Sin fecha de apertura para los salones de belleza... y se asoma un cargo adicional para clientes
La pérdida para dueños de negocios fluctúa del 20% al 30% y el escenario pudiera empeorar.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Las barberías, salones de belleza y los negocios de venta al detal continúan sin fecha determinada de reapertura, mientras los propietarios de estos comercios se preparan para comenzar a brindar servicios con estrictos protocolos de higiene y advirtiendo que los clientes verán reflejados en sus recibos lo que han llamado un “COVID fee” correspondiente a la inversión recurrida en materiales de prevención y desinfección.
Aunque hubo confusión entre algunos dueños de negocio de la industria de belleza que tenían planificado reabrir sus puertas el próximo lunes 18 de mayo, lo cierto es que la gobernadora Wanda Vázquez Garced aun no ha tomado una decisión respecto a la reinserción de este sector privado, según aclaró a Primera Hora la portavoz de prensa del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC), Maura Ríos.
¿Podrían confirmar si, en efecto, la industria de belleza comienza reapertura el 18 de mayo?, se le preguntó a Ríos mediante mensaje de texto en referencia a que la gobernadora había indicado durante el mensaje de extensión de orden ejecutiva (2020-038) que entre el 18 y el 25 de mayo podrían estar abriendo el comercio al detal, las barberías, los salones de belleza, los concesionarios de autos y los restaurantes, entre otros negocios, como parte de una tercera parte de reinserción económica tras el periodo de cuarentena impuesto por el gobierno desde el 15 de marzo.
“No tiene fecha. Está bajo evaluación. La gobernadora lo anunciará en su momento. Sí, se habló de esa posibilidad en el mensaje (cuando se anunció la última orden ejecutiva que abarcaba el tema de reapertura económica por fases). Pero no hay nada concreto, es para que esos sectores se vayan preparando para operar cuando los autoricen”, respondió.
La gobernadora, en una conferencia de prensa efectuada hoy en La Fortaleza, hizo expresiones similares al indicar que todavía se está evaluando el próximo paso a seguir respecto a estos sectores.
Sin embargo, los propietarios de salones de belleza están listos para abrir sus puertas y se han preparado para el retorno durante varias semanas, según expresaron algunos dueños de negocio a Primera Hora.
Menos empleados y más pruebas
Esteban Montes, propietario de Esteban Montes Hair Care & Spa -con localidades en Condado y Galería San Patricio (T-Mobile Center), en Guaynabo- presentó al Departamento del Trabajo un extenso “Plan para el control de exposición al COVID-19” el cual busca evitar la propagación de la enfermedad tanto con empleados como con la clientela.
El plan comienza indicando que los salones trabajarán al 35% de su capacidad para cumplir con las medidas de mitigación, lo que implica que la plantilla se reduce de 25 a 15 personas, incluyendo a cinco peluqueros por turno (usualmente trabajan entre 10 a 12) y tres manicuristas. Los turnos de trabajo se rotarán entre empleados dándoles la oportunidad a todos de laborar, al menos, cuatro días a la semana.
“Esto es para garantizar las medidas de distanciamiento social entre clientes y empleados”, expresó Montes al agregar que a todos los trabajadores se les hizo la prueba rápida (serológica) de COVID-19, una acción que se replicará cada dos semanas una vez comiencen las operaciones.
Además, ya se inició un proceso de desinfección de todas las áreas de trabajo y se obtuvo un inventario de productos de protección personal que incluyen mascarillas, guantes, batas desechables, cubierta de zapatos y estaciones de desinfección en varias zonas de los salones.
Inversión en protección
Una dinámica similar se ha experimentado en Amado Amado Salon –con negocios en Plaza Las Américas y San Patricio Plaza- donde instalaría cubiertas de acrílico en las entradas y otras zonas de los negocios para mitigar la posibilidad de contagios entre clientes y estilistas.
“Hemos invertido miles de dólares para garantizarle seguridad no sólo a nuestros empleados, sino a nuestros clientes. Eso para nosotros es lo más importante”, expresó Amado Navarro, propietario de los establecimientos.
