Sin despegar la industria apícola en la Isla
A pesar de que nuestra abeja es superior a las del resto del mundo, hay una escasez de profesionales que se dediquen a su reproducción, con todos los beneficios que este insecto provee
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Aun cuando se ha reconocido científicamente que la abeja boricua está bien cotizada por su docilidad y resistencia a enfermedades y plagas que atacan a esta especie en otros países, en Puerto Rico no se ha desarrollado un mercado apícola que pudiera, no solo contribuir económicamente al gobierno, sino también ayudar en el proceso de polinización en sectores agrícolas locales e internacionales.
Mientras hay quienes señalan un abandono sistemático por parte del Departamento de Agricultura para promover o potenciar la industria desde el punto de vista empresarial, el secretario de la agencia, Ramón González Beiró, adjudica la poca proliferación de un mercado que pudiera ser exitoso a una aparente falta de interés de personas que se dediquen a la apicultura desde el ámbito de negocios.
Según el funcionario, es común ver en la isla a “mucho apicultor pequeño” que trabaja en el desarrollo de colmenas por afición o como negocio alterno a sus empleos regulares. Principalmente, se trata de personas que buscan comercializar exclusivamente con la miel que producen los insectos.
Además, de miel, es rentable que un apicultor pueda desarrollar negocios agroempresariales con la venta de jalea real, veneno (utilizado para enfermedades artríticas, entre otras), producción y crianza de abejas reinas (consideradas el corazón de las colmenas y con capacidad de poner hasta 3,000 huevos al día) y, particularmente, en la polinización. En la agricultura se calcula que aproximadamente un tercio del volumen total de alimentos que se producen se benefician de la polinización animal. Además, dadas las buenas defensas de la abeja boricua podría ser exportada a mercados internacionales para ser utilizadas en la polinización de fincas agrícolas.
Hay estimados que indican que por cada $1 que el gobierno invierte en programas apícolas, se generan $10 de ganancias debido a los diferentes servicios que ofrecen las abejas.
“Precisamente, lo que perseguimos es que haya apicultores ‘full time’ que se dediquen a esto. En el sur, por ejemplo, vemos una necesidad grande para las siembras de melones, mangó, lechoza, calabaza, hortalizas... Hace poco hubo una necesidad de 500 colmenas para ayudar en una producción de melones. Se consiguieron algunas de forma temporera a través de un apicultor que las alquila, pero realmente no fue suficiente. Necesitamos de las abejas para la polinización. Hay que reconocer que más allá de la miel, sin abejas no hay producción agrícola”, explicó González Beiró.
Agregó que ante la falta de alquiler de colmenas para las fincas agrícolas, muchos empresarios se ven en la obligación de adquirir lo que se conoce como “Bumble Bee”, unos cajones de cartón con abejas estériles que se encargan de polinizar y, posteriormente, mueren en un periodo de 45 días.
En el caso particular de la finca de melones -donde por factor de tiempo no se pudieron conseguir las Bumble Bee- la cosecha se dio, pero no como se esperaba, pues “sin ese trabajo esencial de la abeja no tienes una fruta apetecible o no se da de la forma correcta”.
Y es que la polinización aumenta en un 60% la vida útil de los frutos, incrementa la capacidad germinativa de las semillas y reduce la caída del fruto durante el crecimiento. También, como mencionó el secretario, juegan un papel fundamental en la calidad (textura y sabor) de los frutos.
¿Qué ha hecho la agencia para tratar de que el escenario cambie o por propulsar un mercado viable de producción de abejas?, se le cuestionó a González Beiró.
Según el titular, la tarea de Agricultura consiste en ofrecer incentivos y subsidios a los cerca de 130 apicultores que están registrados en el departamento.
Desde el 1 de julio de 2021, el Departamento de Agricultura ha hecho disponible un nuevo Programa de Incentivos Regionales, con el propósito de aumentar y maximizar la producción agraria en la isla. El proyecto se impulsó mediante la Orden Administrativa 2021-27A, la cual da luz verde a un fondo de $8 millones dirigidos a diferentes sectores, incluyendo el apícola.
“Los apicultores hoy día tienen derecho a solicitar en las regiones agrícolas, como cualquier otro agricultor, ayudas para la compra de equipos, ya sean cajas o todo lo referente a la industria. El subsidio les otorga la mitad del costo de lo que vayan a comprar”, explicó el secretario al añadir que el monto total por apicultor es de $3,000.
Reiteró que aun cuando los fondos están disponibles, apenas 20 apicultores solicitaron el beneficio. Suponiendo que a cada uno se le otorgó el tope de beneficio, la inversión en este sector durante el pasado año fue solo de $60,000 de un fondo total de $8 millones.
González Beiró dijo que también hay disponible subvenciones de hasta $250,000 para los interesados en presentar una propuesta de negocio. “Alguien que quiera, por ejemplo, montar 100 o 200 colmenas puede hacer la propuesta para que el comité lo evalúe. Puede ser elegible para este o para otros programas... pero no hay el interés... no llegan a llenar las solicitudes y yo no puedo llevarles el cheque a sus casas. Yo estoy loco que llegue uno y me diga que quiere montar 500 colmenas. Eso es lo que necesitamos: que lleguen participantes con interés y los agarramos de la mano en el proceso”, señaló el funcionario.
“Tiene que haber un interés genuino en el negocio. Se les orienta sobre las ayudas, pero al final esto es un negocio”, puntualizó al decir que en la isla sólo se mide el mercado apícola de acuerdo a la producción de miel.
