El secretario del Departamento de Salud, doctor Carlos Mellado, compareció a las vistas públicas del Proyecto del Senado 693, que buscar prohibir el aborto en etapas de gestación avanzada, y propuso que se le hagan varias enmiendas y se tome en cuenta las diferencias sociales y la diversidad de opiniones sobre el tema, antes de que la misma sea aprobada, si eso en efecto llega a ocurrir.

El PS 693 prohibiría el aborto luego de la semana 22 de gestación, una vez el feto se considere viable y la madre no esté en riesgo de perder la vida o sufrir grave daño físico.

Tras dejar claro que la práctica del aborto es legal en Puerto Rico en estos momentos, el doctor Mellado explicó ante varias senadoras miembros de la Comisiones de Asuntos de Vida y Familia y de Asuntos de la Mujer, que en Puerto Rico la inmensa mayoría de los abortos, un 94%, ocurren en etapas más tempranas del embarazo, antes de las 13 o 14 semanas de gestación. Apenas el 1% se practican luego de las 21 semanas de gestación.

Mellado cuestionó que el proyecto fijara el término de 22 semanas o más para establecer la viabilidad y sostuvo repetidamente que es el criterio médico el que debe regir esa determinación sobre si un feto tiene o no posibilidades de vida fuera del vientre materno.

El doctor fue más allá y explicó que esa definición de viabilidad no se debería limitar a un asunto estrictamente biológico, sino que debe tomar en cuenta otros aspectos, como las condiciones socioeconómicas.

Comentó que la falta de acceso a servicios médicos adecuados podría incluso ocurrir en escenarios tales como desastres naturales, algo que ha padecido Puerto Rico en los últimos años.

Mellado defendió además que ya el proceso de aborto en la Isla está regulado y se lleva a cabo siguiendo las mejores prácticas y estándares médicos, por un especialista debidamente certificado.

El doctor destacó además que, “para esa rara ocurrencia” de abortos que caen en ese 1% que se hace luego de la semana 21 de gestación, el proyecto ignora un sinnúmero de razones que podrían considerarse válidas para un aborto, como graves anormalidades o malformaciones fetales, embarazos producto de actos de relaciones de pareja violentas, casos de violaciones e incestos, poco a acceso a servicios que pudiesen haber viabilizado una terminación más temprana, o incluso que la mujer desconozca estar embarazada.

Citó un caso que atendió hace algunos años, de una joven con severos problemas de capacidad mental, gruesa, que llegó a la clínica con dolores abdominales y resultó que estaba de parto. Recordó otro de “una niña de 14 años, que fue un incesto de su padre, va a la semana 23 al hospital. Entonces, ¿se le tiene que realizar (el aborto) o se tiene que permitir que esa niña el resto de su vida cada vez que ve ese muchacho tenga ese recuerdo, que es totalmente aberrante?”.

El doctor evitó en todo momento en entrar en asuntos de consideración legal, pero sostuvo que el cualquiera que sea el resultado final del proyecto debe buscar “un balance entre el interés del Estado en el sostenimiento de la mejor práctica médica, la protección del feto, pero también la protección de la salud y los derechos que le asisten a la mujer”.

Sí admitió que el Departamento de Salud debía hacer un mejor trabajo en la recopilación de estadísticas en cuanto al aborto, y sostuvo que ya estaban trabajando en esa línea.

Durante la extensa vista, que incluyó algunos intercambios caldeados entre la presidenta de la Comisión de Asuntos de Vida y Familia, la senadora Joanne Rodríguez Veve, y otras legisladoras, el doctor Mellado abogó por una mayor educación para tratar el tema, y evitar que los embarazos se conviertan en abortos. Llamó a una mejor educación sexual, incluyendo temas de anticonceptivos y profilácticos, así como acabar con estigmas sociales que señalan a una joven si hace uso de ellos.

Una vez acabada la vista, Mellado explicó que el Departamento de Salud hizo su ponencia, mirando la situación social y tomando diferentes criterios, tras escuchar entre otros a obstetras expertos y víctimas de violación.

“Yo tengo mi opinión personal, como médico, como padre, como cristiano que soy. Pero tengo que mirar más allá de si ese proyecto es bueno, y si ese proyecto entonces tampoco me trae dese el punto de vista salubrista que entonces a esa temprana edad muchachitas empiecen a hacerse abortos, como ocurre en otros lugares”, sostuvo Mellado, agregando que ahora mismo puede ser, y de hecho ocurre, que jovencitas consigan medicamentos que pueden usar vía para tener un aborto espontáneo, con todas las complicaciones que eso puede traer.

“Redactado como está (el proyecto) no lo avalamos, porque el criterio clínico es el que tiene que responder”, afirmó el secretario.

Aún con enmiendas, sostuvo que “el problema que tengo es si queremos que ese 94% se vaya a perder ese derecho por ese 1% que quizás no lo están haciendo mal” y recordó que esa práctica es legal, “y no podemos criminalizar a ese médico que lo está haciendo”.

La senadora Rodríguez Veve le dejó saber al secretario durante la vista que, tal como habían ya anunciado, se harían varias enmiendas al proyecto para atender algunas inquietudes que trajo y que ya se habían planteado antes por otros deponentes. Entre esas enmiendas mencionó, eliminar el término específico de 22 semanas para establecer la viabilidad y dejarlo al criterio médico; eliminar el requisito de dos doctores para llevar a cabo el aborto, eliminar el requisito de un método específico para hacer el aborto; eliminar el requisito de la firma de la mujer y cualquier otro dato que permita su identificación en el registro que se haría para fines estadísticos.