En lo que va de agosto han muerto 104 puertorriqueños por COVID-19, una cifra que es más de tres veces el registro de personas fallecidas en julio cuando se reportaron 29 decesos a causa del coronavirus.

Mientras, la cifra de hospitalizaciones continúa subiendo desenfrenadamente. Hoy, por ejemplo, el Departamento de Salud informó sobre 465 ingresos, incluyendo 38 pacientes pediátricos. Ese número, para el 1 de agosto era de 170 hospitalizaciones (20 menores de edad) y para el 1 de julio -hace mes y medio- era 71 (27 pediátricos). De julio a agosto los ingresos a las clínicas de pacientes con COVID-19 han aumentado más de seis veces su cantidad.

La aceleración en contagios, hospitalizaciones y muertes coincide con la llegada de la variante Delta a Puerto Rico, explicó a Primera Hora la epidemióloga Fabiola Cruz, al indicar que desde julio el 90% de los casos registrados en la isla pertenecen a esta cepa, la cual es mucho más contagiosa y causa una enfermedad más severa, particularmente, en pacientes inmunocomprometidos. La positividad actual en casos es de un 11.8%.

Mientras, para el director ejecutivo de la Asociación de Hospitales, Jaime Plá Cortés, es motivo de preocupación que “siga constante - y sin mejoría evidente- que la positividad se mantenga sobre un 11%”.

“Se ha mantenido así por varios días consecutivos y eso nos preocupa junto al hecho de que las hospitalizaciones siguen subiendo a razón de doble dígito diariamente. Ayer subieron una veintena, el día anterior otro tanto más y así... eso quiere decir que en los próximos cinco días vamos a llegar a los 550 pacientes que es más o menos lo que tuvimos en abril con el pasado repunte. Es verdad que no estamos en las cifras de diciembre, cuando llegamos a tener 658 pacientes, pero esto nos trae preocupación”, manifestó Plá Cortés en entrevista telefónica con este diario.

Según el reporte de Salud hasta anoche había disponibilidad de 2,643 camas para adultos y 718 para menores de edad. Respecto a espacios en unidades de intensivo habían 178 de adultos y 57 pediátricas. En cuanto a ventiladores hay 866 de adultos y 110 de niños.

Plá Cortés sostuvo que urge “aplanar la curva lo antes posible” porque, si bien es cierto que aún hay disponibilidad de cuartos regulares, de intensivo y de presión negativa, la realidad es que hay una escasez de personal de enfermería.

“Lo primero es que el panorama ahora es distinto con la variante Delta. Hemos visto que los pacientes han requerido más de cuidados intensivos que en otras ocasiones. Y lo otro es que tenemos el reto de falta de personal. Y estoy hablando de terapistas respiratorios, profesionales de enfermería, entre otro personal. Ahora mismo tenemos hospitales diciéndonos que han tenido que cerrar áreas por falta de empleados”, advirtió el ejecutivo.

Actualmente, en Puerto Rico hay 68 hospitales que emplean a unas 45,000 personas. Al inicio de la pandemia, ante la falta de ingreso de pacientes con otras condiciones que no son coronavirus, muchas clínicas cesantearon a miles de empleados. “Algunos se pudieron reclutar otra vez con el tiempo, pero otros no han querido regresar”, aseguró el ejecutivo.

De otra parte, dijo que aunque se estima que un 95% de los profesionales de la salud están vacunados, algunos se están contagiando con este nuevo repunte con la variante Delta, la que reduce la efectividad de la vacuna, aunque continúa disminuyendo el riesgo de enfermar severamente y de la muerte.

“Aunque son una minoría los contagios, sí se están dando y provocan un problema porque tenemos que retirar a esa persona 14 días. Tenemos también, por otro lado, mucho personal extenuado porque no ha dejado de trabajar y necesitan ese breakout... y es totalmente comprensible”, subrayó.

Según datos provistos por los gremios de salud al cumplirse un año de la pandemia -el pasado mes de marzo- eran más de 1,200 los enfermeros y 200 los médicos puertorriqueños que se contagiaron con el virus y tuvieron que recurrir a cuarentena. Se estima que unos 30 de estos profesionales -entre médicos y profesional de enfermería- han fallecido a causa del coronavirus.

La sugerencia de la Asociación de Hospitales con esta nueva crisis está dirigida a dos vertientes: buscar incentivar nuevamente a los profesionales de la salud (incluyendo los de nuevo ingreso) y que el gobierno tome medidas inmediatas para disminuir los contagios.

“Hay que tomar varias medidas a la misma vez. El gobierno, por ejemplo, debe volver a considerar un pequeño lockdown. Entiendo que los comercios quitaron algunas medidas que tenían en principio como, por ejemplo, el termómetro y el handsanitizer. Además, deben retomar el uso de mascarillas todo el tiempo, el distanciamiento y deben atacar agresivamente el asunto de la vacunación. Muchos no han hecho mandatorio las pruebas de COVID y la vacunación en sus establecimientos. Todos estos factores hay que atenderlos y pueden ayudar a aplanar la curva. Yo creo que el gobernador Pedro Pierluisi está observando y me imagino que la próxima semana y media debe estar tomando decisiones. Repito, es cuestión de tomar medidas por un tiempo en lo que se aplana la curva de contagios y la vida se nos volverá más sencilla”, manifestó Plá Cortés.

De otra parte, explicó que tuvo una reunión recientemente con el secretario del Departamento de Salud, Carlos Mellado, solicitándole que ausculte la posibilidad de que se le pueda otorgar a los profesionales de la salud que han trabajado durante la pandemia un nuevo incentivo. y que de igual forma se otorgue un beneficio similar a empleados de nuevo ingreso. En este grupo, los profesionales de la enfermería recibieron el año pasado, a través de fondos de la Ley CARES Act, un pago de hasta $4,000 en el sector público y $3,000 en el sector privado. Mientras, el gobernador Pedro Pierluisi anunció en junio un pago de $2,000 provenientes de los fondos de la Ley ARPA.

“Lo que estamos sugiriendo es que este problema de falta de personal puede resolverse con un incentivo que se le otorgue a estos grupos pero, con la diferencia, de que el pago se les divida en partes iguales por cuatro o seis meses. Esto garantizaría que esos empleados continúen trabajando por un periodo adicional y no que cojan el bono y se vayan”, acotó.

Explicó que Mellado consultaría la petición y le dejaría saber en los próximos días.

Mientras, la epidemióloga Cruz, reconocida por su labor como exdirectora del Sistema Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos (SMICRC), coincidió en que el gobierno debe tomar medidas restrictas, además de reforzar los planes de vacunación, particularmente por el avance de contagios que se percibe a causa de la variante Delta.

Hoy se dio a conocer que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan que las personas que hayan recibido dos dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna reciban una tercera inyección ocho meses después de la última inoculación, esto para aumentar los anticuerpos de la población ante la amenaza de variantes mucho más transmisibles que la cepa original. Se espera por autorización de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) para dar paso al plan.

“Los científicos apuntamos a evitar aglomeraciones... hay muchos eventos multitudinarios corriendo y es necesario fiscalizar el uso de mascarillas en esas actividades. Que si se va a ingerir comida, se reduzca el aforo y la capacidad en los lugares porque al quitarse la mascarilla quitamos una capa de protección. Estamos en un momento en el que hay que sumar medidas”, dispuso.

Actualmente, en la isla se ha vacunado contra el COVID-19 el 59.8% de la población, mientras que un 69.3% ha recibido al menos una de las dosis recomendadas.