El protocolo establecido es similar al de otros salones de belleza e incluye limitar la entrada de clientes, utilización compulsoria de mascarillas, reducción de plantilla de empleados que trabajarán por turnos y atención únicamente por citas previas.
“Habrá toma de temperatura en la entrada y se hará un 'double check’ con otra máquina de alta tecnología que hay en el lugar”, expuso.
Las zonas se van a desinfectar una vez el peluquero o manicurista culmine el servicio con un cliente y no se permitirá acompañantes para evitar la conglomeración de gente.
El servicio de arreglo de uñas, por ejemplo, evitará el uso de máquinas y habrá un retorno al “back to basic” con la utilización de limas.
“Será una lima por persona… lo que vamos a recomendar a las clientas es que se compren unos kits que puedan reutilizar y que sea de su uso exclusivo”, manifestó.
Clave la orientación a clientes
Mientras Javier Colón, dueño de 5th Avenue Salon (Toa Baja), acogerá medidas cautelares como las manifestada por sus colegas y ya comenzó a orientar a su clientela a través de unos vídeos que ha ido compartiendo en la página de Instagram del negocio.
En cuanto a inversiones en el proceso de preparación, mencionó la compra de mascarillas, guantes, galones de alcohol, sanitizer y un horno de alta tecnología para esterilizar herramientas de trabajo, toallas y batas de las que se utilizan al momento de pintar el cabello. “También compré un steamer que se utilizará como segunda medida de desinfección una vez rociamos alcohol a las piezas de trabajo”, comentó quien establecerá el servicio exclusivo por citas.
Se asoma el “COVID fee”
Los tres entrevistados coincidieron en que los gastos en los que han incurrido para acoplarse a las nuevas medidas laborales en tiempos de coronavirus requerirán “pasar el gasto invertido a los clientes”.
Algunos han llamado al cargo adicional que se reflejará en los recibos como el “COVID fee” y el mismo pudiera fluctuar entre $4 a $10, dependiendo el establecimiento que visiten.
“En mi caso, espero que ese cargo no pase de $4 y yo sé que los clientes entenderán, porque ellos quieren estar seguros al momento en que se les brinde el servicio y esa inversión se ha hecho, precisamente, para garantizar esa paz y minimizar los riesgos de contagio”, dijo el propietario de Esteban Montes.
Añadió que las pérdidas para el negocio durante los más de 60 días sin operación a causa del “lockdown” provocó que el “100% del volumen de negocio se nos fue a cero”.
“En el huracán María, por ejemplo, pudimos operar con plantas... Esto ha roto todo parámetro… para que tengas idea, a groso modo, el volumen de negocio perdido en Esteban Montes es de $320 mil… son $320 mil que ya dejamos de producir este año”, indicó al calcular las pérdidas anuales en más de un 20%.
En Amado Amado Salon también se contempla aplicar un cargo en el recibo de los clientes y el mismo pudiera fluctuar entre $7 y $10.
“Las pérdidas han sido grandes… los salones de belleza estamos tocando fondo en esta crisis de la pandemia. Y reabrir conlleva un protocolo estricto para garantizar seguridad de los clientes y empleados y es vale unos cuantos miles de dólares… desgraciadamente todo eso provoca que haya un cargo en los clientes. Es un tipo de ‘service charge’ en el que no pretendemos ganar nada, sino recuperar el costo de lo que invertimos”, detalló Navarro.
En su caso, dijo, las pérdidas anuales están calculadas en un 30% cuando culmine el año. “La industria no volverá a ser como antes por lo menos por los próximos dos años… pero yo voy a dejar mi sangre allí. De eso sí estoy seguro. Y si hay que reinventarse, lo haremos. Así somos los que trabajamos en esta industria”, sostuvo con optimismo quien lleva 55 años como propietario del salón en San Patricio y 44 de ellos como peluquero.
En el 5th Avenue Salon se percibe el alza en precio como un proceso “temporero”.
“Se verá reflejado en las visitas del ‘back to business’. Pero una vez volvamos a la normalidad, volveremos a normalizar los precios”, sostuvo quien califica que la mayor pérdida se ha reflejado en mayo cuando se dejaron de atender a las clientas tradicionales para esta fecha en que se celebran graduaciones, fiestas de graduación y el Día de Madres.