Secretario de Hacienda llega como profesor a la UPR para dar testimonio de su vida profesional
Francisco Parés le solicitó dos cosas al gobernador: que lo deje usar tenis los viernes y que le permita ofrecer un curso ‘ad honorem’ en la Facultad de Administración de Empresas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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El desarrollo profesional del secretario de Hacienda y recién estrenado profesor universitario Francisco Parés Alicea ha sido como el de esos baloncelistas “comebancos” -o lo que él llama un jugador 30/30 para referirse a los que dejan entrar en cancha cuando el equipo está treinta puntos por debajo o por encima en el juego-, pero que con mucho esfuerzo ganan terreno y demuestran que tienen el talento para ocupar una mejor posición.
El nombramiento de Parés Alicea hace año y medio para dirigir el Departamento de Hacienda -agencia donde se depositan y custodian los caudales de Puerto Rico- llamó la atención por tratarse de una figura joven (el 29 de marzo cumplirá 33 años). Sin embargo, según relata el funcionario, su historia tiene otros capítulos en los que vio algunas puertas cerrarse.
Pero para conocer ese lado poco conocido de “Paquito” -como lo llaman allegados y, últimamente, sus seguidores de Twitter- hay que remontarse a su último año académico como estudiante de escuela superior en el Colegio La Merced, en San Juan.
Para entonces, como muchos adolescentes, el joven no estaba seguro de lo que quería estudiar a pesar de que se graduó con 3.50 de promedio. Fue su hermana mayor, Cristina, la que le recomendó estudiar contabilidad.
El año de “prepa” fue ajetreado y un poco angustioso, pues meses antes de ingresar a la Universidad de Puerto Rico su papá, Francisco Parés Colón, murió en un accidente de tránsito.
Simultáneamente, su mamá, Livia Alicea Ríos, confrontó algunos conflictos y perdió su empleo, relató Parés Alicea desde la icónica Torre de la UPR, en Río Piedras, donde la semana pasada se estrenó como profesor ofreciendo una clase ad honorem de Asuntos Contributivos para Gerentes en la Facultad de Administración de Empresas.
Allí, desde el campus de la Iupi, Parés Alicea -quien fue nombrado nuevamente al puesto de jefe de Hacienda por el gobernador Pedro Pierluisi- conversó con Primera Hora sobre cómo sobrepuso ese momento de su adolescencia y otros periodos inesperados que surgieron entrando en la adultez.
Recordó que la inestabilidad financiera en su hogar lo llevaron a él y a su hermana a trabajar desde muy jóvenes.
“Siempre trabajé y estudié. En mi casa las cosas económicamente no estaban muy bien y requería que yo trabajase… mi papá murió en 2005 en un accidente de tránsito y, de igual manera, hubo unos problemas familiares porque mami perdió su empleo y otro sinnúmero de situaciones que, ciertamente, colocaron una carga adicional sobre mi hermana y sobre mí”, dijo quien a los 17 años trabajaba en la oficina de un Contador Público Autorizado (CPA), donde fue adquiriendo experiencia y pasión por el tema tributario.
“Yo creo que todo eso que pasó fueron las primeras lecciones. No todo sale como uno quiere. Yo hubiese deseado que papi hubiese estado vivo y ahora lo recuerdo mucho. En estos momentos , como secretario de Hacienda, es cuando más me ha hecho falta que él pueda ver la persona en la que me convertí”, agrega al asegurar que de su progenitor heredó lo de “querer hablar con la gente”.
“Me encanta que me pongan conversación”, comenta.
Admite que como estudiante siempre tuvo sus altas y bajas, sin embargo, asumió con madurez el proceso académico del bachillerato y logró graduarse con 3.83 de promedio. El examen para ser CPA lo pasó inmediatamente.
“Cuando me gradué de Contabilidad, mi gran sueño era que una ‘big four’ (término utilizado en inglés para referirse a las cuatro firmas más importantes del mundo en el sector de consultoría y auditoría) me reclutara. Y es curioso, porque a pesar de haber sacado 3.83 de promedio y de haber trabajado en el campo de la contabilidad desde joven, no conseguí lo que a corto plazo era mi sueño. ¡Esa fue mi primera gran derrota!”, narra.
Una década después todavía carga con esa “espinita” en su cuerpo.
“En la vida hay lo que le llamo unos ‘humbling process’ (aleccionadores) y tengo que decir que no haber conseguido ese trabajo en aquel momento fue uno de ellos, pero a la vez una gasolina. ¿Qué te puedo decir? ¡No contrataron al secretario de Hacienda… no me contrataron!”, dice a carcajadas.
Posteriormente, consiguó trabajo en una firma de contabilidad más pequeña y luego adquirió experiencia en un banco.
Eso lo animó a completar una maestría en Ciencias de Impuestos de la Universidad Northeastern en Boston, Massachusetts, donde culminó con un promedio de 3.41. Entonces, llegó la oportunidad de trabajar para una “big four” a través de la firma Deloitte, donde prestó servicios a clientes privados como administrador de impuestos.
Eventualmente, a través de los exsecretarios de Hacienda, Teresita Fuentes y Raúl Maldonado, Parés Alicea llega a la agencia que ahora dirige.
“Hay personas que pueden atestiguar que antes de empezar mi carrera en el servicio público, yo tenía la espinita de ser secretario de Hacienda o Secretario Auxiliar de Rentas Internas de la agencia que, para mí, es la silla más bonita del departamento”, expresó quien fue reclutado por Maldonado y por Fuentes para esta última posición. Luego, tras la súbita salida de Maldonado -despedido por Ricardo Rosselló- fue nombrado como secretario. La gobernadora Wanda Vázquez lo mantuvo en la silla.
