Asesinato del presidente de Haití: arrestan a 15 colombianos y dos estadounidenses
El comando que perpetró el magnicidio estaría compuesto por 28 personas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Puerto Príncipe. Las autoridades de Haití arrestaron a quince colombianos y a dos estadounidenses de origen haitiano por su supuesta implicación en el asesinato del presidente Jovenel Moïse, anunciaron este jueves fuentes oficiales.
El comando que perpetró el magnicidio estaba compuesto por 26 colombianos y los dos estadounidenses, según informaciones ofrecidas por el director general de la Policía, León Charles, en una rueda de prensa.
Horas antes, un alto funcionario haitiano informó que dos hombres haitiano-estadounidenses —uno de ellos presunto exescolta en la embajada canadiense en Puerto Príncipe— habían sido arrestados en conexión con el asesinato del presidente.
Mathias Pierre, ministro de elecciones, le dijo a The Associated Press que James Solages figura entre las personas arrestadas por el asesinato del presidente Jovenel Moïse a manos de hombres armados en su casa el miércoles antes del amanecer.
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Otros siete presuntos atacantes fueron muertos a tiros en un enfrentamiento con agentes, según el director de la Policía Nacional de Haití, Léon Charles.
Pierre no facilitó más detalles sobre los antecedentes de Solages ni el nombre del otro haitiano-estadounidense detenido. El Departamento de Estado norteamericano dijo estar al tanto de las informaciones sobre el arresto de haitiano-estadounidenses, pero no las confirmó ni hizo declaraciones.
Solages se describe como un “agente diplomático certificado”, defensor de los niños y político incipiente en un portal de una entidad caritativa que él estableció en el 2019 en Florida para ayudar a residentes.
En su biografía en el portal, Solages dice que trabajó previamente como guardaespaldas en la embajada de Canadá en Haití. La sede diplomática no ha hecho declaraciones de momento. Llamadas hechas a la fundación y a asociados de la misma no obtuvieron respuesta.
Testigos dijeron que dos sospechosos fueron descubiertos ocultos tras arbustos en la capital el jueves por una muchedumbre y que algunos agarraron a los hombres por las camisas y los pantalones, los empujaron y los abofetearon.
La policía arribó a la escena poco después para arrestar a los hombres, que sudaban profusamente y llevaban ropa que parecía estar cubierta con lodo, dijo un periodista de la AP en el sitio. Los agentes los colocaron en la parte trasera de una camioneta y se alejaron del lugar. La gente los siguió corriendo hasta una estación policial cercana.
Una vez allí, algunos en la muchedumbre comenzaron a gritar: “¡Ellos mataron al presidente! Dénnoslos a nosotros. ¡Los vamos a quemar!”.
Uno de los hombres en la muchedumbre dijo que era inaceptable que extranjeros vinieran a Haití a matar al líder del país, refiriéndose a reportes de funcionarios de que los perpetradores hablaban español o inglés.
Posteriormente, la turba incendió varios vehículos abandonados llenos de agujeros de bala que se piensa pertenecían a los sospechosos, que eran de raza blanca. Los coches no tenían matrículas y dentro de uno de ellos había una caja de balas vacía y agua.
En una conferencia de prensa el jueves, el jefe de la policía le pidió al público que mantuviera la calma, se quedara en casa y dejara a la policía hacer su trabajo. Advirtió que las autoridades necesitan la evidencia que la gente estaba destruyendo, incluyendo los vehículos quemados.
Las autoridades no han señalado un móvil para el ataque, condenado por los principales partidos de oposición en Haití y la comunidad internacional, y solo han dicho que fue perpetrado por un “grupo altamente entrenado y fuertemente armado”.
Por otro lado, un juez haitiano implicado en la investigación dijo que Moïse fue baleado una docena de veces y que su oficina y alcoba fueron saqueadas, según el periódico haitiano Le Nouvelliste. Según el rotativo, el juez Carl Henry Destin señaló que los investigadores encontraron casquillos 5.56 y 7.62 mm entre la conserjería y el interior de la residencia.
La hija de Moïse, Jomarlie Jovenel, se escondió en la habitación de su hermano durante el ataque, y una empleada doméstica y otro trabajador fueron atados por los agresores.
El primer ministro Claude Joseph, que asumió el gobierno de Haití con el respaldo de la policía y las fuerzas armadas, solicitó a la gente que reabra sus negocios y regrese a sus trabajos. También ordenó reabrir el aeropuerto internacional.
El jueves, el transporte público y los vendedores ambulantes seguían siendo escasos, un espectáculo inusual para las calles normalmente bulliciosas de Puerto Príncipe.
Joseph decretó el miércoles un estado de sitio de dos semanas tras el asesinato de Moïse, que provocó estupor en un país que sufre algunos de los niveles más elevados de pobreza, violencia e inestabilidad política del hemisferio occidental.
Moïse enfrentó enormes protestas en los últimos meses, que se tornaron violentas cuando los líderes de la oposición y sus partidarios rechazaron sus planes de realizar un referéndum constitucional con propuestas que fortalecerían la presidencia.
La inflación y la violencia de pandillas se han disparado, y escasean los alimentos y el combustible. El 60% de los haitianos ganan menos de dos dólares al día, un panorama terrible que se está agravando en un contexto en el que Haití sigue intentando recuperarse de la devastación que dejaron el terremoto de 2010 y el huracán Matthew en 2016 tras una historia de dictaduras y agitación política.
“Existe ahora un vacío, y están asustados por lo que le depara a sus seres queridos”, dijo Marlene Bastien, directora ejecutiva de Family Action Network Movement, un grupo que ayuda a la gente en la comunidad de la Pequeña Haití en Miami.
Bastien exhortó al gobierno del presidente estadounidense Joe Biden a que desempeñe un papel mucho más activo en el respaldo a los intentos de lograr un diálogo nacional en Haití con el objetivo de llevar a cabo elecciones libres, limpias y creíbles.