Ya pasaron de las 6,000 firmas.

“Que usted continúe siendo alcalde no tan sólo es una ofensa al país, sino que derrota toda la política pública establecida en defensa de una vida laboral digna para las mujeres. Por todo lo expuesto, le requerimos su renuncia inmediata al cargo de Alcalde de Guaynabo”, lee parte de la carta publicada en Change.org.

El gobernador Ricardo Rosselló Nevares le pidió la renuncia a O’Neill la semana pasada, sin resultados ni respuestas. Por ello, una vez la petición cibernética alcance las 30,000 firmas -margen aproximado por el que ganó O’Neill en las pasadas elecciones de noviembre- será cursada al primer mandatario y al mismo alcalde.

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“Hay una cultura de impunidad”

De acuerdo con Amárilis Pagán, abogada y directora ejecutiva del Proyecto Matria, “lo que está operando muy probablemente en la cabeza del alcalde es que mucha gente se ha salido con la suya y él espera hacer lo mismo de momento. Está apostando a que a la gente se le va a olvidar el incidente y que en nuestro país hay una cultura de impunidad”.

A juicio de la abogada, “el Partido Nuevo Progresista (PNP) ahora está pagando las consecuencias de no haber trabajado con este asunto antes de las elecciones, porque lo sabían y le permitieron correr como candidato. Además, estamos hablando de un gobernador que le pidió la renuncia, pero él mismo derogó la Carta Circular de Perspectiva de Género en el Departamento de Educación, que es precisamente lo que permitiría impedir este tipo de situaciones en el futuro”.

Sobre las víctimas, muchas han sido acusadas en diversos foros de “haber permitido” la situación que permea en el Municipio. Pagán afirmó que “cuando piensas que no te van a creer, que no vale la pena radicar una denuncia y que afuera, en el resto del país, pudieran estar ocurriendo cosas similares, eso básicamente te desarma  y tratas de amoldarte, de sobrevivir y de resistir desde donde estás”.

Las víctimas son, en realidad, sobrevivientes. “Realmente las mujeres empiezan a desarrollar distintas estrategias de sobrevivencia según las herramientas que tienen y eso hay que reconocerlo, y a veces dentro de esas estrategias permanecen en el lugar de la violencia en lo que logran reunir las condiciones para abandonar el lugar o para radicar una querella”.

Para Pagán, el asunto se complica porque O’Neill es percibido como una figura de autoridad. “Un patrón que hemos visto consistentemente en mujeres que han sido víctimas de violencia a manos de hombres en posiciones de poder es que parte de lo que ellos mismos le dicen en muchas ocasiones es ‘no te atrevas a hablar porque nadie te va a creer’, y eso las silencia. Además, ya de por sí hay una desconfianza grande en nuestro sistema de justicia, imagínate cuando estamos hablando de una persona como el alcalde de Guaynabo”.

Lo que es imperdonable para la directora ejecutiva de Matria es la cultura de señalar a las querellantes. “Eso es algo que tenemos que rechazar contundentemente; no podemos permitir que se culpe a las víctimas de nada. La culpa nunca es de la víctima, es del agresor, es del violador, es del hostigador que elige hostigar, agredir y violar, que fue lo que hizo este alcalde en todos estos años bajo la mirada de otras personas que, o por complicidad, por pensar igual que él, o por miedo guardaron silencio”.