La Cámara de Diputados dominicana aprobó el martes la petición del presidente Danilo Medina de despenalizar el aborto en algunos casos, lo que ha dividido a la opinión pública.

Abel Martínez, presidente de la cámara, anunció que tras la aprobación los legisladores propondrán una ley que especifique en qué casos la interrupción del embarazo no estará tipificada como delito. El mandatario había sugerido que no fueran penalizados los abortos cuando el embarazo ponga en riesgo la vida la mujer, sea producto de una violación o el embrión presente deformaciones incompatibles con la vida.

El Congreso bicameral había aprobado en noviembre, tras 17 años de discusiones, una reforma al código penal en la que, entre otras modificaciones, elevó de cinco a 10 años de cárcel la pena para las mujeres que aborten y los médicos que las asistan pero eliminó las condenas cuando la interrupción del embarazo se debiera a un "estado de emergencia". La pieza, sin embargo, no detalló el significado de "estado de emergencia".

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Medina vetó entonces el proyecto y pidió a los legisladores que, dado que el código castiga con penas graves el aborto, precisen con claridad las interrupciones del embarazo que no serán consideradas delito.

Tras la aprobación en la Cámara de Diputados, la propuesta de Medina pasará al Senado, dominado por el gobernante Partido de la Liberación Dominicana con 31 de los 32 curules.

Mientras grupos de derechos humanos, el gremio de médicos y organizaciones feministas aplaudieron la propuesta del presidente, las iglesias católica y evangélica han encabezado protestas en rechazo a la iniciativa.

"Legalizarlo (el aborto) sería legalizar el infanticidio, sería legalizar la muerte", dijo antes de comenzar la sesión Francis Pérez, un hombre que se ubicó afuera del Congreso crucificado y semidesnudo.

Pedro Sing, presidente del gremio médico, insistió a su llegada al Congreso que la propuesta es un reconocimiento a los derechos de la mujer y para que los galenos puedan trabajar sin temor a ser apresados.

Miembros de diferentes credos oraron afuera del Congreso para que los legisladores rechazaran la propuesta presidencial. En tanto, médicos, grupos de derechos humanos y de feministas también se concentraron afuera del palacio legislativo para expresar su apoyo a la despenalización del aborto.

Poco antes de la votación José Ramón Peralta, ministro administrativo de la presidencia, había asegurado a periodistas que según un sondeo del gobierno el 85% de la población apoya la despenalización del aborto terapéutico.

El sacerdote Manuel Ruiz, quien hasta el fin de semana fungía como enlace entre el Poder Ejecutivo y la Iglesia Católica, ha amenazado a los congresistas con represalias de carácter electoral por parte de la comunidad católica en los próximos comicios.

Ruiz renunció el fin de semana a su cargo como enlace con el Ejecutivo en rechazo a la propuesta de Medina y a la defensa que han hecho miembros del gabinete de la despenalización del aborto en algunos casos.