El gobernador Pedro Pierluisi anunciará mañana una nueva orden ejecutiva que entrará en vigor el jueves y que busca imponer medidas para controlar la epidemia del COVID-19 en Puerto Rico y, a juicio de líderes del sector médico y económico, la incidencia actual de casos en la isla podría propiciar que hayan algunas flexibilizaciones, pero con prudencia.

Aunque los contagios, hospitalizaciones y muertes vinculadas al coronavirus han disminuido, el secretario del Departamento de Salud, Carlos Mellado, opina que hay que actuar con cautela para evitar peligrosos repuntes, como el que se experimentó entre julio y septiembre, donde hubo semanas que los ingresos en clínicas se quintuplicaron y se llegó a registrar un promedio de hasta 14 decesos diarios.

Por los pasados siete días (4 al 10 de octubre), la tasa de positividad por pruebas ha fluctuado en un 2.9%, según el portal que dirige el profesor de bioestadística de la Universidad de Harvard y miembro de la Coalición Científica de Puerto Rico, Rafael Irizarry.

Este porcentaje no se reflejaba en el archipiélago desde el verano cuando fluctuaban entre el 1.8% (1 de julio) y el 2.8% (12 de julio).

Es la primera vez en tres meses que se ve un porciento de positividad por debajo del 3% que recomiendan entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que instan a los gobiernos a tomar decisiones o ajustes a las medidas de prevención y contención tras confirmar que se mantenga una positividad baja y controlada por, al menos, dos semanas consecutivas. Además, hay que estar vigilantes a otros criterios como los fallecimientos, las hospitalizaciones y un modelo efectivo de investigación y rastreo de contactos.

Nos llena de esperanza el aumento en las cifras de vacunados en la Isla y la disminución de hospitalizaciones. Definitivamente, le hemos hecho un frente común efectivo a una pandemia sin precedente. Ante la baja en la positividad, es momento de continuar procurando las medidas de prevención de contagios, particularmente a nivel individual y colectivo. El uso de mascarillas y las medidas de desinfección deben mantenerse. Nadie debe bajar la guardia”, expresó por escrito Mellado a Primera Hora sin ofrecer detalles adicionales sobre lo que dispondrá la orden ejecutiva del gobierno, aunque precisó que el personal de la Oficina de Investigaciones se mantendrá en la calle orientando y promoviendo la protección contra contagios.

Asimismo, el secretario exhortó a la ciudadanía que no se ha vacunado a que lo haga “lo antes posible” para detener las variantes al virus que puedan ser más agresivas.

Actualmente, en Puerto Rico domina la variante Delta, cuya presencia se detectó a mediados de junio. Esta variante es mucho más contagiosa y, según la versión de varios médicos, provoca una enfermedad más severa entre los contagiados.

Según el último informe del Departamento de Salud, en Puerto Rico hay 2,271,064 personas vacunadas de las 2,848,293 que están aptas para hacerlo (12 años o más). Esto representa un 79.7% del grupo. En términos de la población general, se ha logrado vacunar totalmente el 69.5%, mientras que el 77.8% tiene al menos una dosis.

Que no alteren mandatos de vacunación

De otra parte, el presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, el pediatra Víctor Ramos, apoya que haya flexibilizaciones condicionadas a que no se alteren las restricciones impuestas en términos de vacunación.

“Me imagino que habrá flexibilización, porque los números de positividad están por debajo del 3% y las hospitalizaciones y muertes también han bajado. Y no hay problema en flexibilizar, por ejemplo, el cierre de comercios que hay actualmente es entre las 12:00 de la medianoche y las 5:00 de la mañana. Ahora bien, lo que no se debe tocar son los requisitos que se han impuesto para las entradas a los lugares o eventos ni los mandatos de vacunación. Eso ha estado funcionando y se debe quedar como está”, acotó.

Además del cierre de comercios en un periodo determinado, la actual orden ejecutiva establece el uso obligatorio de mascarilla en lugares cerrados. El uso del cubrebocas y nariz está impuesto también para lugares abiertos en los que hay aglomeración de 50 personas o más.

Al mismo tiempo, continúa vigente el requisito que exige a dueños de negocios pedir vacunación contra el COVID-19 a sus empleados y clientes. Ante la ausencia de la evidencia de inoculación los establecimientos tendrían que reducir el aforo al 50% y se tendría que solicitar una prueba negativa de COVID-19 a los visitantes y empleados.

De otra parte, el Departamento de Salud emitió una orden administrativa que prohíbe la participación de menores de 12 años en eventos multitudinarios y reduce el aforo en aquellas actividades que no se consideran para 100% vacunados.

“Otra cosa es que el gobierno tiene que estar pendiente a los indicadores que puedan llevar a un repunte y tomar acción inmediata. Si esos indicadores están ahí, hay que actuar rápido y no se puede esperar, porque ese fue el error en el pasado. No se puede esperar un montón para tomar medidas”, subrayó Ramos.

A mantener la cautela

En el Centro Unido de Detallistas (CUD), prefieren que se tomen decisiones con “prudencia”, ahora que recién comienzan a estabilizarse los niveles de contagio de coronavirus.

Ha habido un buen control de lo que es la enfermedad. Los casos han bajado drásticamente. Pero eso no quiere decir que estamos bien, o que la pandemia acabó. Tenemos que mantenernos cautelosos y con prudencia porque llegó un momento en agosto y septiembre que nos preocupó mucho la situación. Esas medidas que se tomaron, con el cierre de comercios de 12:00 de la madrugada a 5:00 de la madrugada mantuvieron un control. Entiendo que al ritmo que vamos lo estamos haciendo bien, y en caso de que se vaya a flexibilizar algo, nuestro llamado es a los comerciantes para que mantengan un control porque si nos desconfiamos volvemos hacia atrás y eso no es lo que queremos porque ya nos hizo mucho daño”, dijo Jesús Vázquez, el presidente del CUD.

Se estima que de los 45,000 pequeños y medianos comerciantes (Pymes) que hay en la isla, sobre 1,700 cerraron a causa de la crisis de salubridad y las medidas impuestas por el gobierno para desacelerar los casos.

Un informe publicado en diciembre de 2020 estimó las pérdidas en este sector en $2,500 millones. Además, se habló de sobre 30,000 pérdidas de empleo, la mitad de estos en el área de ventas al detal.

Dio resultado

Por su parte, José Vázquez, presidente de la Asociación de Restaurantes de Puerto Rico (ASORE), reconoció que la pasada orden ejecutiva surtió efecto, al tiempo que favorece que disminuyan los requisitos en las nuevas imposiciones que entrarán en vigor el jueves.

Sin duda alguna, las medidas tomadas en la pasada orden ejecutiva han dado resultados. Lo vemos reflejado en la baja de casos y hospitalizaciones. Esto es algo, que nos da esperanza de pronto volver a la normalidad. Definitivamente, la vacunación ha sido pieza clave para esto”, expresó.

“Se ha hablado de flexibilizar la próxima orden ejecutiva debido a esto (disminución de contagios e ingresos a hospital), con lo que estamos de acuerdo. En ASORE estamos pendientes a lo que el gobernador anunciará en la nueva orden esta semana. Seguiremos cumpliendo con las directrices establecidas como lo hemos hecho desde el día uno y continuaremos promoviendo las medidas de prevención para garantizar la seguridad de todos”, agregó Vázquez.