Afganistán en peligro de quedarse sin comida
El Talibán, que tomó el poder en una campaña militar relámpago poco antes de la retirada militar de Estados Unidos, debe ahora gobernar un país que depende de la asistencia internacional.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
PUBLICIDAD
Las reservas de alimentos en Afganistán podrían agotarse este mes, advirtió el miércoles un funcionario de la ONU, asomando la posibilidad de que la hambruna se suma a la larga lista de crisis que encara el movimiento Talibán tras regresar al poder.
Aproximadamente una tercera parte de los 38 millones de habitantes de Afganistán sufren una “carencia urgente” de alimentos, declaró Ramiz Alakbarov, coordinador humanitario de la ONU en el país. Ante la inminente llegada del invierno y la sequía reinante, urge más dinero para alimentar a la ciudadanía, enfatizó.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha traído comida y la ha repartido a decenas de miles de personas en las semanas recientes. Pero Alakbarov afirmó que de los 1.300 millones de dólares necesitados, se ha recibido sólo el 39%.
“La difícil temporada de invierno se está acercando, y si no llegan más fondos, la reserva de alimentos se agotará para fines de septiembre”, destacó.
El Talibán, que tomó el poder en una campaña militar relámpago poco antes de la retirada militar de Estados Unidos, debe ahora gobernar un país que depende de la asistencia internacional y se encuentra sumido en una grave crisis económica. Además del desabastecimiento de alimentos, los empleados públicos llevan meses sin sueldo y la moneda nacional está en franca depreciación. La mayoría de las reservas en divisas están congeladas en bancos en el extranjero.
Tras la retirada estadounidense, muchos afganos esperan ansiosos a ver cómo gobernará el Talibán. El movimiento islamista radical, antes de ser derrocado por la invasión multinacional en el 2001, impuso un brutal régimen fundamentalista que prohibía la educación de las niñas, prohibía a las mujeres salir de sus casas y prohibía la televisión, la música e incluso la fotografía.
Ahora el Talibán dice que gobernará con más moderación. Hoy en día hay escuelas donde hay niños y niñas, aunque el Talibán dice que tendrán que estudiar en aulas distintas. Hay mujeres en las calles, pero con el pañuelo tradicional sobre la cabeza, no con la burqa que les cubre de pies a cabeza y que el Talibán les obligaba a vestir en su régimen anterior.
Los afganos no sólo temen el regreso de sistema fundamentalista anterior, sino que también consideran que la economía del país no ofrece oportunidades. Es por ello que decenas de miles de habitantes intentaron salir en la caótica evacuación de las últimas semanas.