Con Voto2024, Primera Hora recorre todos los municipios de Puerto Rico para conocer el sentir de los ciudadanos antes de las elecciones generales. Cuáles son sus mayores preocupaciones y qué acciones toman los alcaldes y alcaldesas ante los problemas expuestos, lo leerás en nuestra edición impresa y en primerahora.com

Morovis. El recurrente problema del pobre, o ausente, servicio de agua potable salió a relucir una y otra vez al preguntar a los moroveños sobre dificultades que afectan su vida diaria.

Pero este problema no fue el único, pues también levantaron preocupación por asuntos como falta de alumbrado público, carreteras rurales en mal estado y estructuras abandonadas que se convierten en estorbos.

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Migdalia Rivera, del barrio Barahona, afirmó que “el problema que estamos teniendo es el del agua”.

“No sé si le compete al municipio directamente. Yo sé que ha habido gestiones, pero parece que no han sido las mejores, porque estamos mucho tiempo sin agua”, comentó.

Agregó que es un problema que han tenido “por años, que mejora un tiempo y se queda tranquilo, y vuelve y se empeora”.

Aunque reconoce que se trata de un asunto que le concierne más a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), considera que el municipio debería hacer más esfuerzos para que se resuelva.

“Sé que le han hecho presión (a la AAA), porque yo sé hasta de una demanda que le pusieron. Pero no sé, realmente, quién es el que directamente tiene que bregar esa situación”, insistió.

Del otro lado de la moneda, Rivera afirmó que, a su entender, el recogido de basura y de escombros en el municipio “ha mejorado mucho”.

La joven Damaira Rodríguez Rodríguez, del barrio Unibón, mencionó el problema de falta de alumbrado en las carreteras y el mal estado de ellas.

“No hay casi luces en la mayoría de las áreas de Morovis”, afirmó, resaltando que considera esa situación un problema de seguridad. “Uno va hacia el barrio y no hay casi luz, y es peligroso”.

“Y en las carreteras hay muchos hoyos. Están bien malas. Lo que se combina en algunas áreas con el otro problema de falta de iluminación”, denunció.

“Y el problema del agua. Normalmente, estamos sin agua”, agregó.

Opinó que el municipio podría ocuparse de colocar luces “en áreas que pueden ser peligrosas en los barrios”. De igual forma, considera que, si bien el arreglo de carreteras recae en gran medida en el Departamento de Transportación y Obras Públicas, “el municipio puede dar la manita, puede bregarse eso poco a poco”. De igual forma, sostiene que deberían intentar mediar ante la AAA por la situación de falta de agua.

Issa Rivas García, propietario del negocio Casita Nutrition, localizado a un lado de la plaza pública, por su parte, señaló la preocupación de que los espacios de estacionamiento frente a su establecimiento son ocupados todo el tiempo por vehículos de empleados del Municipio, lo que provoca inconvenientes para los clientes, que tienen que acabar estacionando en áreas mucho más distantes.

Issa Rivas García
Issa Rivas García (Suministrada)

“Las líneas blancas, sé que es una plaza pública, pero prácticamente se parquean todos los empleados municipales durante la semana y afecta a los que vienen a hacer sus gestiones y a los comercios. Si llego a estacionarme porque voy a una cita, no puedo, tengo que estacionarme por otro lado y caminar como cinco minutos”, lamentó.

“Y yo diría, caramba, si tengo este comercio alquilado, ¿cómo no voy a tener un frente?”, cuestionó, recordando que los negocios pagan una patente municipal, y que tampoco se permite colocar algún tipo de valla en los espacios de estacionamiento para reservarlos para los clientes.

Asimismo, señaló como otra dificultad “que no hay un trolley para que las personas que no tienen vehículo puedan ir a realizar sus gestiones”.

Sugirió que el municipio cree algún (estacionamiento) multipisos, o ponga en uso, “uno aquí arriba que no lo están usando por x o y razón”, o que establezca algún tipo de ordenanza “que, si pagas patente, puedas usar el frente, por lo menos de las dos puertas”.

De igual forma sugirió algún servicio de transporte público, “que llegue a un lugar donde se puedan aglomerar las personas”, para que pueda dejar y recoger a la gente.

Mientras, Rosario Torres reclamó que se atienda el tema de los estorbos públicos, entiéndase edificios y otras estructuras abandonadas, algunas de los cuales pueden verse incluso a lo largo de las vías principales del pueblo de Morovis.

Comentó que los inmuebles, aunque tienen dueños, permanecen desatendidos y por momentos son incluso ocupados por personas que los convierten en hospitalillos.

“Y eso va agarrado de la mano con el tema de la seguridad”, agregó.

Sugirió que el municipio sea “un poquito más fuerte con eso, lo atienda, y exigirles a los dueños de esos estorbos públicos (que le den mantenimiento). Obviamente, verifica que están pagando el CRIM al día. Y si no, pues que los expropien, y que el municipio tome posesión de eso y lo pueden rehabilitar o venderlos, subastarlos, y que los rehabiliten para que el casco urbano se vea favorable”.

“Porque ahora mismo, como ves, los vecinos que tengo no son lo más bonito que digamos”, insistió, señalando varias estructuras vecinas.

“Fuera de eso, todo está bastante en orden aquí”, agregó, destacando en particular que “el mantenimiento es bueno, de las calles, la pista, la plaza. Las mantienen limpias, las pintan”.

Conoce más

  • Según el Censo de 2020, en el pueblo del interior montañoso residían 28,727 personas.
  • La expresión “La Isla menos Morovis” hace referencia a una epidemia de cólera que azotó Puerto Rico en 1853. Cuando la cantidad de muertes en el país era tan alta, era más fácil notificar que no había habido muertes en Morovis que en el resto de la isla.
  • Existe otra teoría sobre el origen del apodo y es que, durante la rápida expansión de los pueblos en el siglo XIX, los mapas no se actualizaron a tiempo y Morovis no fue incluido en ellos.
  • A Morovis también se le conoce como “Ciudad de los Titanes”.