Arecibo. Asombro, tristeza y un sentido de actuar con urgencia se podía percibir entre la gente en las comunidades arecibeñas impactadas de cerca por la emergencia de muertes por sobredosis que se registra allí desde el pasado jueves.

Hasta la mañana del martes, según las cifras oficiales, la droga había cobrado al menos nueve vidas y otro caso -que se cree podría estar también relacionada a la misma cadena de eventos relacionada mayormente con el potente opioide fentanilo- seguía bajo investigación.

Según pudo constatar Primera Hora durante un recorrido por la zona, que actualmente está “ocupada” por la Policía como parte de un plan que busca atender la emergencia y detener las muertes, la situación no tiene precedentes. Además de causar dolor, la situación ha tomado por total sorpresa a la gente, incluso a personas que llevan años experimentando las duras condiciones de la vida en la calle, como el caso de un hombre que habló con este diario bajo condición de anonimato.

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Son amigos de uno, son conocidos. Comoquiera uno los conoce”, expresó acongojado. “Son seres humanos. Yo soy cristiano también, yo soy apartado, y le duele a uno. ¿Cómo no? Es una vida”.

Uno de los entrevistados sostuvo que “eso (la droga presuntamente adulterada) no vino de aquí”, sino que fue una muestra que trajeron de otro sitio. Porque aquí el fentanilo no es aceptable”.
Uno de los entrevistados sostuvo que “eso (la droga presuntamente adulterada) no vino de aquí”, sino que fue una muestra que trajeron de otro sitio. Porque aquí el fentanilo no es aceptable”. (Ramon "Tonito" Zayas)

Repasó que, “la primera que murió fue Beba (Janevis González García)… acho, digo era usuaria y to, y pues se buscaba el peso como fuera. Pero son gente buena, gente que, pues, por el vicio tienen que hacer algunas cosas que no están dentro de la ley de Dios, pero son gente buena”.

Se expresó firme en que “eso (la droga presuntamente adulterada) no vino de aquí”, sino que fue una muestra que trajeron de otro sitio. Porque aquí el fentanilo no es aceptable”.

Eso lo trajeron de otro sitio, y le dieron a una persona (Beba) una muestra y pegó a regarla. Pero aquí, como tal, ninguno de los puntos que hay aquí, ninguno, usa fentanilo. Aquí ningún punto acepta eso aquí, ni para cortar material ni para nada. Eso no se usa para nada”, insistió.

Narró que Beba, a quien describió como una mujer de 35 años, madre y del pueblo de Utuado, ni alcanzó a comentar quién era la persona que se la había dado la sustancia.

El alcalde de Arecibo, Carlos “Tito” Ramírez Irizarry, sostuvo una reunión con varios funcionarios, entre ellos el Dr. Carlos Mellado, secretario del Departamento de Salud.
El alcalde de Arecibo, Carlos “Tito” Ramírez Irizarry, sostuvo una reunión con varios funcionarios, entre ellos el Dr. Carlos Mellado, secretario del Departamento de Salud. (Ramon "Tonito" Zayas)

Ella murió en el momento. Ella de inhalar el fentanilo se murió. Igual que este hombre de Vista Azul, venía subiendo en la bicicleta y ahí al frente se cayó muerto. De probarla. Era fentanilo puro. Ella vino y pues estaba usando y le dio a to el mundo porque, imagínate, era un bonche bien grande y pegó a repartir. Pero eso lo trajeron de otro pueblo, eso no fue de aquí”, reiteró el hombre.

Aseveró que, más allá de las acciones que se estén tomando en estos momentos, y que se hable de estrategias y asistencias, o de si las muertes se pudieron o no prevenir, lo que debe quedar claro es que “el que repartió el fentanilo es el culpable. El que lo dio pa que lo dieran, ese es el culpable”.

Se hizo entrega del medicamento Narcán, para tratar las sobredosis.
Se hizo entrega del medicamento Narcán, para tratar las sobredosis. (Ramon "Tonito" Zayas)

Acto seguido, criticó la respuesta de llenar el área de policías y la calificó de “ridiculez” que provoca otros problemas a la gente que vive en la calle.

“(La Policía) está todo el tiempo metía aquí y no deja… porque comoquiera que sea, pues no hay trabajo, y uno se tiene que buscar el peso en algo, porque ¿con qué comemos? ¿con qué bebemos? ¿con qué… lo que sea, las necesidades de uno? Pues hay que buscarse el peso como sea. Los que usan heroína, cocaína, crack, lo que sea, se las buscan el peso aquí mismo. Entonces, si la policía sigue así, se mueren de hambre. Entonces no se van a morir por el fentanilo, y se van a morir de hambre”, cuestionó.

“Ta bien que, pues, ese es el trabajo de ellos. Pero aquí mucha gente depende, y las familias dependen de eso”.

Una mujer, que sale de un área donde adictos se administran la droga y donde habían cartuchos de Narcán, camina frente al residencial Buena Vista.
Una mujer, que sale de un área donde adictos se administran la droga y donde habían cartuchos de Narcán, camina frente al residencial Buena Vista. (Ramon "Tonito" Zayas)

Fuera de ese rincón frecuentado por personas sin hogar, en el residencial Trina Padilla de Sanz también reinaba el estado de shock por las muertes.