“Vivo obsesionado con mi trabajo. Si yo fuera barrandero estaría obsesionado con la escoba. Y yo pensaba que eso me desvinculaba de Dios, hasta que conocí a don Manuel Díaz Saldaña (secretario de Hacienda durante la gobernación de Pedro Rosselló de 1993 a 1997 y Contralor de Puerto Rico desde 1997 hasta 2010) y él me enseñó que hay unas maneras de uno poder santificarse a través del trabajo… y empecé a encontrarme con Dios. Recuerdo que el 24 de junio de 2019 decidí regresar nuevamente a la iglesia, ese fue el mismo día de mi designación. Y yo creo que eso es parte del éxito. El no pensar que esto es uno solamente. Hay una fuerza, y el que quiera creer en lo que quiera creer yo lo respeto totalmente, pero hay que encontrarse con esa persona. En mi caso, para mí era importante asumir este cargo de secretario de Hacienda sabiendo que Dios está conmigo y yo estoy con Dios”, sostuvo el católico que, en ocasiones, va a misa a su hora de almuerzo.
Otro anhelo en la vida de Parés Alicea era incursionar en la academia, una ilusión que surgió cuando trabajaba orientando a internos en Deloitte. Así que meses antes de que acabara el pasado cuatrienio compartió su interés con su profesor universitario y decano asociado de la Facultad de Administración de Empresas de la UPR de Río Piedras, Rafael Marrero. Precisamente, Marrero lo acompañó durante la entrevista con este diario y describió a su exalumno y ahora colega como “una persona dinámica, llena de vida y, sobre todo, con una calidad humana increíble”.
“Desde que lo vi el primer año de universidad en mi salón yo sabía que él era un buen prospecto... de esos que llegan cada cinco años”, acotó Marrero.
Por su parte, Parés Alicea continuó narrando que pensaba que se iba el 31 de diciembre de Hacienda, con el movimiento natural que se da con los cambios de gobierno.
“Y él (Marrero), anticipando que me iba a ir, me dejó saber el interés de la UPR en reclutarme como parte de su equipo de trabajo y de verdad que me entusiasmó la idea. Imagínate este recinto para mí era como que imposible. Pero en eso llega el proceso de reclutamiento del señor gobernador y me hacen el ofrecimiento de quedarme como secretario de Hacienda y yo solo puse dos condiciones, -y el gobernador está para atestiguar esta conversación entre él y yo. Lo primero que le pedí es que me dejara venir los viernes en tenis, porque para mi es esencial, pero yo sé que el gobernador es un poco más formal que yo en esto de la vestimenta; y lo segundo, que ya había consignado mi palabra en el recinto de Río Piedras y quería que me permitiera poder dar mi testimonio de derrotas, de desaciertos y aciertos a través de este curso”, explicó sobre las peticiones que Pierluisi aceptó.
Aclaró que no devenga salario por su función como profesor universitario, una faceta que comenzó la semana pasada y que lleva a cabo de manera virtual los jueves en horario de 7:00 a 9:50 de la noche.
“Tengo 18 estudiantes y la mayoría son de la escuela graduada de la Facultad de Administración de Empresas. Es un curso que no se enfoca en el eje de cumplimiento a través de la planilla. No quería ofrecer un curso de esa naturaleza. Si están hablando con el secretario de Hacienda, pues quiero adentrarlos a ver cuál es mi manera de ver el Código de Rentas Internas… que vean la tostada contributiva y puedan masticarla”, puntualizó.
Pero también aprovechará el espacio académico para relatar su historia, el testimonio de un joven del barrio Montellanos en Morovis que tuvo la oportunidad de utilizar la educación para trazar un camino que, aún con sus defectos o virtudes, le hace recordar diariamente que “hay que tener humildad de espíritu para construir un nuevo futuro con el escenario que uno no anticipaba”.
Dice que ese mismo mensaje quiere llevar a los adolescentes que ahora empinan el recorrido de la vida universitaria y a todos aquellos que le muestran admiración en la calle o a través de la red social Twitter, donde ha ganado 24 mil seguidores durante la pandemia, pues se ha dedicado a responder dudas a los ciudadanos, particularmente luego de surgir el incentivo federal de $1,200 otorgados por la Ley CARES Act.
“Twitter nos ayudó a llevar el mensaje que estábamos trabajando. Reconocimos lo sensitivo que fueron estos meses y para mí y el equipo de trabajo era importante que esa ayuda llegara a la gente. Se trataba de comida… de poner alimentos a la mesa en un momento de necesidad”, expresó.
Pero la red social también lo ha conectado con los fanáticos del calzado deportivo, pues el secretario se distinguió durante la emergencia por siempre llevar algún par de tenis de la línea del legendario jugador de la NBA, Michael Jordan.
“Tengo ocho pares… hay otros entusiastas que dejan mucha plata en esto. Eso sí, todos son Jordan y cada tenis es una pieza histórica y creativa”, acotó el fanático del baloncesto.
“De pequeño me gustaba jugar baloncesto. Soy un jugador 30/30… ese es el que juega cuando el juego está 30 arriba o 30 abajo. Pues ese soy yo”, dijo a carcajadas quien enumera como sus pasiones alternas -al mundo de los números y temas fiscales- el caminar, visitar el oeste de la Isla con su novia (Cristina María Rodríguez) y ver la serie de The Last Dance.
“Fíjate, podría decir que ese sí es mi pasatiempo. ¡He visto la serie como siete veces!”, exclamó.