Wanda Vázquez dice que todos los viajeros tienen “sospecha razonable de haber estado expuesto a COVID”
Unas 350 personas serán contratadas para monitorear a los viajeros.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Si planifica regresar a Puerto Rico tras disfrutar un viaje al exterior o desea tomarse un breve periodo de vacaciones en la “Isla del Encanto”, sepa que desde este próximo 15 de julio las regulaciones que deberá cumplir para poder pisar suelo borincano se han reforzado en un intento de evitar los contagios por coronavirus.
Las nuevas normas incluyen traer el resultado de una prueba molecular negativo realizada 72 horas antes de su arribo a la Isla, el uso de la mascarilla, someterse a un cernimiento en el aeropuerto o cumplir con una cuarentena de 14 días si no desea cumplir con los requisitos antes expuestos, informó este martes la gobernadora Wanda Vázquez durante una conferencia de prensa realizada en el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, en Isla Verde.
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“Nosotros lo que estamos diciendo es que puede venir todo el que quiera, pero el que venga tiene que tener su prueba negativa molecular a COVID-19 o si no tiene que estar en cuarentena hasta tanto tenga una prueba negativa”, precisó.
Las medidas, que entran en vigor a partir del 15 de julio, surgen luego de que se registraran varios brotes de coronavirus portados por personas recién llegadas a la Isla desde los Estados Unidos. Según ha informado el Departamento de Salud, los viajeros asistieron a fiestas familiares y provocaron contagios en Ciales, Canóvanas, y Guayanilla.
Según el secretario de Salud, Lorenzo González Feliciano, las restricciones impuestas representan “un esfuerzo mucho más poderoso que otros estados”, pues contará con un rastreo de viajeros a través de mensajes de texto diarios que tendrán que ser contestados y un monitoreo presencial aleatorio que se establecería.
“En la medida una persona no conteste o responda, muy probablemente pasa a ser de ese grupo aleatorio”, informó el secretario, al alegar que ningún país tiene la capacidad para rastrear a la totalidad de pasajeros que lleguen hasta su jurisdicción.
En el caso de Puerto Rico, se estima que entre 4,000 a 6,000 entran diariamente por el aeropuerto. Se cree que a finales de julio y principios de agosto, durante el pico de la época veraniega, ese volumen aumente a 9,000 pasajeros diarios, precisó la directora de la Compañía de Turismo, Carla Campos.
Obligatoria la mascarilla
En primera instancia, Vázquez insistió en el uso de mascarilla para controlar la pandemia. Recordó que los brotes que se reportan en varios estados de Estados Unidos, como Texas y Florida, se deben a que no se les requirió a la población utilizarlas de manera obligatoria. Por tal razón, señaló que la orden ejecutiva 2020-52 requerirá que “todo pasajero deberá utilizar de manera compulsoria una mascarilla o bufanda a su llegada a Puerto Rico”.
“Persona que se quede en un hotel o casa de arrendamiento tiene que salir con la mascarilla”, afirmó la gobernadora, al señalar que estos comercios también deben exigir el cumplimiento de esta medida.
Dijo que los negocios que no exijan el uso de las mascarillas o tenga comensales a su alrededor sin las mismas podrían ser cerrados. Además, podrían recibir multas de hasta $5,000 o seis meses de cárcel.
Presentar resultado negativo
Pero más allá de tener que cubrirse la boca y la nariz, para lograr tener un viaje placentero a la llamada “Perla del Caribe”, todo viajero deberá presentar -al bajarse del avión- un resultado negativo a una prueba molecular de coronavirus realizada 72 horas previo a su llegada. Además, deberá completar un formulario de información para que el gobierno pueda monitorear el estado de salud a través de un sistema establecido por el Departamento de Salud, llamado el SARA Alert.
Ambos requisitos son el punto primordial de la nueva orden ejecutiva suscrita por la gobernadora para intentar frenar los contagios a causa de personas que lleguen contagiadas de otros países en que la epidemia no esté controlada.
Es que, bajo este nuevo panorama de la pandemia, todo viajero que desee entrar a la Isla se le identificará “como con sospecha razonable de haber estado expuesto a COVID”.
