Hatillo. Lucy González llegó al centro de registro del Programa Nueva Energía del Departamento de la Vivienda en Hatillo el lunes a las 3:00 de la tarde.

La mujer, de 63 años y vecina de Hatillo, esperaba obtener el primer turno para solicitar uno de 100 vales para la instalación de placas solares y baterías que se repartirán en ese centro, para la residencia de su madre de 84 años, vecina de Barceloneta y quien vive de una pensión del seguro social de su difunto esposo.

Comentó que intentaron solicitar a través de la Internet en las veces anteriores en que se repartieron los vales, pero les fue imposible conseguir uno. En esas ocasiones, todos los turnos se agotaron en solo 45 minutos.

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Lucy González pensó que sería la primera en llegar al centro ayer, pero se topó con que ya habían 31 personas esperando para hacer turno.
Lucy González pensó que sería la primera en llegar al centro ayer, pero se topó con que ya habían 31 personas esperando para hacer turno. (Francisco Quiñones Maldonado)

González se preparó y hasta llegó con unos sellos enumerados para distribuirlos entre los que llegaran para la repartición de los vales, cuya entrega será mañana.

Ya yo los tenía preparados (los sellos). Dije: ‘voy a ir a hoy a las 7:00 de la mañana y voy a ser el 1′. Pero me llamó el muchacho que me estaba bregando las placas y me dijo: ‘mira, ya están haciendo fila acá en San Juan’ Y yo arranqué para acá (Hatillo)”, relató a Primera Hora.

Al llegar, hizo el turno 32 en el listado.

Y es que, desde la tarde del domingo, ya había gente haciendo fila frente al pequeño centro comercial donde ubican las oficinas del programa Nueva Energía en la avenida PR-4490 en Hatillo.

La primera persona en arribar fue Ángel Rosado Centeno, de 70 años y vecino del barrio Capáez de Hatillo.

Rosado Centeno llegó a las 6:00 de la tarde del domingo al lugar y desde entonces ha pernoctado allí. Aunque está la opción de intentar solicitar un vale por vía digital el miércoles, descartó esa alternativa porque “a la edad que tengo, se me hace difícil acceder a través de las páginas del web. Entonces, decidí presentarme aquí y aplicar en persona. Y como ya sabía que esto aquí se congestiona, pues decidí venir por lo menos dos días, tres días antes” relató.

Unas horas después de Rosado Centeno, comenzaron a llegar otras personas.

Janet Cortés, de 61 años y vecina del barrio Sabana Hoyos en Arecibo, fue la segunda en acercarse, pero pronto se sumaron más.

Entonces, relató la mujer, se les ocurrió anotarse y pasar lista por lo menos tres veces al día.

“Decidimos hacer una lista y anotar las personas según iban llegando. Y cuando se les explicaba que tenían que quedarse aquí, que no podían anotarse y venir el martes en la noche, porque esto es para el miércoles, tenían que llegar y quedarse aquí. Podían ir a comer, podían ir al baño, si tenían que ir a su casa, ellos iban y regresaban... pero siempre aquí iba a haber alguien”.

Ernesto A. García Camacho, de Ciales, cerró su barbería, apertrechó su camión con un colchón, ropa y víveres y desde el lunes pernocta frente al centro de Energía Nueva en Hatillo.
Ernesto A. García Camacho, de Ciales, cerró su barbería, apertrechó su camión con un colchón, ropa y víveres y desde el lunes pernocta frente al centro de Energía Nueva en Hatillo. (Francisco Quiñones Maldonado)

Cada vez que se pasaba lista, si la persona no estaba presente, o no había nadie en representación, el nombre era eliminado y el turno pasaba a otra de las sobre 150 personas que se hallaban en lugar.

Cortés fue otra que, a pesar de que podía optar por aplicar para un vale a través de la Internet, decidió hacerlo presencialmente, porque considera que esa opción es más segura.

Por Internet es un poco medio cuesta arriba. Cuando uno entra, no hay forma de comunicarse. Cuando llama por teléfono, están ocupados. Y la posibilidad de conseguir el vale aquí es más seguro”, comentó.

Aun cuando hubo personas que manifestaron inconformidad con el hecho de que días antes de que comenzara el proceso había ciudadanos en el lugar, se ha vivido un ambiente tranquilo y de camaradería. Incluso, los presentes dijeron sentirse tranquilos durante la noche, a pesar de que no se ha visto presencia policíaca.

