Los centros de votación abrieron el domingo en Argentina en unas históricas elecciones presidenciales que pueden generar un cambio de ciclo político.

El ultraderechista Javier Milei, de la Libertad Avanza, lidera la mayoría de las encuestas. Lo sigue de cerca el ministro de Economía Sergio Massa, de la peronista Unión por la Patria, y en un tercer lugar se encuentra Patricia Bullrich, de la coalición centroderechista Juntos por el Cambio.

Milei, de 52 años y líder de La Libertad Avanza, es favorito en la mayoría de las encuestas con su discurso en contra de la clase política tradicional a la que tacha de “casta” de privilegiados y ha sabido empatizar con amplios sectores populares que tienen su poder de compra pulverizado y que han sido testigos de constantes escándalos de corrupción protagonizados por funcionarios públicos.

Si el economista de agresivo discurso se impone en los comicios, relegará en el escenario político al peronismo, que ha retenido mayoritariamente el poder en los últimos 20 años, y a esa coalición de centroderecha que gobernó entre 2015 y 2019.

El presidente Alberto Fernández, con mala imagen en las encuestas de opinión, desistió de buscar la reelección y la vicepresidenta y exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), que enfrenta distintas causas por presunta corrupción, tampoco se postuló.

Los argentinos votarán en un contexto económico difícil, con una inflación anual de algo más de 138% y una pobreza que afecta a 40.1% de la población de unos 46 millones de habitantes.

La acelerada suba de precios y la inseguridad están al tope de las preocupaciones de los habitantes del país sudamericano en las encuestas de opinión.

Milei propone una reforma integral del Estado que incluya un recorte drástico del gasto público y la privatización de las empresas públicas. Para combatir la inflación dice que cerrará el Banco Central por considerarlo responsable de la emisión monetaria sin freno y una libre competencia de monedas que culmine en una dolarización de la economía.

El economista, que se identifica con los expresidentes ultraderechistas Donald Trump de Estados Unidos y Jair Bolsonaro de Brasil, plantea en su plataforma electoral “la desregulación del mercado legal” de armas “y proteger su uso legítimo y responsable por parte de la ciudadanía”. Defiende que cualquiera que esté en condiciones de solicitar la tenencia de armamento pueda hacerlo sin ser desalentado por el propio Estado, como cree que ocurre hoy en la práctica.

Massa, a quien gran parte de las encuestas sitúan en segundo lugar, afirma que cancelará definitivamente la deuda de unos 44,000 millones de dólares que el país tomó en 2018 con el Fondo Monetario Internacional para sacar al organismo del escenario. Dice que logrará orden fiscal y superávit comercial e intenta persuadir al electorado peronista de que siga apostando por la fuerza que ha implementado un vasto tejido de ayudas sociales para los desfavorecidos. Advierte además que las políticas de Milei esconden un recorte de derechos básicos.

Bullrich, por su parte, defiende su experiencia en el área de seguridad luego de ser ministra de esa cartera entre 2015 y 2019. Ha tratado de convencer a los votantes de que, como miembro de un partido que ejerce el poder en varias gobernaciones provinciales y goza de un nutrido bloque parlamentario, es capaz de llevar a cabo una reforma económica para favorecer el crecimiento.

Para ganar las elecciones el candidato más votado debe obtener al menos el 45% de los votos válidos o 40% y una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo más votado. De lo contrario, las dos fórmulas con más sufragios se enfrentarán en un balotaje el 19 de noviembre.

Quien resulte electo asumirá el poder el 10 de diciembre.