“Yo me enamoro de él porque él se enamora primero de mi. Si Pablo no se hubiera enamorado de mi, obviamente yo no hubiera tenido una relación con un hombre de clase baja, feíto, bajito, gordito y, a parte, criminal”, así describió Virginia Vallejo su relación con Pablo Escobar.

La mujer es distinguida en la actualidad como una de las personas que más conoció al capo, además de su esposa Victoria Eugenia Henao. Desde el 2010, la expresentadora recibe asilo político y reside en Miami. Ella fue una de las personas que se ofreció a testificar ante la justicia estadounidense contra los jefes del cártel de Cali y de Medellín, todo esto, después de empaparse del mundo de Escobar entre los años de 1983 y 1987, cuando era su amante.

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La historia de la periodista vallecaucana con el narcotraficante ha sido inspiración para múltiples producciones cinematográficas, como la película Loving Pablo, en la cual Penélope Cruz interpretó a la periodista, o de la exitosa serie de Netflix, Narcos, en donde representan a Vallejo con Valeria Vélez, una reportera colombiana que mantiene una relación sentimental con el capo.

A pesar de estos retazos de lo vivido, la historia plena de ambos quedó plasmada en su libro Amando a Pablo, odiando a Escobar publicado en 2007.

Treinta años después del fallecimiento del narcotraficante que ocurrió el 2 de diciembre de 1993, Vallejo volvió a hablar del tema en una entrevista para el medio Cope en el programa ‘La Noche de Adolfo Arjona’. Allí la periodista destacó que su historia fue usada para hacer todo tipo de productos. “Gracias a eso se han llenado los bolsillos los canales de televisión, sobre todo en Colombia y Suramérica. Casi todos lo han endiosado para convertirlo en leyenda”, criticó al respecto.

En el transcurso de la entrevista, Virginia explicó cómo se desarrolló su relación con Escobar y la forma en la que terminó, contando que lo llegó a amar y a odiar, en ambos extremos. “Lo amaba tanto que si llegaba el Ejército o la Policía Secreta, el DAS, a agarrar a Pablo para extraditarlo, pensaba que podía matarlo antes de verlos hacer eso”, narró.

Sin embargo, también señaló que terminó por considerarlo su enemigo, aceptando, en medio de sus respuestas, que fue por esta razón por la que empezó a cooperar con las autoridades extranjeras antidrogas como la Interpol.

Según explicó, tiempo después de terminar su relación con Escobar en 1987 y de irse a Alemania a estudiar periodismo económico becada, el narco la “separó del amor de su vida, un conde alemán”. “Por eso empecé a cooperar con las agencias antidrogas contra él y contra sus enemigos”, dijo.

“Yo era la estrella número uno de Colombia y Pablo Escobar era un hombre desconocido”

Virginia contó el momento cuando conoció a Pablo Escobar. Siendo ella una mujer de la alta sociedad y una de las periodistas más reputadas de Colombia. De acuerdo con lo narrado, se vieron por primera vez en 1982, cuando Vallejo estaba en la cima de su carrera como uno de los rostros más conocidos del país por presentar el noticiero 24 Horas.

“Yo era la estrella número uno de Colombia en esa época y una niña de alta sociedad. Pablo Escobar era un hombre desconocido, de clase popular”, indicó. Ambos tenían 32 años y ella estaba comprometida con Aníbal Turbay Ayala, sobrino del entonces presidente, Julio César Turbay, a quien describió como el hombre “más guapo”.

Fue la invitación a una fiesta en la Hacienda Nápoles en la que asistieron más de 200 invitados la que puso a Escobar en su mapa. “Un grupo de amigos nuestros nos invitaron a conocer un zoológico en una finca muy grande, que yo pensaba que era de un político”, explicó. Virginia reiteró en varias oportunidades de la entrevista que, apenas lo conoció, “no tenía idea” que se dedicaba a vender cocaína. Ella lo creía un “político suplente completamente desconocido”.

