Swanny Enit Vargas se enamoró del servicio público cuando era apenas una niña gracias a la labor que hacía su madre como líder de barrio. Ahora, tras lograr un escaño en la Cámara de Representantes bajo el Partido Popular Democrático (PPD), buscará adelantar una agenda que atienda las necesidades de las comunidades y que a su vez fomente la agricultura, otra de sus pasiones.

La legisladora nació en Arecibo.

Aunque se crió toda su vida en Barceloneta, es capitana de corazón y ama el deporte. Sus primeros pasos frente a un público fueron en una cancha de voleibol, deporte que practicó durante años.

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Desde sus primeros años de vida también coqueteó con el espectro político, acompañando a su madre en la labor que hacía como líder comunitaria.

“Yo era la única de mis hermanos que me iba con mami a hacer campaña. Eso siempre me gustó desde bien pequeñita”, contó Vargas a Primera Hora sobre sus primeros pasos en ese entorno.

Entonces, dijo, era muy tímida, así que optó por mantenerse alejada de su pasión por la política, aunque “atenta” a las situaciones que enfrentaba su comunidad y el país.

El tiempo transcurrió, y fue la formación de un club escolar lo que sin saberlo la preparó para el escenario que hoy ocupa en la Cámara de Representantes.

“El Club 4-H es un club de agricultura, de economía del hogar, y de lecciones de vida. Además de enseñarte de nuestra agricultura, desarrolla líderes para el país, líderes para el futuro. Se creó el club en mi escuela y rápido formé parte. Luego, me hicieron presidenta del club”, recordó sobre esa época.

Con el club ganó varias competencias y, además, desarrolló la habilidad de hablar ante un público gracias a que tenía que exponer en las competencias frente a jueces.

Pero el tiempo volvió a pasar, y al salir de la escuela superior el club quedó atrás. Entonces, su interés por las situaciones sociales la hizo escoger una carrera en trabajo social en la Universidad Interamericana de Puerto Rico.

En su primer año universitario, no obstante, se sintió perdida.

“Ya en la universidad, fue duro. Tengo que admitir que el primer año de universidad estaba un poco perdida, no sabía qué quería”, confesó.

Sin imaginárselo, una conferencia que vio y que ofreció el exalcalde de San Juan y abogado popular, Héctor Luis Acevedo, la hizo recordar el amor por la política que le nació con el trabajo que vio hacer a su madre durante esos años como líder comunitaria en Barceloneta.

Eso la motivó a cambiar de rumbo académico.

“Fue por Héctor Luis Acevedo, en una conferencia que estaba dando, presentando un libro sobre la Constitución, que ahí recordé que mi sueño era estudiar Ciencias Políticas. Hice todos los trámites y vine para acá para San Juan a estudiar Ciencias Políticas”, contó Vargas.

En el 2017 se graduó de la Universidad Interamericana de Puerto Rico con un bachillerato en Ciencias Políticas. Posteriormente trabajó en la Legislatura de Puerto Rico como asesora, primero bajo la exlegisladora Brenda López de Arrarás, y luego bajo José “Conny” Varela.

Vargas dijo a Primera Hora que decidió dar el paso y aspirar a un cargo político directamente porque cree y defiende que más mujeres ocupen cargos públicos.

“Hay falta de jóvenes insertándose en la política local, y de mujeres. En mi caso yo fui la única mujer en la papeleta (de la Cámara) por acumulación del Partido Popular y yo no podía permitir que ese espacio se quedara sin una mujer. Lo consulté con mucha gente. Mucha gente me pidió que me insertara. Hice el análisis, y dije que lo iba a intentar”, mencionó.

El camino político, aseguró, “no es fácil”, aunque recalcó que “se puede”.

Ahora, tras haber ganado una silla en la Cámara de Representantes, Vargas no olvida todo lo que aprendió en el club del que participó en la escuela, y buscará adelantar legislación que favorezca la agricultura desde la Comisión de Agricultura, de la que formará parte.

“Para mi es importante que los agricultores tengan incentivos”, precisó.

Vargas también buscará evaluar la posibilidad de eximir del Impuesto al Inventario la canasta básica de productos que usan los puertorriqueños, entre ellos el arroz y la habichuela.

El impuesto al inventario es una contribución que se cobra sobre la propiedad mueble y que termina en los municipios. Muchos ayuntamientos utilizan ese dinero para dar servicios a la ciudadanía, por lo que, aunque se ha discutido en múltiples ocasiones su eliminación, no se ha concretado nada al respecto.

La pasada Asamblea Legislativa, en mayoría popular, tuvo ante sí una medida que congelaría ese impuesto. La pieza legislativa fue aprobada en la Cámara de Representantes, pero no se consideró en el Senado.

Eximir a la canasta básica del Impuesto al Inventario “ayudaría a que no sea tan pesado para los supermercados tener ese “stock” de productos”, dijo la legisladora, aunque anticipó que aprobar legislación de ese tipo requeriría el aval de la Junta de Supervisión Fiscal.

Vargas trabajará también para asegurarse de que las personas con discapacidad puedan realmente tener acceso a centros de uso cotidiano, como establece la Ley para Personas con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés).

Para ello, la legisladora radicará una resolución de investigación que busca identificar los espacios públicos que no cuentan con accesos adecuados para personas con discapacidad.

“En Puerto Rico la mayoría de los centros para atender público no cuentan con facilidades para las personas con impedimento, y esto les hace casi imposible que puedan tener una vida cotidiana como nosotros”, recalcó sobre el propósito de la legislación que planteó.

La resolución también tendría como fin crear algún tipo de incentivo que permita que los espacios que no cuenten con accesos, puedan ser modificados.