados Unidos, donde enfrenta cargos en múltiples jurisdicciones del país.

La fuga de El Chapo, que ya se había escapado de otra cárcel de máxima seguridad en 2001, supuso uno de los mayores golpes para el presidente Peña Nieto muy debilitado también con otros escándalos y sucesos violentos como la desaparición de 43 estudiantes en 2014.

El mandatario, que ahora puede colgarse un gran triunfo, ofrecerá un mensaje a primera hora de la tarde con más detalles sobre la detención.

La Armada, en un comunicado emitido antes de que saltara la noticia, se refirió al operativo de Los Mochis pero se limitó a señalar que fue a raíz de una denuncia ciudadana, que los marinos fueron agredidos con armas de fuego desde el interior y que murieron cinco atacantes y seis más fueron detenidos.

La nota agregaba que fueron incautados cuatro vehículos, ocho armas largas, un arma corta, municiones y un lanzacohetes.

El Chapo se escapó de la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, al centro de México, por un túnel de kilómetro y medio de largo que conectaba su celda con el exterior, y que se presume que contó con la complicidad de funcionarios de la cárcel.

Aunque la fuga activó todas las alertas internacionales para localizarle, el gobierno informó que el capo se había trasladado vía terrestre hasta la ciudad de Querétaro, al centro del país, y de ahí se sospechaba que se había ido en avioneta hasta Sinaloa.

Desde el pasado mes de octubre, los operativos de búsqueda se intensificaron en varios estados pero, sobre todo, en la Sierra ubicada entre Sinaloa y el estado vecino de Durango, donde el ejecutivo llegó a informar que casi le atrapa pero que el narcotraficante logró huir de nuevo aunque resultó herido de una pierna y el rostro.

Algunos en México dudaban que Guzmán fuera capturado vivo, y otros dudaban de que el gobierno de México, dado que el capo se había escapado en otras dos ocasiones, quisieran capturarlo para volverlo a encarcelar en una prisión mexicana.

Estados Unidos presentó una solicitud de extradición por Guzmán el 25 de junio pasado, antes de que escapara de prisión por última vez. En septiembre, un juez estadounidense profirió una segunda orden de captura en lo que se le acusa de crimen organizado, tráfico de drogas, lavado de dinero, homicidios y otros.

El ex Procurador General de la República de México, Jesús Murillo Karam, había sido particularmente insistente en que México no iba a extraditar a Guzmán hasta que no hubiera cumplido con las condenas que le ha proferido la justicia mexicana.