Según explicó la primera ejecutiva, la persona que esté en tránsito a Puerto Rico debe llenar por internet, preferiblemente, el formulario de entrada y someter el resultado de la prueba negativa. De no poderlo hacer electrónicamente, la línea aérea entregará un documento en papel para completar.
Si el resultado a la prueba dio negativo, sepa que no tendrá que cumplir ningún periodo en cuarenta y podrá disfrutar de las bellezas de la Isla a su esplendor. Pero, si el resultado es positivo, no podrá entrar al país.
La gobernadora dijo que el viajero “tiene que hacer los arreglos para cambiar pasaje. Con prueba positiva, no puedes llegar a Puerto Rico”.
No obstante, el traer el resultado de la prueba no lo haría exento de tener que pasar por el cernimiento establecido en los puertos por la Guardia Nacional. En general, se trata de la toma de temperatura y brindar detalles personales.
Asimismo, Vázquez indicó que las personas que no traigan el resultado de la prueba deberán realizarse la prueba rápida del COVID-19 en el aeropuerto. Si el resultado es positivo, en el aeropuerto se le realizará la prueba molecular y deberá estar en una cuarentena obligatoria durante su visita.
La gobernadora dijo que la persona será “responsable de los gastos médicos y la extensión de la estadía”.
De salir negativo a la prueba rápida, la persona como quiera deberá cumplir una cuarentena hasta tanto cumpla con el requisito de realizarse la prueba molecular en algún laboratorio público y privado. Una vez presente el resultado negativo, se libraría de la cuarentena.
Pero, si la persona se niega a realizarse la prueba rápida en el aeropuerto y seguir las directrices, entonces deberá permanecer 14 días en cuarentena obligatoria, expuso.
Vázquez, quien fue secretaria de Justicia, alegó que estos requisitos no privan a la persona del derecho constitucional que se tiene a la libertad. Alegó que hasta en casos vistos por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos se le da la potestad al estado de regular todo lo que redunde en la salud y seguridad de su población.
“Aquí, el proteger la vida y la salud de todos los puertorriqueños para mí tiene prioridad. Y, el que venga a Puerto Rico, esas son las reglas, porque nadie va a querer que un ciudadano venga contagiado a contaminar y a propagar un virus a una población que ha estado protegida y que ha estado cumpliendo con unas directrices para salvar su vida y su salud. Así que yo creo que nadie en Puerto Rico acepte que una persona que tenga COVID-19 venga impunemente a contagiar a los demás. Así que las reglas son esas. Si quiere venir a Puerto Rico, esas son las reglas. Si quiere ir a un lugar donde no haya esas reglas, pues tiene destinos a escoger”, manifestó a preguntas de Primera Hora.
¿A quiénes les aplica?
La orden ejecutiva aplicará a residentes de Puerto Rico que regresen a la Isla después de un viaje y a turistas. Los únicos exentos son los mecánicos de aviación y la tripulación de las aerolíneas que tengan una estancia menor a 72 horas, militares, agentes federales y aquella otra persona autorizada por el Departamento de Salud.
La gobernadora fue enfática de que tanto el viajero, como las personas que los reciban en sus hogares, en casas de alquiler u hoteles, que no cumplan con la orden ejecutiva podrían ser procesados judicialmente e imponérseles multas de hasta $5,000, seis meses de prisión o ambas penas.
Por otro lado, será el Departamento de Salud quien esté a cargo del monitoreo de viajeros. Para lograr este plan, se contratarán 350 personas, así como se adquirieron 200 nuevas computadoras y 300 celulares.
El secretario Salud precisó que la agencia utilizará el SARA Alert para emitir diariamente mensajes de texto a los viajeros. Estos mensajes incluirían preguntas sobre si ha desarrollados síntomas de coronavirus. De no responder, podrían ser procesados judicialmente, así como comenzarse en contra un seguimiento más riguroso, como identificar si verdaderamente están en el lugar que se suponía cumplieran las cuarentenas.
De hecho, González Feliciano aceptó que lo importante de esta nueva regulación es el rastreo, que seguiría al viajero por 14 días.