Haití vive una tregua tras violentas protestas
Muchos se preguntan si la atención en Venezuela y no en el empobrecido vecino país caribeño se debe a que los haitianos no tiene petróleo, y y reclaman el envío de ayuda humanitaria para este país.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Puerto Príncipe. Haití vive una especie de tregua después de las violentas protestas de los últimos días contra el Gobierno de Jovenel Moise, azuzadas por una grave crisis económica, aunque la oposición anuncia que las movilizaciones van a continuar.
Desde el pasado sábado, Haití, el país más pobre de América, ha ido poco a poco retornando a la normalidad y saliendo de la paralización en la que se mantuvo desde el pasado 7 de febrero, cuando miles de personas salieron a las calles para exigir la renuncia de Moise, a quien responsabilizan de la crisis económica.
Las protestas, que se extendieron hasta el viernes pasado y causaron al menos nueve muertos, se volvieron día a día más violentas con saqueos de comercios, calles bloqueadas con neumáticos ardiendo, y quema de vehículos.
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El Gobierno de Haití ha hecho varios llamados al diálogo, pero los sectores de oposición más radicales, como el Sector Democrático y Popular rechazan sentarse a dialogar y anuncian nuevas movilizaciones.
En su cuenta de Twitter, Andre Michel, uno de los líderes del Sector Democrático y Popular, anunció este martes una rueda de prensa para las próximas horas para determinar los próximos pasos, y pidió a la población "poner en orden sus asuntos antes del comienzo de la última fase de la lucha".
En uno de los países más desiguales del mundo, con casi el 60 % de la población viviendo bajo la línea de la pobreza ($2.41 al día) y más del 24 % por debajo de la pobreza extrema ($1.23 al día), según cifras del Banco Mundial, y una inflación que alcanzó el 15.1 % en diciembre del año pasado, la grave crisis económica y la corrupción se ha convertido en caldo de cultivo para las protestas.
En opinión de varios analistas consultados por Efe, Moise no ha respondido a las expectativas y el descontento popular con su gestión, que inició en febrero de 2017, ha ido en aumento a la par que se agrava la crisis económica.
En declaraciones a Efe, el economista haitiano Etzer Emile señaló que una de las principales causas de la crisis es la mala gestión política de Moise que ha hecho que el déficit presupuestario alcanzará en 2018 una cifra récord mientras el crecimiento económico fue solo de un 1,5 % el año pasado.
Pero también apuntó que hay un problema de legitimidad del Gobierno de Moise, ya que fue elegido en unos comicios en los que la tasa de abstención fue cercana al 80 %.
En un intento por bajar la tensión, el primer ministro de Haití, Jean Henry Céant, anunció el pasado sábado una serie de medidas para tratar de paliar la crisis económica y luchar contra la corrupción.
Entre las medidas anunciadas por Céant figuran la reducción de los precios de alimentos, como el arroz, que forma parte de la dieta básica de los haitianos y que ha experimentado en los últimos meses una fuerte subida.
Pero en mercados como el de Petion Ville, varios vendedores explicaron a Efe que el precio del arroz no ha bajado sino que al contrario ha seguido subiendo en los últimos días, y hoy vendían 8 libras (3,6 kilos) a 300 gourdes (3,67 dólares).
Para vendedoras como Deumate, que tiene que alimentar a 4 hijos que llevan casi dos semanas sin poder ir al colegio porque las escuelas están cerradas, "si no bajan los precios de los productos, las protestas continuarán".
"La vida está cara, la gente no puede comprar nada", se lamenta en declaraciones a Efe en su puesto de venta en el mercado que está rodeado de basura que llevan días sin recoger.
Aunque algunas escuelas abrieron este martes sus puertas, muchos alumnos permanecieron en sus casas ya que aún persiste un ambiente de tensión e incertidumbre, mientras que el transporte y el comercio, paralizado todos estos días, empezó a recobrar la normalidad.
En algunos centros médicos, como el Hospital Universitario de Haití, que está ubicado al lado del Palacio Nacional, destruido por el terremoto de 2010 que causó más de 300,000 muertos, las protestas también han afectado la atención de los pacientes debido a la falta de medicinas por los bloqueos de las carreteras.
En medio del tenso panorama que vive la nación, la Policía haitiana informó ayer de que siete extranjeros y un haitiano fueron detenidos por posesión ilegal de armas de guerra.
Los detenidos son cinco estadounidenses, dos serbios y un haitiano quienes, de acuerdo con la información, tenían en su poder varias ametralladoras, pistolas, chalecos antibalas, drones y teléfonos satelitales, entre otros equipos.
Mientras tanto, la comunidad internacional solo ha hecho hasta ahora un único pronunciamiento a través del Core Group, integrado por el representante especial adjunto del secretario general de las Naciones Unidas, los embajadores de Alemania, Brasil, Canadá, España, EE.UU., Francia, la Unión Europea y el representante especial de la OEA, en el que llamó también al diálogo para buscar una solución a la crisis política y económica.
En las redes sociales, muchos ciudadanos se preguntan si esta falta de atención se debe al hecho de que Haití, a diferencia de Venezuela, no tiene petróleo, solo pobreza, y reclaman el envío de ayuda humanitaria para este país.