¿Un breaker obsoleto pudo ocasionar el apagón general?
La AEE y LUMA deben explicar por qué una avería ocasionada desde un interruptor provocó que todas las unidades de la red eléctrica salieran de servicio, tal como ocurre cuando hay un huracán.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Un interruptor obsoleto con más de 40 años de uso -y que debió reemplazarse al menos hace una década- pudo ser la génesis de la explosión ocurrida en la central Costa Sur, en Guayanilla, provocando un apagón general que todavía anoche mantenía a más de un millón de clientes sin luz.
Sin embargo, portavoces de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y de LUMA Energy, empresa privada que tiene a su cargo el sistema de distribución de la energía eléctrica, han esquivado responder -aunque sea de forma preliminar-, qué pudo haber ocasionado que los fuegos en dos subestaciones de la central de Guayanilla hayan provocado que absolutamente todas las unidades de la red eléctrica que hay en la isla salieran de servicio como manera de protección.
Enseguida tanto personal del consorcio de LUMA Energy como de la corporación pública adjudicaron la situación de emergencia a una avería en un “breaker” o interruptor de la unidad #5 de la central de Costa Sur y advirtieron que la situación era “compleja”.
En cambio, casi 24 horas después de lo acontecido ni el director ejecutivo de la AEE, Josué Colón; ni el jefe al mando de LUMA Energy, Wayne Stensby; ni el vicepresidente de la empresa privada, Kevin Acevedo, han dicho la causa exacta que llevó a que toda la isla se quedará sin luz, poniendo en riesgo la seguridad pública, particularmente de aquellos pacientes con necesidad de electricidad para recibir tratamientos en hospitales y hogares.
La investigación “demorará varias semanas”, soltó Stensby. Colón y Acevedo coincidieron sin dar más detalles. Mientras, Daniel Hernández, director de Transformación de Mercado del consorcio privado especuló ayer sobre la pertinencia que pudo haber tenido en la avería un interruptor que llevaba décadas en uso.
“Debe ser un breaker de sobre 40 años de servicio y ya tiene que haber vencido su vida útil... si el mantenimiento estaba al día y explotó, probablemente es la obsolencia y eso es una realidad. Tenemos que reemplazar equipo que ya está en obsolencia, que ya ha pasado su vida útil. Una vez hagamos eso, la confiabilidad del sistema va a mejorar muchísimo”, sostuvo Hernández.
Sin embargo, no hay datos certeros que señalen que esta sea la razón para ocasionar una emergencia de la magnitud de un apagón general como el ocurrido la noche del miércoles.
Este es un escenario que personas con experiencias como el operador auxiliar de la AEE, Jorge Bracero, jamás habían visto que ocurriera en Puerto Rico, salvo en situaciones catastróficas como un fuerte huracán.
Pero, el miércoles no había fuertes vientos ni torrenciales lluvias azotando a la isla. El ambiente era tranquilo hasta que poco después de las 8:30 de la noche el país se quedó a oscuras a causa de la explosión en la central de Guayanilla.
“Breakers (interruptores) y transformadores dañados los hay y ocurren situaciones. Pero, ¿qué ocasionó que se abrieran las líneas de transmisión y se desconectara el sistema completo?, ¿por qué el sistema hizo eso? Esa es la pregunta que hay que responder porque jamás había visto una situación similar en mi vida. Esto solo es comparable con eventos como huracanes en lo que el sistema empieza a colapsar por partes por los cantazos que coge. Aquí han habido situaciones en el patio de interruptores y el sistema de protección aísla lo que ocurre en esa planta, se van haciendo relevos de carga y se sobrevive. Pero esta vez la explosión de un breaker apagó a toda la isla. ¿Por qué? Esa es una respuesta que solo tiene LUMA y no debe tardar semanas en explicar porque bastaría con buscar la telemetría de ese breaker”, manifestó Bracero.
Precisamente, la magnitud de la crisis -al colapsar todas las unidades de transmisión de la isla- es lo que hace complicado que se pueda restablecer el servicio de luz a los 1.5 millones de clientes de la AEE y LUMA que hay en Puerto Rico.
“Imagínate una telaraña enorme que se conecta por todas partes. Ese es el sistema eléctrico de la isla. Ahora imagina que recibe un impacto tan agresivo en una parte que se abre y se desconecta de las demás partes. Eso fue lo que pasó aquí. Las líneas de transmisión de todo el sistema eléctrico se abrieron y eso significa que no pasa energía por ahí que llegue a los hogares. Y esas líneas necesitan de esa conexión con los hogares o los clientes para poder mantener todo el sistema prendido. Si al menos una línea hubiera quedado cerrada, la historia hubiera sido otra”, dijo tratando de explicar un proceso complejo de una manera sencilla y comprensible para la ciudadanía.
Utilizando el mismo ejercicio explicó el proceso de restablecimiento del servicio que están intentando realizar los empleados de la AEE y LUMA Energy.
“¿Qué está pasando ahora? Pues, que hay que hacer un arranque de cero como cuando viene un huracán fuerte para ir cerrando esas líneas de transmisión y que hayan líneas vivas. Y ese proceso hay que hacerlo poquito a poco. Es como una fogata que prendes, y con esa fogatita aprovechas y vas prendiendo otra. Pues, ahora se están prendiendo unidades pequeñas y se aprovecha ese power para ir energizando otras. Pero en ese proceso es probable que se vean otros problemas nuevos que, a lo mejor se resuelven rápido, pero atrasan los trabajos. Lo importante aquí es prendiendo fogatitas poco a poco para poder lograr la fogata grande”, manifestó.
Enfatizó que no se puede establecer un tiempo para restablecer el servicio, precisamente por la complejidad del proceso y los retos que se puedan encontrar en el camino.
Mientras tanto el gobernador Pedro Pierluisi, quien está e un viaje oficial en España, dio un plazo de 24 horas para que LUMA y la AEE devolvieran el servicio de luz a la ciudadanía. La meta se mantenía ayer, aun cuando a las 6:00 de la tarde, dos horas antes de cumplirse el plazo, solo habían poco más de 500,000 personas, de un total de 1.5 millones de clientes, con electricidad.
Bayamón, Vega Baja, Arecibo, Aguadilla, Mayagüez, Ponce, Fajardo, Canóvanas, Carolina y San Juan son algunos de los pueblos en los que había luz. Además, las islas municipios de Vieques y Culebra también fueron energizadas a tavés de un cable submarino de 38 mil voltios que sale desde la isla grande.