Florencia, Italia. Amanda Knox volvió a ser juzgada el miércoles por difamación, por acusar erróneamente durante un interrogatorio a un congoleño del asesinato de su compañera de piso cuando era estudiante de intercambio en Italia. Knox también estuvo acusada de la muerte hasta su absolución en un caso que acaparó la atención mundial.

Knox era una estudiante de 20 años que hablaba un italiano rudimentario y acababa de llegar a Perugia cuando fue sometida a una larga noche de interrogatorios por el asesinato de Meredith Kercher. Terminó acusando al propietario del bar en el que trabajaba a tiempo parcial de matar a la estudiante británica de 21 años.

En 2016, la Corte Europea de Derechos Humanos determinó que ese interrogatorio vulneró sus derechos porque no tuvo un abogado ni un traductor oficial. La Corte Suprema de Casación de Italia anuló en noviembre la condena por calumnias, el último veredicto de culpabilidad que pesaba sobre Knox luego de que esa misma instancia anuló hace nueve años las condenas por asesinato contra Knox y su exnovio italiano, Raffaele Sollecito.

Esa condena sigue siendo una mancha legal para Knox, especialmente en Italia, mientras busca una nueva vida en Estados Unidos, donde hace campaña en favor de una reforma judicial

Otro hombre fue condenado por el asesinato de Kercher en 2007.

No se espera que Knox, que ahora tiene 36 años, acuda a la vista en Florencia y los jueces declararon que será juzgada en ausencia. Está en Estados Unidos, donde tiene varios proyectos mediáticos, incluyendo un podcast y una miniserie sobre su caso que está en desarrollada en la plataforma Hulu.

La acusación de Knox contra el propietario del bar, Patrick Lumumba, apareció en la declaración mecanografiada por la policía que ella firmó, pero que el alto tribunal no admitió en este nuevo juicio.

Intentó retractarse de la acusación en una nota manuscrita de cuatro páginas que redactó en inglés la tarde siguiente, que es la única evidencia sobre la que el tribunal podrá pronunciarse esta vez, explicó su abogado.

A pesar de los intentos de Knox para desdecirse, Lumumba fue arrestado para ser interrogado y estuvo retenido durante casi dos semanas. Lumumba, que ya no vive en el país, se persona como acusación civil junto a la fiscalía, algo permitido por la ley italiana.

La condena por calumnias acarrea una sentencia de tres años de cárcel, que Knox cumplió durante los casi cuatro años que pasó detenida hasta que un tribunal de apelaciones de Perugia determinó que ni ella ni Sollecito eran culpables. Tras seis años de veredictos contradictorios, el máximo tribunal italiano exoneró definitivamente a Knox en 2015.

Kercher apareció degollada y semidesnuda el 2 de noviembre de 2007, bajo una manta en su cuarto, que estaba cerrado con llave, en el apartamento que compartía con Knox y otras dos personas.

Rudy Guede, cuyo ADN y huellas fueron halladas en la escena del crimen, fue condenado por asesinato en un juicio rápido y sentenciado a 16 años de prisión. Quedó en libertad tras pasar 13 años entre rejas y en la actualidad está siendo investigado por presuntos abusos físicos y sexuales a una exnovia desde su salida de la cárcel.