Revive la propuesta de una estatua de Trump en San Juan
La gobernadora Jenniffer González indicó que está interesada en colocarla en el Paseo de los Presidentes, junto a otros que han visitado la Isla.
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La gobernadora Jenniffer González Colón quiere que se coloque una estatua del presidente Donald Trump en el paseo frente al lado sur del Capitolio, donde están representados nueve presidentes que han visitado Puerto Rico durante su mandato, y estaría haciendo gestiones a esos fines, según indicó a la revista Politico.
La gobernadora comentó a esa publicación que el presidente Trump, quien acaba de comenzar un segundo término como primer ejecutivo estadounidense, “merece” esa estatua, y que ella corrió una campaña a la gobernación, que eventualmente resultó ganadora, con una postura a favor de Trump.
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Sin embargo, Trump ha sido un presidente bastante impopular en Puerto Rico, y en las pasadas elecciones generales, pese al respaldo que le dio González Colón, apenas recibió 26.7% de los votos en la papeleta por la presidencia de los Estados Unidos, si bien esa votación que llevó a cabo paralelamente con las elecciones locales fue un acto puramente simbólico, sin consecuencia alguna en el conteo real de votos.
De hecho, muchas personas consideran que Trump insultó a Puerto Rico durante su polémica visita en el 2017, luego que la Isla fuera devastada por el azote del huracán María, y su acción de lanzar papel toalla al público durante un encuentro con el pueblo ha sido particularmente condenada.
La tensa relación del presidente Trump con Puerto Rico también ha quedado manifestada en otras instancias, como cuando sugirió que pediría al gobierno de Dinamarca cambiar a Puerto Rico por Groenlandia o, más recientemente, durante su campaña presidencial, cuando en un acto de campaña en Nueva York uno de sus oradores invitados se refirió a Puerto Rico como “una isla flotante de basura”, comentario que generó profunda indignación en múltiples sectores, incluso más allá de la comunidad puertorriqueña.
Por su parte, la gobernadora, que es republicana como el presidente Trump, y quien alega tener una buena relación con él, en parte gracias a su trabajo como comisionada residente en Washington, no lo respaldó cuando corrió a la presidencia por primera vez en 2016, pero sí lo hizo cuando buscó su reelección en 2020. Le retiró el apoyo temporalmente luego de los violentos incidentes del 6 de enero de 2021 que culminaron con la ocupación del Capitolio en Washington, por entender que había incitado esa insurrección, pero luego le volvió a respaldar en su más reciente campaña presidencial de 2024, y lo ha mantenido desde entonces, incluso con las nuevas controversias que se han generado entre Trump y Puerto Rico.
La idea de la estatua de Trump no es la primera vez que se plantea, pues en principio en dicho paseo se estarían conmemorando todas las visitas presidenciales a la Isla, y ya en el 2018 se comenzó a hablar de la de Trump. Inclusive, ante la mención de que no había fondos disponibles para una nueva estatua, un grupo de jóvenes republicanos comenzó una campaña de recolección de fondos.
Pero, tal como sucede con la población en general, la idea de erigir una estatua de Trump no es vista con mucho entusiasmo entre los legisladores, algo que el propio presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, dejó saber en su momento, cuando comentó, precisamente a Primera Hora, que “yo no simpatizo tampoco mucho con Trump, y no creo que haya mucho puertorriqueño que simpatice con él”, si bien aclaró que “hay una ley (orden administrativa) que exige que todo presidente que haya visitado Puerto Rico se le reconozca de esa manera”.
De hacerse valer finalmente la orden, no solo habría que colocar una estatua de Trump, sino también otra de Joe Biden, quien también visitó Puerto Rico durante su mandato.
Cabe resaltar también que las estatuas de los presidentes, entre las que se incluyen los presidentes Theodore Roosevelt, Herbert Hoover, Franklin D. Roosevelt, Harry S. Truman, Dwight Eisenhower, John F. Kennedy, Lyndon B. Johnson, Gerald Ford y Barack Obama, han sido objeto de controversias y hasta protestas. Uno de los incidentes más recientes ocurrió precisamente luego del comentario de la “isla flotante de basura”, cuando el cineasta y activista José Alberto “Tito” Román Rivera derramó pintura roja sobre las estatuas, como un acto simbólico de protesta.
Por otro lado, las estatuas también se han convertido en una especie de atractivo turístico, y es frecuente ver visitantes que acuden allí y se toman fotos junto a ellas.