Viequenses no olvidan sus innumerables sufrimientos por falta de un hospital
Sus reclamos surgen ante el inicio de la demolición del viejo CDT y la promesa del gobierno de que la nueva construcción estaría completada para el 2024.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Vieques. Después de casi cinco años, innumerables promesas por parte de gobernantes y lamentables muertes de varios ciudadanos -incluidos niños- por la falta de servicios médicos esenciales, hoy comenzó la demolición del antiguo Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Vieques, trabajos que servirán para dar paso a la construcción del nuevo hospital Susan Centeno de la isla municipio, el cual se prevé completar antes que culmine el 2024.
Así lo informó el gobernador Pedro Pierluisi quien, junto al secretario de Salud, Carlos Mellado, indicó que la inversión total de la construcción es de entre $57 y $60 millones provenientes de fondos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) y fondos estatales.
Simultáneamente, a las afueras de las inmediaciones se manifestaba un grupo, -mayoritariamente de mujeres- que conforman el Colectivo Vidas Viequenses Valen, una organización comunitaria que, entre otras cosas, exige al gobierno atender durante el periodo de construcción las necesidades de servicios de salud que desde antes de los huracanes sufren los viequenses. Los residentes de la Isla Nena carecen de instalaciones médicas para que las mujeres puedan parir o los pacientes puedan realizarse estudios minuciosos, como CT-Scan, entre otras cosas.
“La demolición de la estructura actual, que está muy deteriorada, es el primer paso para este proyecto que cumplirá con códigos de construcción nuevos y tendrá todos los elementos que la comunidad ha pedido”, expresó Pierluisi un año después de haber firmado una Orden Ejecutiva que creó el Concilio de Desarrollo Económico Sostenible de Vieques.
Anteriormente, exmandatarios como Ricardo Rosselló y Wanda Vázquez habían anunciado el inicio de la construcción del nuevo hospital, pero las promesas quedaron en el limbo con extensos retrasos. En ese periodo, se hizo evidente la crisis salubrista por falta de servicios médicos en Vieques, con tragedias que incluyen las muertes de niños.
El 12 de enero de 2020 falleció la adolescente de 13 años, Jaideliz Moreno Ventura, en el refugio que se había habilitado como instalación médica provisional. La falta de un ventilador en la Isla Nena, pudo haber propiciado su muerte. Su fallecimiento provocó indignación colectiva entre viequenses, quienes llevaron bloques de construcción frente a las facilidades que se empezaron a demoler hoy. El acto simbólico se trasladó luego a la plaza de recreo, donde aún yacen los materiales de construcción. Actualmente, la familia de la menor tiene incoada una demanda contra el gobierno.
Mientras, en mayo de 2021, falleció el nene Jan Lee Rivera, quien tan solo tenía tres añitos, por complicaciones de salud antes de que pudiera ser transportado en avión al Hospital HIMA San Pablo, de Fajardo. Su traslado se hizo relevante, pues en Vieques no había disponible los servicios médicos que se requerían para salvar su vida.
“No tenemos los servicios médicos que nos merecemos”
Estas y otras anécdotas fueron recordadas por las portavoces de Vidas Viequenses Valen, entre ellas la joven Diana Ramos Gutiérrez, quien señaló que desde antes de los huracanes no se cuenta con sala de partos, entre otros servicios críticos, en la Isla Nena.
“Llegamos al espacio para reclamar que no se sigan perdiendo vidas. Esta construcción que se ha prometido realizar aquí, recordemos que se hizo hace más de un año (por el gobernador Pierluisi) y no es hasta ahora cuando empieza. Pero esto no supone de automático que vamos a contar con servicios médicos... el temor de la comunidad es que este proyecto se continúe atrasando”, dijo Ramos Gutiérrez.
Por su parte, la líder comunitaria Myrna Pagán, contó cómo las enfermedades crónicas, incluida el cáncer, han sido norma entre los problemas de salud de los viequenses y el suplicio que representa no tener unos servicios que garanticen derechos humanos mientras se completa la construcción. En su caso, dijo, tiene que ir a la Isla Grande para atender cualquier malestar físico.
Por su parte, la también activista, Kathy Gannett, no confía en que la promesa de que la construcción se complete para el 2024, y urgió a que se atienda de inmediato la falta de médicos, equipos especializados y medicamentos en la única sala de emergencia que opera en la isla municipio.
“No tenemos los servicios médicos que nos merecemos... no sabemos qué va a pasar si sigue muriendo gente para cuando esto se termine... todos sabemos que esto no va a terminar en 2024. Esto es un show y la emergencia la tenemos ahora. No queremos que siga muriendo más gente, pero para eso hay que resolver la situación actual donde ni siquiera hay médicos, porque no les pagan bien ni les brindan hospedaje adecuado”, sostuvo Gannett.
Actualmente, los pacientes deben viajar en helicóptero o avión para ser trasladados en casos de extrema urgencia. Muchos otros tienen que recurrir al servicio de lanchas -que también lleva décadas inestable, con dificultades que incluyen cancelaciones debido a las averías de las embarcaciones- para acudir a citas con especialistas que no tienen oficinas en la isla municipio, la cual se ubica en la zona este de Puerto Rico.
