Sila Calderón lamenta efecto del regaño público a García Padilla
El gobernador se dedicaba a intercambiar mensaje de textos con su esposa, Wilma Pastrana, mientras ella se dirigía al público.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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La exgobernadora Sila María Calderón lamentó este lunes que se haya malinterpretado el momento “jocoso” que intercambió con el gobernador Alejandro García Padilla durante el discurso que emitía tras recibir la Medalla Luis Muñoz Marín.
La situación fue vista como un regaño público al primer ejecutivo, porque le llamó la atención ya que se dedicaba a intercambiar mensaje de textos con su esposa, Wilma Pastrana, mientras ella se dirigía al público.
“El intercambio que sostuvimos el gobernador Alejandro García Padilla y yo durante mi discurso en la ceremonia de la Medalla Luis Muñoz fue uno jocoso entre dos personas que se tienen mutua confianza y aprecio. Nunca ofendería al gobernador, a quien le guardo gran respeto y cariño. Lamento que mis comentarios así hayan sido interpretados”, afirmó Calderón en unas escuetas declaraciones escritas que fueron difundidas por el portavoz de prensa del Partido Popular Democrático (PPD), Ángel Raúl Matos.
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Tras recibir ayer, domingo, la medalla de manos de García Padilla, Calderón ofreció un extenso mensaje sobre el País al que aspira, que capturó la atención de casi más de 500 personas que colmaron un salón del Condado Vanderbilt Hotel.
Al acercarse el final de su alocución y mientras compartía su visión en torno al status político de la Isla, Calderón alzó la vista y se detuvo brevemente para llamar la atención del también presidente del PPD, quien se encontraba texteando.
“Obviamente, nuestro País enfrenta... gobernador... Al presente... gobernador, ¿está con nosotros?”, dijo Calderón, lo que provocó risas entre los asistentes.
La exgobernador también reía mientras le llamaba la atención al ahora ocupante de la Fortaleza.
García Padilla, sentado en el medio del enorme salón, le ripostó que la primera dama le estaba escribiendo desde Roma, adonde viajó para presenciar la ceremonia de canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII.
“A pues, está bien, te perdono. Esto es importante. Pues yo espero a que él (García Padilla) conteste. Mándele un beso (a Wilma), y ya", dijo Calderón.
Desde el público, el gobernador le manifestó que su esposa le devolvía el saludo.
"No, si (el saludo) era de parte suya”, dijo la homenajeada sonriendo desde la tarima. “Así es la vida”, añadió, y desató aún más carcajadas.
Calderón recibió la Medalla Luis Muñoz Marín, que es la máxima distinción que otorga el PPD a un ciudadano. El reconocimiento toma en cuenta la reputación y la integridad de la persona distinguida, así como su entrega al servicio público.