Salpafuera en el aeropuerto
Miles de pasajeros son enviados a cuarentena voluntaria, en un proceso que arrancó con muchas dificultades.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
PUBLICIDAD
Nellie McCaferty llegó a la Isla a las 11:15 a.m. de ayer, miércoles, procedente de Nueva Jersey con el resultado de una prueba molecular negativa realizada en menos de 72 horas de su arribo a la Isla y la cual le costó $175. Después de haber estado por una hora y 45 minutos en una larga fila para poder salir del aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, en el que tuvo que aguantar gritos y personas colándose, nadie le pidió que presentara el resultado.
“Nadie me pidió mi prueba y yo las tenía en la mano”, aseguró la mujer, conocida como Cuca.
Su experiencia en general del primer día que se implementa la orden ejecutiva 52, la cual regula la entrada de viajaros al país en un intento de controlar el contagio con coronavirus, no fue buena. Dijo que fue “horrible”.
“Fue una desorganización increíble y había muchas personas de la Guardia Nacional. Había un montón de señores allí parados haciendo nada. Fue demasiado desorganizado”, describió.
La mujer contó que en medio del salpafuera que había, de personas gritando y colándose, personal de la Guardia Nacional comenzaron a orientarles para que llenaran el documento en el celular.
“Era bien difícil hacerlo (llenar el formulario). Cuando lo terminaba, se borraba de nuevo”, contó.
El problema que enfrentó la mujer es que no le quería aceptar el teléfono celular con código de área 201 de Nueva Jersey. Aceptó que con la presión que sentía, comenzó a gritar palabras malas.
“La computadora tiene algún defecto y no está cogiendo las cosas que son verdaderas. Un celular mío no lo podía coger. El cuestionario nada más cogía un teléfono de 787 y yo no tengo eso, porque yo no vivo aquí y me inventé un teléfono. Eso me lo dijo el tipo que me estaba ayudando, by the way”, se sinceró.
Dijo que, tras el mal rato, con poner un número falso de teléfono y con solo decir que se quedará en el Condado, sin escribir el detalle específico del nombre de la calle y número de la casa, pudo salir del aeropuerto.
“No me pidieron teléfono de mi papá ni la dirección de dónde me iba a quedar. Si me quieren venir a buscar en Condado, tienen que averiguar a ver dónde pueden empezar”, afirmó la mujer para denunciar los errores del programa recién inaugurado.
McCaferty contó que no le hubiera molestado tener que estar los cinco días que estará visitando a sus padres de cuarentena, pero destacó que nadie tendría manera de averiguar si la cumple.
“¿Me van a poner un general que me venga a buscar para que yo no salga de mi casa? ¿Van a gastarse el dinero? Eso es ridículo. Si no hacen arreglos, no va a funcionar. No creo que la gobernadora (Wanda Vázquez) se ha dado cuenta del problema que ella empezó. Yo la traje (la prueba) y se la pasaron por donde no da el sol. Yo me gasté $175 para que la prueba me estuviera en 72 horas. Y ahora, ¿la gobernadora me va a devolver los chavos para atrás porque nadie lo vio?”, denunció.
Otros turistas entrevistados por Primera Hora también salieron del aeropuerto sin limitaciones, aun cuando comunicaran que solo pasarían unas horas en la Isla para más tarde salir en otro vuelo. Este fue el caso de Awilda Galba, quien salió solo a complacer a sus tres hijos y luego se marcharía a la República Dominicana.
“Yo no traje mi prueba molecular, porque yo tengo niños menores y estábamos prácticamente en cuarentena. Yo vengo de paso. Yo lo que estoy es haciendo escala aquí”, expuso la mujer.
La mujer resaltó las bondades de las medidas implementadas, como lo fue la recomendación de permanecer en cuarentena en su estancia en la Isla. Más, sin embargo, aceptó que no las cumpliría.
“Mis hijos son de aquí y yo llevaba mucho tiempo viviendo aquí y quieren comer Martin’s BBQ. Yo no me voy a quedar. Yo simplemente voy de paso, no tengo síntomas, no he estado con nadie con síntomas y si me tomaron la fiebre, no tengo fiebre, no tengo ningún síntoma”, dijo para justificar su salida por varias horas hacia las calles de San Juan.
Muchos no traían la prueba
Al igual que Galba y McCaferty, miles de viajeros pisaron ayer suelo boricua y tuvieron que hacer largas filas para salir del aeropuerto. La mayoría no traía ningún resultado de la prueba molecular del coronavirus y tenían la esperanza de que una vez se bajaran del avión los evaluaran con la prueba rápida para conocer si habían sido contagiados.
Pero, la historia fue otra. La mayoría fue enviado a una cuarentena obligatoria por 14 días sin que se le realizara ningún análisis de laboratorio para detectar el mortal virus.
Desde Orlando llegó Wilany Arroyo con sus dos hijas menores de edad a atender una emergencia familiar y Raúl Salas se dirigía a la finca de sus padres en Utuado para ayudarles en el trabajo diario. Mientras, desde Filadelfia arribó Samuel del Valle con otros seis miembros de la familia a asistir al funeral de un tío y Wilkins Massa llegó a pasar siete días de vacaciones en San Juan. Ninguna traía el resultado de la prueba y cargaban un bagaje de dudas sobre cómo se pondría en funciones la orden ejecutiva.
Arroyo, Salas y Del Valle expusieron a Primera Hora que cumplirían con la cuarentena obligatoria. Sin embargo, alegaron que irían a casa de algún familiar boricua a encerarse por varios días.
Massa, quien llegó con varios menores de edad, dijo, por su parte, que desconocía las restricciones de movilidad que se le impondrían para disfrutar de sus vacaciones.
“A mí no me dijeron nada de eso”, señaló, cuando Primera Hora le preguntó si se quedaría encerrado en el hotel durante sus vacaciones en la Isla.
Aceptó que esperaba que le hicieran la prueba en el aeropuerto.
“A mí me dijeron que me la iban a hacer aquí ahora mismo, pero no me han dicho nada. En el avión estaban diciendo que los que iban a hacerse la prueba, que se la hagan”, expuso.
Sin embargo, las pruebas rápidas para detectar COVID-19 solo estaban disponibles para pasajeros que presentaran síntomas de la enfermedad, según informó el general de brigada Miguel Méndez, quien comanda el equipo a cargo del cernimiento en los puertos. Esto se debe a la escasez que existe en la Isla.
Víctor Soto, quien llegó desde Orlando para quedarse a vivir en la Isla, explicó que no se hizo la prueba en Florida, porque “allá si uno se hacía la prueba, tenía que esperar como unos 10 días o dos semanas para que te dieran el resultado y se supone que tiene que ser a 72 horas de llegar. Así que no valía la pena realizársela”.
El hombre dijo que se iría a cuarentena junto a su esposa y el lunes acudirían a un laboratorio.
“Si todo sale bien, pues salimos de esto (de la cuarentena)”, señaló.
Soto respondió con un “no sé” cuando se le cuestionó si cree que funcionará una cuarentena de manera voluntaria.
“Yo creo que esto no va a servir de mucho. Pero, si es así, qué vamos a hacer”, afirmó.