Será cuesta arriba para quien lidere la Comisión Estatal de Elecciones
Expresidenta del organismo Liza García analiza los retos que enfrentará el sucesor de Juan Ernesto Dávila.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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La renuncia de Juan Ernesto Dávila a la presidencia de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), bajo un escenario en el que, luego de la aprobación de la controversial reforma electoral, no deja a nadie que lo reemplace, pone a ese organismo contra las cuerdas, y con el tiempo agotándose en medio de un proceso eleccionario.
Según explicó Liza García, expresidenta de la CEE, la situación es bien preocupante y quien sea que llegue a liderar el organismo necesitará mucho respaldo para sacar el proceso electoral adelante.
García comentó que, de entrada, el vacío que deja la salida de Dávila demuestra un problema de la reforma electoral, en la que “no se tomó la atención de plantear qué hacer cuando se eliminaban los vicepresidentes”.
“Nadie pensó en eso, que el presidente podía faltar, podía tener una situación médica, cualquier otra situación. Se llamó la atención sobre esto, los partidos minoritarios lo dijeron. Y entonces el presidente (Dávila) ejecuta inmediatamente la reforma y despidió a los vicepresidentes”, comentó García sobre el hueco que enfrenta ahora la CEE en su dirección.
Sostuvo que, lamentablemente, el presidente saliente no tomó las debidas precauciones antes de despedir a los vicepresidentes, y lo hizo sin tener un presidente alterno. “Y ahora resulta que no hay nadie allí que represente el interés público. Porque los comisionados electorales de los partidos, porque por más buena intención que tengan, no se pueden reunir para esos asuntos administrativos. Y para tomar decisiones, tiene que haber el presidente y al menos dos comisionados electorales. Así que entonces ahora hay un vacío enorme”.
Y todo esto ocurre, agrega, “en momentos que hay un proceso electoral corriendo”, con una situación de escasez de materiales en las Juntas de Inscripción Permanente, donde no le están a la gente la tarjeta electoral. Y, si bien la reforma permite presentar la licencia o el pasaporte si el elector está inscrito, “no todo el mundo tiene pasaporte o licencia, porque no lo puede pagar, o porque tiene multas que no puede pagar y no puede sacar la licencia. Y claro, esto afecta en particular a un grupo de personas más desfavorecidas”.
Por otro lado, advierte la expresidenta, la CEE aún no sabe cómo se llevará a cabo el voto por correo, porque Dávila tampoco tomó las decisiones al respecto.
“No se ha hablado con el ‘post master’ sobre eso, si en dos días pueden manejar todo ese volumen de sobres con cuatro papeletas, y hacerlo a tiempo para poder sacar a esas personas del registro y que no puedan votar dos veces. Si se puede hacer, cómo lo vamos a hacer, cuál es la logística de todo eso. Eso va a traer problemas adicionales. Ya las personas están solicitando ese voto adelantado, gene que con el COVID puede pensar que esa es mejor alternativa. Pero, mucho cuidado, ¿qué pasa si esa papeleta no llega?”, advirtió.
García consideró que al menos todo parece indicar que los partidos terminaron el escrutinio de las primarias y ahora ya están todos en posición de poder enviar la información para la impresión de las papeletas y “parece que eso se va a cumplir a tiempo”.
“Claro, roguemos porque no venga un huracán, o un apagón, o ahora con los terremotos. Cualquier cosa puede atrasar todo eso. Y el problema es que no hay mucho tiempo. Ahora con 30 días de atraso o más, sin recursos económicos, sin presidente no se sabe por cuánto tiempo. Esos reglamentos que no están, los tiene que firmar el presidente”, señaló.
La jueza opinó que uno asumiría que los comisionados van a actuar “con la mayor rapidez” para seleccionar un nuevo presidente y un presidente alterno. “Pero tendrán que evaluar los candidatos y ponerse de acuerdo y eso uno pensaría que tomará al menos cinco o seis días”.
“Si de entrada no hay unanimidad con la terna que se ha presentado, pues entonces la gobernadora (Wanda Vázquez) tendría que enviar un candidato ante una sesión extraordinaria de la Legislatura, y para aprobarlo necesita tres cuartas partes de la Cámara y el Senado, y si no tiene las tres cuartas partes, tendría entonces que ser el Tribunal Supremo el que intervenga para nombrar ese presidente”, indicó.
Comoquiera, subrayó García, “es tan grave la situación de la Comisión, que no porque tengas un nuevo presidente se resuelven los problemas”.
Sostuvo que con la reforma llegan nuevas formas de votación y mecanismos que la CEE no estaba preparada para asumir, como el caso de muchos procesos que serían electrónicos, “y no los van a poder cumplir”.
Por otro lado, la Junta Administrativa de Voto Ausente, que antes tenía que recibir ayuda para procesar los más de 20,000 votos que manejaba, ahora tendrá que lidiar con una cantidad mucho mayor que podría llegar a 100,000 papeletas, “y eso es complicado, y requiere controles, y los controles necesitan de recursos, que la CEE no tiene”.
Además, hay un apretado calendario electoral corriendo, explicó. Tan pronto como el 4 de octubre, deben salir las papeletas para los militares que están en misiones; del 24 de octubre al 2 de noviembre corre el voto a domicilio; el 1 de noviembre votan los confinados; el 2 de noviembre es el voto adelantado; y el 3 de noviembre las elecciones generales.
“Todo está a la vuelta de la esquina. Aunque sea muy optimista, incluso moviendo la fecha de las elecciones generales, ya mismo hay movimiento de votos. Y todo eso sin saber qué va a pasar con el voto por correo”, comentó.
Por si fuera poco, al caótico escenario se añade la preocupación de la pandemia del COVID-19, que supone un sinnúmero de retos adicionales.
La expresidenta de la CEE comentó que, aunque se habla de la posibilidad de mover la fecha de las elecciones generales, “tampoco sería gran cosa porque son solo un par de semanas adicionales”.
Alertó que, primero que nada, “habría que ver si se puede mover la papeleta federal. Si no se puede, ¿habría dos fechas? Porque eso cuesta mucho más”.
“Lo que se me ocurre es que la persona que llegue a presidente y alterno, por el mecanismo que sea, tiene que tener el temple para poder decir qué se puede y qué no, y qué se debe enmendar y dejar para que se haga de forma prospectiva. Y va a requerir de mucho apoyo y de personas que sepan, que tengan experiencia, para que lo asesoren”, sostuvo García. “Y también tiene que ser con mucho respeto. En esas mesas de negociación se tiene que actuar de buena fe, y todo tienen que ceder algo”, finalizó.