El segundo atentado atribuido al grupo separatista vasco ETA en apenas 24 horas se cobró hoy la vida de dos agentes de la Guardia Civil española en Mallorca, que murieron tras estallar una bomba adosada al vehículo todoterreno en el que circulaban.

Poco después, la policía localizó un segundo artefacto oculto en los bajos de otro coche policial en la misma zona, y la brigada contra explosivos lo detonó en forma controlada.

La primera explosión tuvo lugar frente a un pequeño cuartel de la Guardia Civil en el municipio de Palmanova, en las Islas Baleares, cuando todavía se estaban limpiando los escombros del potente coche bomba que el miércoles de madrugada destrozó una residencia también de la Guardia Civil al norte del país sin causar víctimas mortales.

El Ministerio del Interior ordenó el cierre temporal del puerto y el aeropuerto de Mallorca, uno de los más transitados del país en temporada estival, para evitar la huida de los autores del ataque.

Dos horas más tarde, y tras hacerse las comprobaciones de seguridad pertinentes, las autoridades restablecieron el tráfico marítimo y aéreo.

De confirmarse la autoría de ETA, los atentados de esta semana supondrían una demostración de fuerza de la organización armada después de meses de debilidad y acoso policial a sus activistas en España y Francia.

La organización vasca, que el viernes cumple 50 años de su fundación, parece querer lanzar un mensaje a las autoridades de su determinación a no abandonar la lucha armada para conseguir un País Vasco independiente de España.

Sin embargo, el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró en una breve comparecencia que ETA jamás logrará sus objetivos y pidió a las fuerzas de seguridad que extremen la vigilancia.

“Este atentado criminal se produce en un momento en el que las fuerzas de seguridad golpean como nunca a la banda terrorista”, señaló Zapatero poco antes de viajar a Mallorca para dar el pésame a los familiares de las víctimas.

“(La policía) desmantela su organización, desbarata sus acciones, identifica a sus miembros, los detiene cada vez más pronto y en mayor número; y así va a seguir siendo”, añadió.

La policía informó que la bomba estaba adherida a los bajos del vehículo y fue accionada a distancia. La banda etarra no avisó previamente de la colocación del explosivo.

Los dos agentes, de 27 y 28 años, murieron prácticamente en el acto al quedar reducido a una amasijo de hierros el coche patrulla que conducían. Ninguna otra persona resultó herida de gravedad.

Mallorca, situada en pleno mar Mediterráneo, es uno de los enclaves turísticos más importantes de España y uno de los destinos favoritos de ciudadanos británicos y alemanes.

Sólo en junio, más de 2,5 millones de personas usaron el aeropuerto de la isla.

Además, las Baleares suelen ser un lugar muy controlado y vigilado por la policía, ya que los reyes Juan Carlos y Sofía pasan habitualmente sus vacaciones de verano en Mallorca.

El atentado se produjo apenas 24 horas después de que un potente coche bomba colocado supuestamente por ETA explotara frente a una residencia de la Guardia Civil española en Burgos, al norte del país, sin que se registrasen víctimas mortales, pero sí 60 heridos y abundantes daños materiales.

La onda expansiva afectó a numerosos edificios colindantes y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que 120 personas, entre ellos 41 niños, dormían en las viviendas afectadas.

El último atentado mortal de la organización tuvo lugar el pasado 19 de junio, cuando ETA asesinó a un inspector de policía encargado de la lucha contra el grupo en el País Vasco con el mismo modus operandi de un artefacto explosivo adosado a los bajos de un vehículo.

ETA, sigla de Patria Vasca y Libertad en euskera (lenguaje autóctono de la región), lucha por una tierra vasca independiente en el norte de España. Considerada una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, ETA ha asesinado a más de 825 personas desde finales de 1960.

En los últimos años, decenas de presuntos activistas de ETA han sido detenidos en España y Francia, entre ellos varios de sus supuestos líderes.