Estados Unidos contacta en secreto al segundo hombre más poderoso de Venezuela
Se reunió el mes pasado en Caracas con una persona cercana al gobierno de Donald Trump.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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BOGOTÁ. Estados Unidos ha iniciado comunicaciones secretas con el líder socialista Diosdado Cabello mientras funcionarios cercanos al presidente Nicolás Maduro intentan obtener garantías de que no sufrirán represalias si ceden a las crecientes demandas para que deje el poder, dijo un alto funcionario gubernamental estadounidense a The Associated Press.
Cabello, considerado el hombre más poderoso de Venezuela después de Maduro, se reunió el mes pasado en Caracas con una persona que está en contacto cercano con el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, señaló el funcionario. Se está organizando una segunda reunión, pero aún no se ha llevado a cabo.
La AP no está revelando el nombre del intermediario ni los detalles sobre el encuentro con Cabello por temores a que esa persona pudiera sufrir represalias. El funcionario estadounidense habló a condición de guardar el anonimato porque no está autorizado a declarar sobre los contactos, que aún son preliminares. Se desconoce si Maduro aprobó dichos contactos o no.
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Cabello ejerce mucho poder dentro de Venezuela, y su influencia en el gobierno y en las fuerzas de seguridad ha aumentado a medida que el poder de Maduro se ha debilitado. Pero las autoridades estadounidenses también han acusado a Cabello de estar detrás de enormes actos de corrupción, narcotráfico e incluso amenazas de muerte hacia un senador estadounidense en funciones.
El funcionario estadounidense dijo que bajo ninguna circunstancia Washington intenta promover a Cabello ni facilitar el camino para que sustituya a Maduro. En lugar de eso, la meta del contacto es incrementar la presión sobre el régimen al contribuir con la lucha que Estados Unidos cree está ocurriendo tras bambalinas entre círculos de poder rivales dentro del partido gobernante.
Se están llevando a cabo contactos similares con otros altos funcionarios venezolanos, señaló el funcionario estadounidense, y la Casa Blanca está limitándose a escuchar qué se requeriría para que traicionen a Maduro y respalden un plan de transición.
Cabello no respondió a una solicitud de comentarios.
Sin embargo, un asesor de Cabello dijo que Estados Unidos ha estado realizando crecientes y desesperados intentos por contactarlo. El asesor rechazó la idea de que el dirigente socialista estuviera traicionando a Maduro de alguna forma, y dijo que Cabello sólo se reuniría con estadounidenses contando con el permiso del presidente y si ello contribuye a que Washington cancele las sanciones que él responsabiliza de doblegar a la economía venezolana, fuertemente dependiente del petróleo. El asesor habló a condición de guardar el anonimato porque carece de autorización para declarar públicamente sobre asuntos políticos.
Una persona al tanto del encuentro en julio dijo que Cabello parecía tener amplios conocimientos y llegó bien preparado a la reunión con el enviado respaldado por Estados Unidos, con una comprensión clara de los problemas políticos de Venezuela. La persona también habló a condición de guardar el anonimato porque no tiene autorización para declarar sobre el asunto.
A medida que la crisis de Venezuela se alarga, ha surgido un patrón predecible en el que Juan Guaidó, al que Estados Unidos y docenas de otros países reconocen como presidente legítimo de Venezuela, no ha logrado granjearse el respaldo de las fuerzas armadas y con ello ascender al poder. A la vez Maduro carece de fuerza suficiente para aprehender a su rival o rescatar la maltrecha economía en medio de sanciones estadounidenses cada vez más intensas. Este mes, Washington aplicó una nueva ronda de sanciones que incauta todos los activos del gobierno de Maduro en Estados Unidos y amenaza con penalizar a compañías de terceros países que continúen realizando negocios con él.
Las conversaciones patrocinadas por Noruega entre la oposición y el gobierno han avanzado lentamente y fueron suspendidas este mes por Maduro, que acusó a Guaidó de celebrar el “bloqueo brutal” de Estados Unidos. Ni Cabello, ni las fuerzas armadas venezolanas ni la Casa Blanca están participando en esas conversaciones.
