CARACAS. Jonathan Pagán González, un hombre que el gobierno venezolano identifica como un mercenario de origen puertorriqueño, es uno de tres estadounidenses, que fueron arrestados en ese país, por un supuesto complot para asesinar al presidente Nicolás Maduro.

Los tres estadounidenses son los últimos detenidos de un total de 19 personas, entre los que figuran siete estadounidenses, dos españoles, dos colombianos, un peruano, un libanes y un ciudadano checo.

Las autoridades venezolanas aseguraron también que en la trama está vinculada la Agencia Central de Inteligencia (CIA) el Centro Nacional de Inteligencia de España, elementos del crimen organizado e integrantes de la oposición venezolana, entre otros.

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El ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Diosdado Cabello, informó de la detención y la atribuyó a un presunto intento de asesinato contra el mandatario y otros funcionarios de su gobierno, luego de los polémicos comicios presidenciales del 28 de julio, cuestionados por falta de transparencia.

El supuesto plan se suma a docenas de otras operaciones contra Maduro que su gobierno afirmó haber frustrado a principios de este año.

Según las autoridades venezolanas, desde hace meses han rastreado indicios y comunicaciones telefónicas que condujeron a la detención de supuestos “mercenarios”, también vinculados a la incautación hasta el momento de más de 500 fusiles y pistolas que serían utilizados para provocar actos violentos en territorio venezolano, afirmó.

Cabello destacó el jueves que los extranjeros detenidos en distintos operativos de seguridad tienen en común la posibilidad de infiltrarse.

Sobre los tres estadounidenses, el ministro venezolano aseguró que es un grupo “distinto al resto de los mercenarios que han venido a Venezuela: la condición principal de los nuevos mercenarios es que puedan hablar español perfectamente, nuestro idioma, para comunicarse”.

Pagan González fue arrestado en el estado occidental de Zulia, limítrofe con Colombia, un puertorriqueño-estadounidense que tenía como misión “infiltrarse en los sectores religiosos”, indicó el ministro.

Su detención se produjo en un operativo en el que alguien le “ofreció sacarle la cédula de identidad venezolana y nosotros estamos detrás de esa operación”, acotó Cabello, sin mencionar la fecha en que fue capturado.

Los otros detenidos estadounidenses fueron identificados como Gregory David Weber y David Gutenberg Guillaume. Tampoco se dieron detalles de la fecha exacta de su detención.

A mediados de septiembre, Cabello ya había anunciado la detención de 14 personas, incluido el estadounidense identificado como Joseph Castañeda Gómez, del que dijo que era miembro de la Armada de Estados Unidos y a quien acusó de pertenecer a un “equipo de mercenarios”.

Maduro, por su parte, ya había indicado que los dos españoles detenidos serían agentes encubiertos del Centro Nacional de Inteligencia español, sin presentar evidencias.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de España rechazó que ese país europeo sea partícipe en una “operación de desestabilización política” en Venezuela y desmintió que los detenidos tengan alguna relación con el CNI o cualquier otra organización estatal española.

Las relaciones entre España y el gobierno de Maduro se tensaron recientemente, después de que la nación europea le otorgó asilo político al excandidato opositor Edmundo González, ante la orden de detención e investigación penal que le abrieron las autoridades venezolanas tras las elecciones del 28 de julio.

Maduro fue declarado ganador para un tercer mandato en los cuestionados comicios, señalados por falta de transparencia y de verificación independiente de los resultados. Muchos gobiernos de la región y Europa, entre ellos España, no reconocen el triunfo del mandatario y han exigido a las autoridades venezolanas que publiquen el desglose de los votos.