Al filo de las 10:00 a.m., el ataúd con los restos mortales del exgobernador Rafael Hernández Colón fue sacado de la residencia en la que falleció, en Viejo San Juan.

El féretro estaba cubierto por la bandera de Puerto Rico.

Uno de los hijos y un nieto del exgobernador, José Alfredo Hernández Mayoral y Pablo José Hernández Rivera, respectivamente, estaban en la residencia y salieron acompañando el féretro. También se veía, dentro de la residencia y llorosa, a Nelsa López.

Entre las figuras presentes, también estaba la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz.

El cuerpo sería llevado, escoltado por policías, a Ponce, donde se celebrarían parte de los actos fúnebres.

En un breve aparte con la prensa,  Hernández Mayoral, quien hace unos 15 años se llegó a proyectar como aspirante a la gobernación, dijo que "no se sabía con certeza cuándo esto iba a ocurrir".


Hernández Mayoral describió la proclama de 30 días de duelo, decretada por el actual gobernador Ricardo Rosselló, como "un reconocimiento a lo que él representó".