Secretario de Agricultura federal quiere “cooperar” para que Puerto Rico sea incluido en el programa SNAP
Para esto, se necesitará que el Congreso de Estados Unidos dé luz verde.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
PUBLICIDAD
El secretario del Departamento de Agricultura federal (USDA, en inglés), Thomas Vilsack, afirmó esta tarde que cooperará con Puerto Rico en una futura transición del Programa de Asistencia Nutricional (PAN) al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés), de tener el visto bueno del Congreso de los Estados Unidos.
“Queremos ser cooperativos, queremos ser socios en esa transición, pero, ante todo, necesitamos que nuestros amigos en el Congreso hagan lo que deben hacer para autorizar esa transición”, manifestó en conferencia de prensa luego de sostener una reunión a puerta cerrada con el gobernador Pedro Pierluisi.
La administración de Pierluisi continuamente ha reiterado este pedido a la administración del presidente Joe Biden, solicitud que también se concretó con la creación del grupo de trabajo multisectorial a través de la Orden Ejecutiva 2022-029 con el objetivo de buscar trato igual en el SNAP y en todos los programas federales.
El PAN ofrece niveles de beneficios máximos significativamente más bajos que el SNAP, por cuanto el PAN es un programa de subvenciones en bloque con tope de $2,500 millones anuales para repartirse entre las 800,000 familias participantes en la Isla, que equivale a 1.5 millones de personas. No estar incluido en SNAP también limita que Puerto Rico acceda al Fondo de Emergencia de inmediato.
Pese a repetir su disponibilidad de asistir en la transición, Vilsack no indicó expresamente si está de acuerdo con la petición de Pierluisi, sino que servirá de mano amiga en el proceso que podría llevarse a cabo.
“¿Está de acuerdo con el pedido del Gobierno de Puerto Rico?”, le cuestionó una reportera.
“Estamos de acuerdo en que vamos a trabajar de manera muy eficiente y efectiva para asegurarnos de que la transición se implemente lo más rápido posible una vez que el Congreso apruebe el proyecto de ley. La esperanza sería que tome menos de tres años, pero la realidad es que puede tomar más tiempo, dependiendo de las circunstancias. El punto de esto es que esta es una asociación y vamos a trabajar y ayudarlos a hacer esta transición”, respondió.
Tanto Pierluisi como Vilsack coincidieron que, de aprobarse la transición, sería un proceso que dilataría entre tres a cinco años.
“Yo pienso que la transición no debe durar entre tres a cinco años; máximo, cinco años y es posible que podamos estar listos en tres años. Ese es el rango o el término de tiempo que pienso que nos tomaría tener todos los sistemas necesarios, así como el personal necesario para administrar el programa SNAP”, subrayó el Primer Ejecutivo.
“Necesitamos asegurarnos de que la tecnología esté alineada de modo que cuando se haga el cambio, no haya interrupción en los beneficios que reciben las familias. Lo peor que le puede pasar al Gobernador, lo peor que le puede pasar a Puerto Rico sería que no hubiera tecnología lista para lidiar con la afluencia de solicitudes y demás y básicamente la gente no tendría el apoyo que necesita por periodos prolongados de tiempo. Entonces, queremos evitar eso”, manifestó el funcionario estadounidense al también mencionar que “lo segundo que queremos asegurarnos es que haya integridad al unirse al programa” para que los “recursos que se brindan a las familias lleguen a las familias que realmente los necesitan”.
Por otro lado, ambos consideraron que este cambio no afectaría la fuerza laboral, pues las personas elegibles para recibir el SNAP suelen ser la población envejecientes, personas con discapacidades que no pueden trabajar y padres y madres quienes devengan un salario suficientemente bajo para recibir el incentivo.
En adición del SNAP, Pierluisi le estableció a Vilsack sus prioridades para el sector agrícola en la Isla, que incluyen asegurar acceso a solicitar subvenciones de programas discrecionales como $3,700 millones para cubrir pérdidas de cosechas por desastres, $265 millones para reparaciones a sistemas de acueductos y alcantarillados y $925 millones para el programa de emergencia de protección de cuencas.
“La visita del secretario Vilsack es otro ejemplo del apoyo continuo que Puerto Rico está recibiendo por parte del Gobierno federal para asegurar que los ciudadanos americanos que residen en el a isla tengan acceso equitativo a los recursos que necesitan para priorizar y para recuperarse de los retos recientes, tales como los desastres naturales y la pandemia”, dijo el Gobernador.