Respuesta del gobierno a las denuncias comunitarias
Confrontado con las denuncias de los manifestantes, el gobernador dijo que su promesa de un nuevo hospital se cumplirá para el 2024, mientras aseguró que a través de Salud se han tomado medidas para atender las necesidades clínicas de la población.
Según explicó Mellado, entre las gestiones se incluye que, actualmente, se está dando tratamiento de quimioterapias a pacientes con cáncer, a través de oncólogos que visitan la Isla Nena.
“Próximamente, vamos a empezar radioterapias”, sostuvo el también médico de profesión.
Además, aseveró que en un mes se instalarán unas unidades móviles para ofrecer otros servicios básicos de salud a través de la comunidad.
“Me puedo solidarizar con los viequenses, entiendo su molestia y frustración. La entiendo perfectamente, porque desde que comencé a trabajar con el gobernador, antes de su mandato, conversamos de crear un hospital en Vieques y que este fuera atractivo para que médicos pudieran venir a trabajar aquí”, puntualizó al agregar que también se intenta promover la telemedicina.
Otra idea, dijo, es que las escuelas de medicina de la isla hagan clínicas con especialistas en Vieques y que el Colegio de Médicos ayude en el reclutamiento de personal.
Asimismo, se considera construir un hospedaje, frente al aeropuerto, para alojar a médicos y personal de enfermería, así como también a los policías y maestros de la Isla Grande que laboran en Vieques. También se visualiza dar un incentivo a jóvenes viequenses que decidan estudiar una carrera dirigida a servicios de salud, tales como enfermería, tecnólogos médicos, terapistas respiratorios, sonografistas, entre otros.
“No voy a pedirle a la gente que está protestando que tengan paciencia. Sí puedo decirles que Vieques tendrá el hospital que merece”, puntualizó al aceptar que se considera la viabilidad de que la operación de las instalaciones se haga a través de una Alianza Público Privada.
Mientras, el coordinador federal de Recuperación de Desastres en Puerto Rico para FEMA, José Baquero, reiteró que la agencia ha obligado más de $5 millones para las facilidades temporeras donde ubica la actual Sala de Emergencia, un edificio que se usaba como refugio durante desastres naturales.
“Continuaremos conversando para ver cómo ese dinero se puede utilizar y mejorar los servicios de los viequenses en lo que se construye el hospital”, expresó Baquero.
Empieza la demolición
Cerca del mediodía del miércoles, un camión excavadora dirigido por el ingeniero viequense José Acosta Ojeda, propietario de Applied Engineering Group, dio el primer macetazo a las instalaciones que fueron construidas hace más de 30 años.
“Hoy comienza la demolición para dejar atrás esta estructura anticuada y darle paso a la construcción del nuevo hospital de Vieques... sé que algunos están incrédulos de que por fin Vieques tendrá su hospital, pero hoy damos un paso importante para demostrar mi compromiso, una promesa que hice desde antes de llegar a Fortaleza y se ha convertido en un proyecto prioritario”, explicó Pierluisi al agregar que el proceso de derrumbe debe completarse entre cuatro a seis meses.
Una vez se finalice la demolición del edificio el próximo paso es pasar a la subasta de diseño final para la construcción de las nuevas instalaciones. La apertura de la institución clínica se haría por fases, explicó por su parte el secretario de Salud.
En esa primera fase de apertura, se incluirá un Centro de Diálisis y cuartos de máquina que harían más resiliente el lugar a desastres naturales. El espacio contará con cisternas, generadores eléctricos con tanques para almacenar combustible suficiente para 15 días.
Mientras, se aseguró que en una segunda fase la nueva instalación ofrecerá servicios que actualmente no están disponibles en la Isla Nena, tales como como sala de parto, cámara hiperbárica y sala de infusión de quimioterapia.
También contaría con laboratorio, centro de imágenes, sala de cirugías menores, sala de emergencias, farmacia, clínica de servicios ambulatorios, atención dental para niños y adultos, helipuerto y 12 camas, dos de ellas en aislamiento para atender enfermedades altamente contagiosas.
“Tendrá un helipuerto en el techo, no como el de ahora, que está fuera del edificio. Ya no habrá que sacar al paciente del helicóptero y transportarlo por el estacionamiento hasta el CDT”, ha dicho el alcalde del municipio José A. “Junito” Corcino.
El gerente del proyecto de las nuevas facilidades es la Autoridad para el Financiamiento de la Infraestructura (AFI) que dirige Eduardo Rivera. El funcionario había explicado anteriormente que el diseño conceptual para reemplazar la instalación médica dañada por los huracanes Irma y María recayó en la compañía CSA Architects & Engineers, LLP, la cual cobró $173,387. Previo a la demolición, también se hizo un estudio ambiental por $20,800 a través de la Compañía Nortol Environmental and Occupational Safety. Este análisis fue requerido para identificar posibles materiales tóxicos, como asbesto y plomo.