La secretaria del Departamento de Familia (DF), Ciení Rodríguez Troche, aseguró que la agencia trabaja afanosamente en minimizar el número de referidos de maltrato infantil acumulados por la agencia a través de los años.

La conversación con Primera Hora se dio en el marco del hallazgo hace más de dos décadas de miles de querellas que quedaron abandonadas dentro de cajas de zapatos. La revelación fue realizada por la extitular de Familia, Yolanda Zayas, como parte del proceso investigación del podcast “El Rastro”.

Sobre este asunto, en 2013 la exsecretaria del DF, Idalia Colón Rondón, calificó como una “emergencia social” que debía ser atendida de inmediato el hecho de que más de 40,000 querellas -correspondientes a los años 2008 a 2012, cuando la dependencia era dirigida por Yanitsia Irizarry- habían sido cerradas en la agencia sin haber sido investigadas y poniendo en riesgo la vida de muchos niños y niñas.

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Un evento similar ocurrió en Navidades de 2022, cuando personal de la administración incumbente informó a la Comisión de Gobierno de la Cámara de Representantes que había 10,458 referidos acumulados de posible maltrato y que 800 de estos correspondían al año 2016.

Escucha aquí los episodios: “El Rastro”

Rodríguez Troche asegura que el ataponamiento de casos -que luego sumaron más de la cifra inicial informada- mermó gracias a la contratación, como ha ocurrido en otras instancias, de una compañía que subcontrató a trabajadores sociales que ayudaron en la tarea de cernimiento de los casos.

“Se constituyó un Task Force especial. Ese equipo revisó el 100% de los referidos que estaban en atraso. Eso quiere decir que se revisaron sobre 14,000 referidos. De esos, aquellos que eran de negligencia se fueron atendiendo poco a poco. Pero los que eran maltrato o alegación de maltrato, peligro presente o peligro inminente, a esos se les dio prioridad. Así que ya esos fueron identificados, fueron ubicados y se están trabajando”, acotó.

Y, ¿llegaron a tiempo, secretaria?, se le preguntó a fin de conocer si hubo situaciones en que algún patrón de violencia culminara en tragedia, como ocurrió con el “Monstruo de Utuado”.

“Estamos hablando de miles y miles de casos. Yo tengo que decir que, al menos al día de hoy, de lo que se está trabajando, llegamos a tiempo, porque los nenes están vivos. Yo no te voy a decir si llegamos a tiempo para evitar el trauma, porque sería irreal. Tampoco, es decir: ‘¡Qué bueno que llegamos ahora!’, si pudimos haber llegado hace dos años. Yo creo que lo más honesto es decir que estamos cumpliendo con ese deber, y ahora mismo, ya estamos en el proceso de terminar de atender todos los casos de negligencia”, puntualizó.

Datos ofrecidos por la agencia indican que entre 2021, 2022 y 2023 se recibieron 44,955 referidos de maltrato infantil en Puerto Rico. De estos, entre un 14% (6,293) y 17% (7,642) se convirtieron en casos una vez se hizo el cernimiento correspondiente. Mientras, hasta el 4 de abril de este año 2024 se habían recibido 4,151 referidos de maltrato infantil, unos 202 más que los reportados para el mismo periodo el año pasado.

Rodríguez Troche dijo que dio instrucciones para que toda denuncia de violencia infantil que llegue a la agencia se revise con premura. “Se están atendiendo los casos, pero es una labor titánica”, expresó.

Siguen los desafíos

Al igual que sus antecesores, reconoce que hay unas fallas sistémicas que continúan afectando a la agencia a pesar de que se han ido atendiendo los casos. El gran reto, asegura, es el reclutamiento de trabajadores sociales cuyo salario base aumentó el pasado año de $1,774 a $2,850 a fin de atraer prospectos.

“Aunque reclutamos 300 adicionales y estamos llegando a los 900, todavía estamos por debajo de lo que había hace muchos años cuando la agencia tenía cerca de 1,500 trabajadores sociales. Así que el reto en términos de profesionales de trabajo social todavía continúa”, dijo al sostener que lo ideal sería llegar, al menos, a 1,200 de estos profesionales en la plantilla.

“Estamos hablando de personas que tienen que entrar a las zonas más peligrosas de Puerto Rico; que tienen que enfrentarse a situaciones bien delicadas”, agregó al mencionar que hay instancias en las que empleados han sido amenazados a punta de rifle o les han destrozado sus vehículos mientras hacen las intervenciones.

En términos de fondos dijo que se han visto obligados a continuar pidiendo e identificando nuevas avenidas de dineros.

“Los problemas sociales requieren una inversión. A veces se piensa en términos administrativos que lo que se le da al Departamento de la Familia es un gasto. Esto es una inversión a nuestra gente”, reflexionó.

Ejemplificó como un logro reciente el hecho de que se haya creado un programa especializado, en conjunto con el Departamento de Educación, para atender los casos de negligencia escolar, una modalidad de maltrato que alcanzaba el 30% de la totalidad de las denuncias de negligencia que se recibían en la agencia.

“Ese programa lleva, escasamente, cuatro meses y si yo comparto la cantidad de referidos que nos llegan a través de la línea de maltrato, de negligencia escolar, fuimos de 303 el año pasado a 88 este año en el mismo periodo. La importancia de esto es que se están atendiendo los casos directamente en el entorno escolar con los trabajadores sociales y trabajadores del Departamento de la Familia. Así que esas son mejoras al ecosistema de servicios que se van haciendo y afinando. Pero yo, como un reto personal, siento que todavía tenemos demasiado por hacer”, manifestó.

Investigaciones administrativas

También adjudica como un avance, la aplicación de medidas disciplinarias entre aquellos empleados que se entiende no han cumplido con su deber responsablemente y, en ese desliz, ponen en riesgo la vida o seguridad de una persona. Acotó que no se toman a la ligera las investigaciones administrativas y de lo que se desprenda de la pesquisa interna se hace el referido concerniente, ya sea a Recursos Humanos e, incluso, al Departamento de Justicia o la Oficina de Ética Gubernamental.

“Yo llevo un año y dos meses en el departamento como secretaria y he firmado muchísimas destituciones”, afirmó al indicar que “al igual que había un atraso en los casos de menores, también teníamos un atraso en los casos de empleados que tenían referidos o situaciones sin atender que databan de muchísimo tiempo, de más de seis o siete años”.

O sea, ¿que usted llegó a enderezar la casa?, se le preguntó.

“Yo creo que ha sido más que nada dos cosas importantes a la vez que asumí la responsabilidad del Departamento. Uno, asegurarme de que las poblaciones que venimos llamadas a atender se les está ofreciendo los servicios; y empezar a identificar áreas de oportunidad y realizar cambios. Eso ha llevado, obviamente, a ciertos choques porque, pues, a veces pensamos que la manera en que se hacen las cosas por los pasados 15, 20, 30 años es la manera correcta y cada vez que uno tratar de traer un cambio, pues, el cambio de por sí, por definición, genera resistencia. Así que con eso estamos trabajando de manera interna”, respondió.