Fueron más de 1,000 palmas y árboles los que fueron talados o podados por orden del Departamento de Recreación y Deportes (DRD) en el Balneario de Cerro Gordo de Vega Alta, según admitió este miércoles la secretaria de la agencia, Adriana Sánchez Parés, ante la Comisión cameral de Recursos Naturales.

Sin embargo, la funcionaria alegó que los trabajos, que han sido catalogados por el alcalde Oscar Santiago Martínez como una “masacre ambiental”, impactaron “menos del 10% de la totalidad del parque” y aceptó que no se necesitó contar con permisos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) .

Las declaraciones surgieron durante la primera vista pública que realiza la Comisión, presidida por el representante Joel Franqui Atiles, para hacer una “investigación comprensiva relacionada con el Balneario de Cerro Gordo”.

El balneario de Cerro Gordo cuenta con 152 acres de terrenos en el litoral costero norte-central. Además de la zona que utilizan los bañistas para darse un chapuzón en el agua salada, tiene un área de acampar, veredas y una zona en donde se hacen competencias de mountain bike.

Sánchez Parés informó, durante la vista pública, que el Balneario estaba en espera de la asignación de fondos de la Agencia federal de Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) para ser limpiada y arreglada tras el impacto del huracán María, en septiembre de 2017.

Fue entre el 6 de julio al 25 de septiembre que empresas contratadas por la agencia, bajo el permiso del DRNA, finalmente comenzaron a “realizar los cortes de árboles que estén severamente dañados o afectados o que estén en peligro inminente de caerse” o que pusieran en riesgo la seguridad de los visitantes del Balnearios, según consta de la ponencia de la titular del DRD.

Para hacer las obras, la agencia dijo que contrató a un arborista certificado que evaluó cada árbol y que el DRNA nunca hizo ningún señalamiento de irregularidad o incumplimiento en este proyecto.

Por su parte, el arborista contratado de la empresa Debris Tech, Rodrigo Matta Salgado, explicó que los requerimientos para determinar cómo se intervenía con cada especie eran “más rigurosos a los del estado”, ya que se estudiaba las condiciones de cada árbol, el estado en que se encontraban el tronco, las ramas, su salud en general, si representaba peligro para la ciudadanía y la propiedad.

No obstante, el alcalde de Vega Alta presentó a un arborista durante las vistas públicas, Alcides Dorado, para sustentar que no todos los árboles o palmeras debían ser cortado, mucho menos cuando algunos superaban los 50 años.

Santiago Martínez contrastó, sin embargo, que ese alegato de seguridad está en entredicho cuando de repente la zona de acampar quedaba rodeada de árboles y ahora queda abierta y con vista libre hacia la zona marítimo terrestre.

“Yo exijo el informe de los arboristas que contrataron el DRD, que no lo han suministrado, para compararlo con el arborista nuestro. Mil árboles son mucho. Y yo no soy experto, pero sí que allí podaron árboles que no estaban enfermos. Ellos alegan ahora que era por seguridad”, comentó el ejecutivo municipal a Primera Hora.

Añadió que “yo estoy desilusionado, estoy triste. Yo de joven pernoctaba en el área de acampar y me dio mucho sentimiento ver aquella área, un área hermosa, que ya no tiene el ensueño. Es triste tu llegar allí y ver una planicie”.

El alcalde insistió en que, junto a la comunidad, continuará con su demanda ante el tribunal para evitar más daño ambiental y conseguir información que les ayude a encaminar que el DRD sea penalizado por el alegado daño ambiental.

Una vista judicial está pautada para este viernes, dijo el alcalde.

Por lo pronto, el presidente de la Comisión cameral de Recursos Naturales ha solicitado al DRNA un informe en el que le expliquen cómo se hará para resolver el daño al hábitat de las aves marinas y otros animales de la zona.

Franqui Atiles también ha acogido la propuesta del municipio para que el DRD siembre entre tres a cinco árboles por cada uno que fue talado.

“Yo le creo a las dos partes. Pero, vino un arborista de la representación del alcalde y nos explicó que no por que un árbol esté enfermo o un poco virado, no necesariamente tiene que justificar el corte del mismo. Todos los árboles sufrieron el embate del huracán María y creo que siempre la última opción debe ser el corte de los árboles. Vamos a estar analizando la data que se nos está dando, tanto el DRD, DRNA con sus expertos en el área, y queremos ver las sugerencias que nos dieron para evitar que en el futuro ocurra otro impacto de esa manera. Vamos a hacer legislación futura para evitar que ocurran, que integren la comunidad, municipios, las personas que utilizan esas áreas. A simple vista uno se queda impactado con las imágenes”, señaló.

Por su parte, la secretaria del DRD reclamó que toda esta controversia y paralización de la obra puede poner en riesgo los fondos asignados por FEMA, ya que tienen hasta el 30 de noviembre para culminar la obra.

“Es forzoso concluir que los procesos de limpieza que se estaban llevando a cabo en el Balneario de Cerro Gordo, y que al día de hoy permanecen detenidos, arriesgando la pérdida de cientos de miles de dólares otorgados por FEMA y la seguridad de la ciudadanía, distan mucho de ser una ‘masacre ambiental’, como algunos han querido catalogarlo”, concluyó Sánchez Parés.