Sin embargo, con el pasar de los años, y después de volverse su amante seis meses tras el primer encuentro, empezó a describir a Escobar como un hombre lleno de seguridad, tanta que lo consideraba megalomaníaco.

“Él estaba convencido de que era un amante como Tarzán y que tenía un cierto parecido a Elvis Presley. Era tan megalomaníaco que estaba convencido de que no era bajito, feíto, gordito, y que sí era un gran amante y que se parecía a Elvis Presley. Esa era la seguridad que él tenía”, concluyó.

De hecho, dentro de la conversación admitió entre risas que Pablo Escobar nunca fue un “gran amante”.

Sin embargo, la seguridad y la ambición del capo eran dos de las cosas que ella más recuerda, especialmente la segunda, resaltando una anécdota con la que quedó marcada. Al parecer sucedió cuando iban en su avión privado a un foro en contra la extradición en la Costa de Colombia y él declaró que quería ser el hombre más rico del país. “Si a los treinta años no tenía un millón de dólares, decía que se suicidaría de un tiro en la sien”, comentó.

La periodista explicó que terminó convirtiéndose en una confidente para Escobar porque el quería que escribiera su biografía.

¿Cómo fue la relación que tenía con Pablo Escobar?

Vallejo contó que tuvo razones para enamorarse de él y para dejarlo también. Sin embargo, insistió que lo primero “no fue de la noche a la mañana, el amor fue después de que lo saco en mi programa de televisión por primera vez y muestro sus proyectos sociales para los pobres más absolutos en Medellín”, explicó.

Entre las principales justificaciones para juntarse con el político antioqueño y dejar su racha amorosa en la clase más privilegiada de la Colombia de los 70, fue su ayuda para conseguir el divorcio de su entonces marido argentino, el director y productor de cine y televisión, David Stivel, quien se negaba a concederle la disolución de su matrimonio.

“Pude divorciarme de mi marido argentino gracias a que Pablo Escobar le puso un revolver en la cabeza, sino no lo hubiese logrado después de dos años. Esa es una de las razones por las que yo amé a Pablo. Fue, tal vez, una de las únicas cosas que yo le pedí a Pablo cuando lo conocí”, contó.

Además de esa, hubo muchas situaciones que la fueron enredando con Escobar poco a poco, como que arriesgo su vida para salvarla de un remolino en un río durante el primer encuentro en su casa. Sin embargo, la expresentadora agregó que su dinero nunca entró entre las razones para estar con el hombre.

“Yo nunca viví con Pablo ni tuvo que mantenerme para nada. Yo tenía dinero, tenía una carrera exitosa y yo vivía en Bogotá en un apartamento de lujo que había comprado con mi segundo esposo en 1979″, dijo. Vallejo aclaró que solía encontrarse con el narcotraficante en hoteles de la capital o de Medellín y que todo parecía ir bien hasta que fue señalado de asesinar al ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla.

A partir de ese momento, sus encuentros pasaron de lugares lujosos a pequeñas casitas en donde se escondía. “El mandaba por mi con un secreto impresionante, con unos pilotos de confianza. Nos reunimos en una casita, paso con él dos o cuatro días y regreso a mi mundo en Bogotá”, comentó en la entrevista en el medio español.

Vallejo dijo que fue en septiembre de 1987 cuando terminó por dejarlo definitivamente, después de idas y venidas y a pesar de los “ruegos” del capo, salió del país.

Finalmente, en julio de 2006, el Departamento de Justicia de Estados Unidos extrajo a la periodista en un avión especial de la DEA con el fin de asegurar su testimonio en varios casos de alto perfil.

En la actualidad, la vallecaucana vive en Estados Unidos. Por temas de seguridad tuvo que trasladarse al país norteamericano y se sostuvo con sus ahorros hasta que publicó su libro ‘Amando a Pablo, odiando a Escobar’, en el que termina de relatar sus experiencias con el conocido narcotraficante.