Acusan joven de 17 años por ataque a puñaladas en el que murieron tres niñas en Inglaterra
Se han reportado disturbios provocados por revoltosos ultraderechistas que atribuyen la autoría de la matanza a inmigrantes.
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LONDRES. La policía británica dijo el jueves que ha acusado a un joven de 17 años de asesinato, por un ataque con arma blanca que dejó tres niñas muertas y varias más en estado crítico. Los cargos se presentaron mientras la traumatizada ciudad de Southport se limpiaba tras un brote de violencia de extrema derecha, y agitadores encendidos por la ira y la desinformación sobre el ataque que se enfrentaron con la policía cerca de la residencia del primer ministro en Londres.
La Policía de Merseyside informó de que el adolescente, cuyo nombre no se ha revelado debido a su edad, se enfrenta a tres cargos de asesinato y a 10 de intento de asesinato por las personas heridas en el ataque, durante una clase de baile y yoga de las vacaciones de verano con temática de Taylor Swift.
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Está previsto que comparezca ante el tribunal de Liverpool a última hora del jueves.
Unas dos docenas de niños asistían el lunes al taller de vacaciones de verano cuando irrumpió un atacante con un cuchillo. Alice Dasilva Aguiar, de 9 años, Elsie Dot Stancombe, de 7, y Bebe King, de 6, murieron a consecuencia de las heridas. Otras diez personas resultaron heridas, entre ellas cinco niñas y dos adultos que se encuentran en estado crítico.
Manifestantes de extrema derecha lanzaron varias protestas violentas, aparentemente en respuesta al ataque, enfrentándose con la policía frente a una mezquita de Southport el martes.
Unos cientos de manifestantes lanzaron latas de cerveza y bengalas cerca de la residencia del primer ministro británico, Keir Starmer, en Downing Street, en el centro de Londres, el miércoles por la noche. Más de 100 personas fueron detenidas por delitos como desórdenes violentos y agresión a un trabajador de emergencias, informó la Policía Metropolitana de Londres.
La policía también se enfrentó a manifestantes violentos en la ciudad de Hartlepool, en el noreste de Inglaterra, mientras grupos de extrema derecha tratan de avivar la ira por un ataque que han tratado de vincular -sin pruebas- a inmigrantes.
Horas antes, los residentes de Southport barrieron cristales y ladrillos rotos de las calles después de que manifestantes de extrema derecha se enfrentaran a la policía frente a una mezquita de la ciudad costera.
El martes por la noche, una multitud de varios centenares de personas lanzaron ladrillos y botellas contra la policía antidisturbios en Southport, incendiaron contenedores de basura y vehículos y saquearon una tienda, horas después de una vigilia pacífica por las niñas de 6, 7 y 9 años asesinadas. Más de 50 agentes resultaron heridos, entre ellos más de dos docenas que fueron trasladados a hospitales, según las autoridades.
“Estoy absolutamente consternada y asqueada por el nivel de violencia mostrado contra mis agentes”, declaró Serena Kennedy, jefa de policía de Merseyside. “Algunos de los primeros intervinientes que acudieron a esa horrible escena el lunes (...) se enfrentaron entonces a ese nivel de violencia”.
Cinco hombres han sido detenidos en relación con los disturbios de Southport, principalmente por desórdenes violentos; uno fue arrestado por poseer un cuchillo y pelearse. Kennedy dijo que se esperaban más detenciones.
Starmer condenó el “matonismo” y dijo que los manifestantes “secuestraron” el dolor de la comunidad.
Norman Wallis, director ejecutivo del parque de atracciones Southport Pleasureland, fue una de las decenas de personas que acudieron con cepillos y palas para limpiar los escombros.
“Es horrendo lo que hicieron esos revoltosos anoche”, dijo. “Pero ninguna de esas personas era la gente de Southport”, añadió. “La gente de Southport es la que está hoy aquí limpiando el desastre”.
Los manifestantes, que según la policía eran simpatizantes de la ultraderechista Liga de Defensa Inglesa, se vieron al parecer alimentados por falsos rumores en Internet sobre el sospechoso.
La policía dijo que un nombre que circulaba por las redes sociales -difundido por activistas de extrema derecha y cuentas de origen turbio que pretendían ser organizaciones de noticias- era incorrecto y que había nacido en Gran Bretaña, contrariamente a lo que se afirmaba en Internet de que era solicitante de asilo. Los nombres de los sospechosos menores de 18 años no suelen hacerse públicos en Gran Bretaña.