“Uno vive del amor, pero también se necesita dinero para vivir”, reclama mesera
Piden la aprobación de medidas legislativas para ser igualadas al salario mínimo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
PUBLICIDAD
Dos meseras, una de las cuales no dio su nombre por temor a represalias, ofrecieron testimonio hoy de su realidad laboral y de cómo subsisten con un salario a base de propinas.
Ambas mujeres jóvenes participaron en una protesta en el lado sur del Capitolio, donde otros meseros reclamaron salarios dignos y la aprobación de dos proyectos de ley sometidos en Cámara y Senado, que buscan igualar al salario mínimo a los trabajadores cuyos sueldos dependen de propinas. Actualmente este sector laboral tiene un salario base de $2.13 la hora y el patrono debe compensar la diferencia en caso de que al sumar las propinas no alcancen el salario mínimo de $8.50 la hora.
“Lo que queremos es que se apruebe un proyecto que nos defienda a nosotros también. Yo tengo dos trabajos, también trabajo de bartender. Solo pido que se me remunere dignamente por todo el trabajo que yo hago, porque uno vive del amor, pero también se necesita dinero para vivir hoy día, en esta sociedad”, narró la mesera que labora en un restaurante de San Juan y que no pudo identificarse.
“Todos los días sí me dan mis propinas, pero cobro semanal el cheque que me da la compañía que fluctúa entre los $25 a $30 por una semana de trabajo, cinco días. Mi propina yo la comparto con la barra porque se les da un por ciento de nuestras ventas”, sostuvo la joven de 22 años.
Tambien subrayó que la propina es sugerida. “Es si el cliente la desea dejar de 15, 18 o el 20 por ciento. Si un cliente no desea dejarla podría perder mi dinero y todo el trabajo que se hizo con ese cliente y esa mesa”, indicó la mesera, quien es estudiante universitaria.
“Soy estudiante a tiempo completo y muchos de mis días se basan de ir de mi universidad al trabajo y viceversa. Cuando falta alguien yo siempre digo presente en mi trabajo, muchas veces salgo directo desde mi trabajo a la universidad. A veces salgo a las 11:00 y 12:00 de la noche para levantarme a las 8:00 de la mañana para ir a la universidad”, relató la universitaria. Dijo que muchas veces los meseros tienen que realizar otras tareas por las que no son remunerados.
“Nuestras propinas cubren el servicio que se les da a los clientes, pero una vez se les da el servicio no se nos está remunerando dignamente por lo que es la limpieza del restaurante, el mantenerlo al día. Algunas veces cuando falta personal, en mi restaurante hay días que no tenemos dish washer (lavaplatos), nos faltan hosts (anfitrionas) y somos nosotros los meseros los que muchas mantenemos el restaurante a flote. Somos meseros los que solo cobramos $2.13 (la hora) los que nos estamos metiendo a la cocina a cubrir el turno de cocineros, que ojo, cobran $9.00 (la hora), mucho más que nosotros”, sostuvo.
Dijo que muchas personas “no tienen idea” de lo hacen los meseros y otro personal en un restaurante para ofrecer un servicio de calidad al cliente. “Ahora más a raíz de la pandemia, estamos muy cortos de personal y se está haciendo todo lo que se pueda para que los restaurantes corran”, indicó la mesera. Alegó que en algunas empresas “sólo están dando la mitad del bono de Navidad y están poniendo objeciones para los empleados no puedan recibir los bonos que merecen”.
También dijo que en el mundo de la industria de servicios predominan las mujeres y reclamó que “muchas empresas no hacen lo debido cuando se les reporta un caso de acoso sexual”. Pidió que se tomen medidas más estrictas cuando se reporten estos casos y denunció que los meseros y meseras también expuestos a malos tratos de parte de algunos clientes.
Maritza Gómez Cuevas narró que labora hace 15 años como mesera en un restaurante en el Condado y que ha salido a flote con las propinas que diariamente recibe de los clientes, aunque hizo claro, que esta no es la realidad de muchas de sus compañeras y compañeros de labores.
“Yo tengo muy buen trato de mi patrono, pero tengo muchos colegas y amigos que no tienen eso. Por suerte, yo trabajo en este restaurante que sí me tratan justo y me dan más de $2.13 la hora y con las propinas yo cuadro. Entiendo que también tengo el privilegio de que al trabajar en un sitio que se llena por la localización, por la suerte, por equis o ye, razón o por la calidad de la comida y por esa razón, yo puedo vivir de mesera y lo he seguido haciendo, pero son muy pocos los patronos como el mío y muchos, muchos los colegas que no les da”, narró Gómez Cuevas.
Relató también que dentro de mundo laboral de los meseros “hay muchos problemas de salud mental, que llegan al alcoholismo y a otras cosas más” porque son maltratados por los clientes. “Es un abuso emocional lo que nos dan muchos clientes porque la gente aquí piensa que estamos para servirles como si fuésemos unos sirvientes y nos no miran a los ojos y nos tratan como personas inferiores. Es bien fuerte porque en el caso yo tengo una educación universitaria que podría estar haciendo otras cosas, me hago más dinero de mesera, sin lugar a dudas”, expresó la joven de 34 años, quien sostuvo que posee un bachillerato en historia.
La protesta fue convocada por Randiel Negrón, líder del grupo Justicia Salarial, quien favoreció ambos proyectos de ley (Proyecto de la Cámara 1113) y (Proyecto del Senado 754). En el caso del proyecto de la Cámara, Negrón recomendó que sea enmendado para que los trabajadores que tienen salarios a base de propinas sean equiparados al salario mínimo de $8:50 la hora de manera automática sin estar sujetos al aval de la Junta de Salario Mínimo.
“Ser camarero, ser camera, trabajar en un salón de belleza es una profesión como cualquier otra y exigimos que tengan una remuneración completa”, reclamó Negrón.
Los senadores del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), Ana Irma Rivera Lassén y Rafael Bernabe Riefkhol, autores del Proyecto 754, se unieron a la protesta, al igual que el representante del Partido Popular Democrático (PPD), Juan José Santiago Nieves y la representante del MVC, Mariana Nogales, dos de los autores del Proyecto 1133.
“Es un reclamo justo sobre todo en un momento en que un salario hace una década quizás podía dar para vivir y actualmente no. Aún con las propinas no da para vivir”, expresó también desde la manifestación, la senadora independentista, María de Lourdes Santiago.
Mientras, Bernabe Riefkohl indicó que hay miles de personas en Puerto Rico que están trabajando por menos del salario mínimo. Sostuvo que las propinas que reciben los meseros pueden fluctuar dependiendo de muchos factores, entre ellos la temporada del año y hasta debido a la cadena de restaurantes para la cual trabaje la persona.
“Sabemos que muchas veces las propinas no se otorgan de acuerdo con el criterio del servicio que se ha recibido, sino a todo tipo de prejuicio. El cliente puede discriminar por raza, por género, porque no le gusta el maquillaje, porque no le gusta la sonrisa de la persona (que le atiende). La propina es una fuente de arbitrariedad y de la operación de todo tipo de discriminación. Por último, es una fuente de vulnerabilidad al acoso y al hostigamiento”, indicó Bernabe Riefkohl.