“Son seres humanos. Conocía a varios de ellos”, comentó con tristeza Isent Ruiz Ocasio, quien vive en el residencial Ramón Marín Solá.

“Jamás se había visto una cosa así. Afectó mucho, tanto como a mis vecinas, aquí a los vecinos. Es que son personas que uno los ve todos los días. Y al no verlo, hacen falta ya por el área”.

Agregó que la situación ha dejado mucha preocupación entre la comunidad y “muchos nos preguntamos, y nos sentamos, y dialogamos los vecinos, que no es fácil, no es fácil. Porque también nosotros pensamos en esas pobres madres. Yo como madre, como abuela, pues me pongo en el zapato de ellos. Y ellos serán usuarios, pero ellos son muy buenos, muy respetuosos y todo. No merecen morir así”.

La presencia policiaca es evidente en la zona.
La presencia policiaca es evidente en la zona.

Comentó que al saber de la primera muerte pensaron, quizás era “un cantazo mal dao o algo… pero cuando empezaron ahí, ahí… ay mi madre santísima de mi Cristo”.

Asimismo, sostuvo que piensa que, “esas personas, si ayudaran más, puede ser que se hubieran salvado”.

De hecho, pensando en cómo ayudar, ella y otra vecina, al momento de la entrevista, iban camino a las oficinas del residencial a buscar orientación, para saber cómo actuar en caso que vieran a otra persona afectada por sobredosis.

No sabían del Narcán, medicamento para combatir las sobredosis de opioide, incluyendo el fentanilo, ni cómo aplicarlo, pero querían aprender su uso y están en la disposición de colaborar para evitar más muertes.

Por su parte, los jóvenes Edward Rivera y Camila Santiago, quienes dijeron que conocían a algunos de los fallecidos de vista, indicaron que lo ocurrido “fue una sorpresa. De verdad que no lo esperaba”.

A medida que aumentaban las víctimas, indicó Rivera, “nos desesperamos demasiado, porque ya es bastante. De verdad que ya es bastante. En 28 años que tengo no había visto esto. Los vecinos están traumaos”.

Comentaron que agencias gubernamentales ya pasaron por allí y entrevistaron y ofrecieron orientación, además de proveer Narcán y explicarles cómo se usa para combatir la sobredosis por opioides, incluyendo al fentanilo, sustancia de la que no habían escuchado antes de esta emergencia.

Rivera añadió que la comunidad se está organizando “pa estar pendientes a todo”.

“Dito, que no caigan más na. Es lo único que yo digo… pero fue algo inmenso, que a cada uno nos dejó sorprendidos, de verdad que sí. Porque no se había visto eso aquí”, insistió.

Las declaraciones de la comunidad se dieron durante un recorrido posterior a una reunión de emergencia que tuvo lugar en Arecibo, y que contó con la presencia del alcalde Carlos “Tito” Ramírez Irizarry, el secretario de Salud, Carlos Mellado, así como directivos de la Policía, la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca), entre otros, en la que se buscaría trazar un plan de trabajo para atender la emergencia por sobredosis en el área de la manera más efectiva y “mitigar la fase aguda y evitar que más personas mueran”.

De acuerdo a la información ofrecida en la conferencia de prensa, de las nueve muertes confirmadas al momento, siete corresponden a hombres y dos a mujeres. Seis de las muertes se registraron el pasado jueves, otra ayer lunes, y dos más en instituciones hospitalarias. La décima muerte, que aún se investigaba, se informó el este martes.

Además, una persona estaba en sala de emergencias y otras tres hospitalizadas. Finalmente, unas 32 personas habían recibido atención en la comunidad, evitando que la mayoría de ellas que tuvieran que llegar al hospital.

Mellado agregó que, aunque hay una emergencia al momento en Arecibo, la crisis de muertes por sobredosis, en particular las asociadas al fentanilo, no se limitan a este municipio, sino que es algo que viene ocurriendo por todo Puerto Rico, además de a nivel mundial, por los pasados años.

Tampoco ciñen a un sector social, pues en Arecibo solo dos de las muertes eran de personas sin techo; el resto “mayormente, son profesionales o personas que tienen hogares”.

En el caso de la Isla, además, se explicó que es común que se mezclen más de una sustancia, entiéndase cocaína, heroína, crack, fentanilo, xilacina, entre otras.

De acuerdo a las cifras oficiales, para este año ya se habían registrado 155 fatalidades por sobredosis, 123 de ellas con presencia de fentanilo. En 2022, hubo 902 muertes en que se encontró este tipo de drogas, y en 2023 hubo 696. Desde 2018 a junio pasado, según ha confirmado el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) se habían contado “al menos 3,656 defunciones donde se encontraron sustancias”.

Por otro lado, el alcalde Ramírez aprovechó la ocasión para hacer un llamado al gobierno central para que atienda la petición que hizo “hace meses” y le entreguen una escuela cerrada que está en el área, que actualmente está llena de caballos, y que quieren usar para instalar allí un comedor y proveer comida caliente en colaboración con la organización El Comedor de la Kennedy.