La Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) anunció este sábado la incautación de 993 paquetes de cocaína, interceptados en una lancha atracada en la Marina Ocean 21, de Cap Cana, La Altagracia.

En este operativo fueron arrestados los puertorriqueños Pablo José Rodríguez Irizarry, Carlos Javier Fuentes Torres y el dominicano Rubén Darío Félix Garó, según anunció el vocero de la agencia antidrogas, Carlos Devers.

En la embarcación se hallaron bajo la cubierta de proa unos 535 paquetes de sustancias narcóticas y otros 458 debajo del sillón del puente de mando, envueltos en cinta adhesiva, marcados con distintos logotipos.

Además de la lancha intervenida, equipada con dos motores fuera de borda de 300 caballos de fuerza, las autoridades ocuparon un teléfono satelital, dinero en pesos y dólares, pasaportes y un automóvil Honda Accord.

La operación coordinada por fiscales dio cabida a un allanamiento en la villa número ocho del complejo turístico, lugar donde se hospedaban los involucrados. Allí, confiscaron varios celulares, un DVR, dos cargadores de pistola Glock calibre .40, 10 cápsulas, bultos con pertenencias, documentos y otras evidencias.

De acuerdo a la agencia antinarcóticos, este alijo está relacionado a una estructura transaccional liderada por el serbio Nikola Boros o Antun Mrdeza, quien es buscado por la Interpol y es acusado de escapar tras un rescate ejecutado por un comando armado cuando estaba detenido en Colombia.

Este es vinculado al tráfico de cocaína entre Estados Unidos, Puerto Rico, España e Italia, quien habría arribado a suramericana procedente de la República Dominicana.

En los recientes operativos participaron oficiales de la DNCD, miembros del Ministerio Público, cuerpos de inteligencia, la Armada Dominicana y la Seguridad Interna del Grupo Cap Cana.

Los paquetes incautados fueron enviados bajo custodia al Instituto Nacional de Ciencias Forences (Inacif) para determinar el tipo y peso exacto del cargamento.

Las autoridades todavía investigan el destino que tendría este alijo y la forma en que penetró a las costas dominicanas.

“La confiscación constituye un importante golpe a las redes narcóticas y la criminalidad transnacional, y es una muestra más que las fuerzas de seguridad de la República Dominicana siguen mejorando su fortaleza e integración”, dijo Devers.