Asesinan maestro de matemáticas que se convirtió en líder de pandillas en Haití
Las acciones de su banda llevaron al primer ministro haitiano a solicitar la intervención internacional.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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PUERTO PRÍNCIPE, Haití. Un poderoso y temido líder de una banda haitiana, que en pasado fue maestro de matemáticas y física, fue asesinado en una barriada costera que controló durante años, informaron el lunes los medios de comunicación locales.
La muerte de Iskar Andrice, también identificado como Iscar Andris, suscitó la preocupación de que la violencia de las bandas, ya de por sí desenfrenada, pudiera aumentar aún más en el vacío creado por su muerte.
Andrice gobernaba la comunidad de Belekou, en la barriada de Cite Soleil donde murió, según declaró el ex alcalde Esaïe Beauchard a Radio Galaxie FM.
“Es lamentable que este hombre tuviera que estar implicado en actividades de bandas, porque era un hombre muy inteligente”, declaró Beauchard.
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No estaba claro qué día murió Andrice.
Jean-Frédérique Islain, actual alcalde de Cite Soleil, declinó hacer comentarios cuando The Associated Press se puso en contacto con él.
La banda que dirigía Andrice estaba implicada en asesinatos, robos, extorsiones, violaciones y secuestros de mercancías y camiones, según un reciente informe de la ONU. Más tarde unió fuerzas con el conocido líder de la banda Jimmy Chérizier, conocido como Barbecue, formando la alianza “G9 Family and Allies”, el grupo de bandas más grande y poderoso de Haití.
Las entrevistas concedidas por Chérizier a los medios de comunicación tenían que contar primero con la aprobación de Andrice.
La ONU dijo que Andrice, al igual que otros líderes de pandillas, creó una fundación social en 2015 conocida como la Fundación Siloé para ganarse a la comunidad que controlaba y presentar una imagen positiva de sí mismo.
Andrice y otros líderes de la banda fueron acusados de liderar varias redadas mortales en barrios haitianos dirigidas contra civiles, según un informe de la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos en Haití, una organización sin ánimo de lucro.
También se les acusó de paralizar el año pasado las operaciones de una de las principales terminales de combustible de la capital, Puerto Príncipe, lo que paralizó el país y obligó al primer ministro haitiano, Ariel Henry, a solicitar por primera vez el despliegue urgente de una fuerza armada extranjera.