Algunos llegaron con mesas de dominó, botellas de agua, bocinas y hasta picadera.

El lunes, Gloria Soto, de 70 años y vecina del barrio Santana de Arecibo, preparó un caldero de arroz con habichuelas y bacalao guisado, que su esposo repartió entre los asistentes.

Nosotros llegamos aquí ayer como a las 3:00 p.m. y mi esposo me dijo: ‘mami, vete, cocina y hazte una olla de comida, que yo la reparto’. Entonces se la envié con todo, y le mandé platos y vasos y él la repartió”, relató.

Al otro lado de la carretera, en un vehículo Ford Transit se hallaba José Olivieri, de 62 años y vecino del pueblo de Florida. Desde que arribó al lugar, pernocta en su vehículo, en espera de poder conseguir un turno para un vale. Su esposa viene durante el día y lo releva, tiempo que el aprovecha para ir a la casa de uno de sus hijos en Camuy, darse una ducha y comer algo.

Comentó que su esposa no se queda con él durante la noche, pues padece de apnea del sueño y utiliza una máquina para poder dormir, por lo que quieren instalar un sistema fotovoltaico en su hogar.

Al igual que Olivieri, Ernesto Alfonso García Camacho, de 65 años, dormía en el interior de su camión de trabajo desde el lunes.

García Camacho, vecino de Ciales, dijo que salió de su hogar el domingo, con la idea de ubicar donde eran las oficinas del programa, pero al percatarse de que ya había comenzado a llegar gente a las instalaciones, regresó a su casa, puso un colchón en su camión, ropa, agua y víveres, y regresó a Hatillo.

“El domingo, di la vuelta por aquí y vi cuatro personas. Regresé a mi casa, preparé el vehículo para poderme quedar y estamos aquí. Estoy aquí desde el lunes en la mañana.”

García Camacho, barbero y quien también es coordinador de eventos, dijo que colocó un rótulo en su barbería, en el que indicaba que el negocio no abriría hasta el miércoles, para venir a hacer el turno. El hombre indicó que decidió solicitar incentivo para no repetir experiencias como la del huracán María.

En comunicación con los alcaldes

Ante la situación, la subsecretaria de Recuperación de Desastres del Departamento de la Vivienda, Maritzie Díaz, quien supervisa el programa Nueva Energía, dijo estar en conocimiento de la situación que ha surgido en los distintos centros comerciales en los que hay oficinas del programa, y exhortó a los participantes a utilizar los métodos alternos para solicitar los vales.

“Hemos tomado medidas de precaución. La realidad es que la necesidad en Puerto Rico es palpable y hay un gran interés de la ciudadanía de participar de este programa, precisamente porque es un programa que le está concediendo totalmente de forma gratuita sistemas fotovoltaicos y de batería a las personas, en este caso personas que son consideradas de escasos o muy escasos recursos. Así que ciertamente es un programa en el cual hay mucho interés”, dijo.

Añadió que, ante el escenario, “estamos en comunicación constante con los distintos alcaldes donde están ubicados esos centros, que están ofreciendo apoyo. De igual forma, el Departamento de Seguridad Pública está al tanto y también está ofreciendo apoyo. Pero nuestro llamado es que las personas aprovechen y utilicen los métodos alternos que tenemos disponibles, como es el centro de llamadas, que es el cuadro telefónico, el 1-833-234-2324, o que obtengan su turno a través de la página. El portal de nosotros en línea, que es nuevaenergia.pr.gov. El sistema del centro de llamadas tiene el mismo sistema que se utiliza a nivel comercial, que es el ‘callback’, donde uno no pierde su turno. Cuando hace la llamada, no tiene que estar mucho tiempo esperando en línea, sino que se le devuelve la llamada”, explicó.

A partir de las 8:00 a.m. de este miércoles estarán disponibles 4,000 boletos de forma electrónica; 1,000 mediante el centro de llamadas y 1,000 boletos divididos de forma equitativa entre los 10 centros de servicio, localizados en San Juan, Mayagüez, Vega Alta, Aguadilla, Hatillo, Caguas, Fajardo, Ponce, Yabucoa y Orocovis.