Beirut. Las fuerzas israelíes llevaron a cabo varios nuevos ataques con drones y artillería en Líbano el martes, incluido un mortífero ataque en el que, según el Ministerio de Sanidad y los medios de comunicación estatales, murió un pastor, lo que hace tambalearse aún más un tenue alto el fuego destinado a poner fin a más de un año de enfrentamientos con Hezbollah.

El tiroteo ocurrió mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió seguir atacando “con puño de hierro” contra las supuestas violaciones de Hezbollah al alto al fuego. Su ministro de Defensa advirtió que, si el alto el fuego fracasaba, Israel no sólo atacaría a Hezbollah, sino también al Estado libanés, lo que supondría una ampliación de la campaña israelí.

Desde que comenzó el miércoles pasado, el alto al fuego de 60 días mediado por Estados Unidos y Francia ha sido sacudido por ataques israelíes casi diarios, aunque Israel ha sido vago sobre las supuestas violaciones de Hezbollah que los provocaron.

El lunes, fue sacudido por su prueba más grande hasta ahora. Hezbollah disparó dos proyectiles hacia una zona fronteriza disputada controlada por Israel, su primera andanada desde que comenzó el alto al fuego, diciendo que era una “advertencia” en respuesta a los ataques de Israel. Israel respondió con su ofensiva más intensa de la semana pasada, que causó 10 muertos.

El martes, ataques de drones golpearon cuatro lugares en el sur de Líbano y uno de ellos mató a un pastor en la ciudad de Shebaa, dijo la agencia estatal de noticias National News Agency. El Ministerio de Salud confirmó la muerte. Shebaa está situada dentro de una región de aldeas fronterizas donde el ejército israelí ha advertido a los civiles libaneses que no regresen, con tropas israelíes aún presentes.

Las fuerzas israelíes también dispararon un proyectil de artillería y ráfagas de disparos en otras dos áreas, informó la agencia de noticias.

Con la muerte del martes, los ataques israelíes desde que comenzó el alto al fuego han matado al menos a 15 personas.

Según los términos del alto al fuego, Hezbollah debe retirar sus combatientes, armas e infraestructura de una amplia franja del sur para finales de la fase inicial de 60 días, retirándolos al norte del río Litani. Las tropas israelíes también deben retroceder a su lado de la frontera.

El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, dijo que cualquier violación del acuerdo se enfrentaría con “una respuesta máxima y cero tolerancia”.

Hablando a las tropas en la frontera norte de Israel el martes, dijo que si la guerra se reanuda, Israel ampliará sus ataques más allá de las áreas donde se concentran las actividades de Hezbollah, y “ya no habrá una exención para el estado de Líbano”.

El alto al fuego puso fin a 14 meses de guerra entre Israel y Hezbollah, coronados por un bombardeo israelí intensificado desde finales de septiembre y una invasión terrestre que mató a cientos de miembros de Hezbollah y civiles en Líbano y obligó a más de 1,4 millones a huir de sus hogares. A lo largo de esa lucha, Israel se abstuvo en gran medida de atacar infraestructura crítica o las fuerzas armadas libanesas, que se mantuvieron al margen.

Israel ha dicho que su objetivo es alejar a Hezbollah de la frontera para permitir el regreso a casa de decenas de miles de israelíes obligados a evacuar desde el norte desde que Hezbollah comenzó a disparar hacia Israel en solidaridad con Hamás en Gaza.

“En este momento estamos en un alto al fuego, lo señalo, un alto al fuego, no el fin de la guerra. Tenemos un objetivo claro de regresar a los residentes, de rehabilitar el norte”, dijo Netanyahu al inicio de la reunión del gobierno el martes.

“Estamos haciendo cumplir este alto al fuego con puño de hierro, actuando contra cualquier violación, menor o mayor”, dijo.

Funcionarios libaneses han acusado a Israel de violar el alto al fuego docenas de veces con ataques, sobrevuelos de drones y demoliciones de hogares. Cuando Israel ha emitido declaraciones sobre sus ataques, dice que se realizaron debido a acciones “hostiles” de HezbollH que representaban una “amenaza para los civiles israelíes”, sin especificar su naturaleza.

El ejército de Estados Unidos anunció la semana pasada que el general de división Jasper Jeffers junto con el alto enviado estadounidense Amos Hochstein copresidirán un comité liderado por Estados Unidos que se supone debe monitorear el alto al fuego y asegurar su cumplimiento. El comité también incluye a Francia, la misión de mantenimiento de la paz de la ONU en el sur de Líbano conocida como UNIFIL, Líbano e Israel.

Hochstein lideró más de un año de diplomacia de enlace para negociar el acuerdo de alto al fuego, y su papel será temporal hasta que se nombre un copresidente civil permanente.

Según el acuerdo, el ejército libanés y UNIFIL aumentarán su presencia en el sur de Líbano para asegurar que Hezbollah no regrese.

El ejército libanés, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos pero ha sufrido graves tensiones financieras en los últimos años, lanzó una campaña de reclutamiento el martes. El ejército actualmente cuenta con unos 80.000 soldados, con alrededor de 5.000 de ellos desplegados en el sur.