A fin de salir del estancamiento, algunos conspiradores pretenden que Estados Unidos conciba un plan que proteja de un eventual enjuiciamiento a los miembros del gobierno que le den la espalda a Maduro. Washington ha reiterado que ofrecería alivio de sanciones a altos miembros del gobierno socialista si toman “medidas concretas y significativas” para poner fin al régimen de Maduro. En mayo pasado, levantó rápidamente las penalizaciones al exjefe de espionaje de Maduro, el general Manuel Cristopher Figuera, después de que desertó durante un fallido levantamiento militar.
Como jefe de la Asamblea Nacional Constituyente, Cabello tiene la autoridad para destituir a Maduro, un cargo que podría ser útil en cualquier transición negociada. Pero hasta el momento ha dirigido a la institución, a la que Estados Unidos considera ilegítima, como una herramienta para frenar automáticamente las iniciativas del Congreso de mayoría opositora, y sin dar muestra de una posible deserción.
No está claro quién inició contactos con Cabello. Pero un funcionario estadounidense señaló que el dirigente socialista está hablando a espaldas del asediado Maduro a pesar de sus despliegues casi diarios de lealtad y sus frecuentes arengas en contra de Trump.
Un político opositor al que se le informó del contacto dijo que el ministro del Poder Popular para la Defensa, Vladimir Padrino, y el ministro del Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, son algunos de los funcionarios que han tenido contacto indirecto con los estadounidenses, resaltando el grado al que Maduro está rodeado de conspiradores incluso después de que un levantamiento militar orquestado por la oposición en abril pasado fue sofocado fácilmente. El político habló a condición de guardar el anonimato debido a que no está autorizado a declarar sobre el tema. La AP no pudo verificar de manera independiente la versión del político opositor.
Cabello, de 56 años, ha sido percibido desde hace tiempo como rival de Maduro, alguien que cuenta con posturas económicas más pragmáticas y cuya ideología no están tan apegada con la de la Cuba comunista. Se sentó a la derecha de Hugo Chávez cuando el difunto mandatario socialista designó a Maduro, sentado a su izquierda, como su sucesor en su última aparición pública antes de morir a consecuencia de un cáncer en 2013.
Al parecer, Cabello no formó parte de los funcionarios de alto rango que participaron en la conspiración para destituir a Maduro en abril, cuando Guaidó y su mentor Leopoldo López aparecieron en un puente del este de Caracas rodeados de un pequeño contingente militar. Desde el fallido levantamiento, la influencia del ex teniente del ejército sobre el gobierno y las fuerzas armadas ha ido en aumento, con la designación de aliados cercanos al frente del ejército y del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), la temida policía política.
Además sigue siendo popular entre la base chavista, luego de que en los últimos cinco años ha llegado a todo el país con un programa en la televisión estatal que goza de una elevada audiencia y a través del cual arremete contra la oposición y Estados Unidos.
“Saludo solidario al hermano presidente”, dijo en su más reciente transmisión, en la que Maduro participó vía telefónica como invitado especial. “Aquí nosotros no tenemos ni secretos ni tenemos mentiras, cada vez que vamos haciendo algo se lo vamos informando a nuestro pueblo, nuestro pueblo es un pueblo consciente, informado, que toma decisiones y fija posiciones”.
No es la primera vez que Estados Unidos intenta negociar con Cabello. En 2015, Thomas Shannon, que en ese entonces fungía como asesor del secretario de Estado John Kerry, se reunió con Cabello en Haití para allanar el camino a las elecciones legislativas, en las que la oposición se impuso por amplio margen.
Pero hasta ahora, el gobierno de Trump ha demostrado un profundo desdén hacia Cabello, imponiéndole sanciones el año pasado por supuestamente organizar el trasiego de drogas y dirigir una enorme red de sobornos a través de la cual se malversaron fondos estatales, e invertir los fondos robados en bienes raíces en Florida. Estados Unidos también cree que Cabello analizó un plan para asesinar al senador republicano por Florida, Marco Rubio, quien lo llamó el “Pablo Escobar de Venezuela”.
“Cabello es uno de los peores entre los peores dentro de Venezuela”, dijo Fernando Cutz, exasesor de seguridad nacional en Latinoamérica en los gobiernos de Barack Obama y Trump. “Si la estrategia es intentar negociar con el jefe de la mafia, tienen al tipo indicado. Pero esa estrategia conlleva grandes riesgos”.