Según los pocos datos que tiene la agencia sobre este sector agrícola, en Puerto Rico se producen 16 mil galones de miel al año a través de 132 fincas. Las ganancias anuales generadas a través de la miel de abeja es de $680,760. Las regiones agrícolas que más producen miel son San Germán, Caguas y Naranjito. La agencia no tiene datos sobre otras fuentes de ingresos elaboradas a través de las abejas.
Abeja local: un patrimonio de Puerto Rico
Entre las personas que han estudiado por décadas las abejas de Puerto Rico, se destaca el entomólogo y profesor de biología de la Universidad de Puerto Rico, Tugrul Giray, quien ha confirmado junto a otros científicos que el insecto que se desarrolla a nivel local tiene un genoma diferente a otras abejas, destacando entre sus características su docilidad (mansas) y la capacidad que tiene para defenderse por sí mismas de las plagas que las afectan, incluidos los ácaros.
“Las abejas de Puerto Rico son diferentes a las del resto del mundo”, comenta el científico al señalar que sus fortalezas genéticas son la consecuencia del cruce que tuvo con la abeja africana y la abeja europea.
Este híbrido, según explica el profesor, la convierte en un insecto menos agresivo que sus predecesoras y capaz de defender la colmena y combatir los ácaros que afecta a este tipo de animal a nivel mundial. Es decir, tenemos en Puerto Rico una abeja única y cotizada en otros mercados.
Pero, es preciso recordar que en el 2017, luego de los huracanes Irma y María, un 90% de las colmenas de abejas se perdieron. La situación alarmó a los científicos, incluidos a Tugrul Giray, y enseguida -junto al Departamento de Agricultura y organizaciones sin fines de lucro- se activaron planes de mitigación.
En ese periodo también se creó la Ley 112 de 2020, la cual enmendó la Ley para la Protección y Preservación de los Polinizadores de Puerto Rico, la cual entre otras cosas indica que ningún municipio o individuo podrá asperjar insecticidas, herbicidas o plaguicidas nocivos para las abejas. El estatuto también prohíbe que se importen abejas de otros países, como medida de prevención para cuidar a las locales.
Además, la ley declaró a la abeja que habita en la isla como un patrimonio de Puerto Rico.
“A pesar de lo ocurrido con los huracanes, para el 2019 la abeja boricua ya estaba recuperada... y se recuperó con más fuerza de la que tenía antes. Eso es otra señal de que es una abeja resiliente y diferente a las del resto del mundo”, destaca el científico.
Agregó que la abeja local es capaz de resistir los virus que confrontan estos insectos en otros países. De hecho, de los 16 virus que afectan a las abejas, solo cuatro se han identificado en Puerto Rico y están bajo control.
La prestigiosa revista científica INVERSE (2017) resaltó hace unos años el surgimiento de la abeja y la cataloga como la esperanza para salvar la apicultura a nivel mundial. “Puerto Rico’s ‘Gentle Killer Bees’ Could Prevent the Bee Apocalypse”. Puerto Rico’s ‘Gentle Killer Bees’ Could Save the World’s Honey
“La abeja que tenemos aquí puede ayudar, no solo a los agricultores de Estados Unidos, sino que puede hacerlo en otras partes del mundo como México, Argentina, Costa Rica, Panamá y otros países que están enfrentando problemas porque no combaten el ácaro y otros virus, como la de aquí”, acotó el profesor que tiene unas 30 colmenas, con más de un millón de abejas, en la Estación Experimental Agrícola de Gurabo, de la Universidad de Puerto Rico, donde se llevan a cabo constantes estudios científicos relacionados a estos insectos.
El experto dijo que Puerto Rico también es un mercado fértil para la producción de abejas reinas, un área que pocos apicultores han explorado como oportunidad de negocios.
“Hemos dado cursos de entrenamiento como a 30 apicultores para producir reinas. Pero si busco hay como tres nada más que lo están haciendo. Y este es un mercado que podría tener un gran impacato económico. Aquí tenemos los recursos, pero se necesita el desarrollo”, sostuvo.
Dijo que en el Departamento de Agricultura había un área dedicada a impulsar el mercado de los apicultores, pero la dinámica se perdió cuando la persona a cargo falleció. Aunque hanhabido varios intentos de rescatar los proyectos -que también incluían monitoreos científicos a los virus que afectan a las abejas, para mantener un plan de contención- las estrategias no han contado con apoyo total de la agencia.
“Estamos dispuestos a colaborar... pero según tengo entendido estos proyectos no están corriendo y muchos tienen que surgir en el Departamento de Agricultura”, puntualizó.
Datos de interés
- Las abejas son el único insecto que produce comida para los humanos.
- La reina puede poner al día hasta 2,000 huevos, lo que equivale a uno cada 45 segundos.
- Las abejas utilizan su lengua para succionar el néctar de las flores. Luego van a la colmena y transfieren ese néctar a otras abejas obreras, quienes durante media hora “masticarán” ese néctar que, finalmente, se convierte en miel.
- La abeja de Puerto Rico es dócil y mercadeable, pues es un híbrido entre la abeja africana y la abeja europea, lo que la convierte en un insecto menos agresiva que sus predecesoras y capaz de defender la colmena y combatir los ácaros que las afectan a nivel mundial.
- Hay diferentes tipos de abejas, entre ellas los zánganos (integrantes masculinos de la colmena), la reina (abeja de mayor tamaño y cuya misión principal es mantener la vida en la colmena, pues es la única hembra fértil) y las abejas obreras (que son la más numerosas, no fértiles y encargadas de hacer gran parte del trabajo de la producción de miel).