Reveladores hallazgos del sinhogarismo en 54 pueblos de Puerto Rico
El informe es parte del Conteo de Personas Sin Hogar que se lleva a cabo cada dos años y se circunscribe a pueblos fuera del área metropilitana y la región norte de la isla.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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El último Conteo de Personas Sin Hogar en Puerto Rico reveló que fuera del área metropolitana y la región norte de la isla, el 87% de la gente sin techo no tiene un albergue seguro donde pernoctar y, en su lugar, lo hacen en casas o edificios abandonados, en las calles, parques, carros, debajo de un puente, en un garaje, canchas, almacenes, en casa de un amigo o donde los coja la noche.
Así lo explicaron en entrevista con Primera Hora portavoces de la Coordinadora Moriviví, agencia colaboradora del Sistema de Cuidado Continuo (CoC-503, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro que tiene como misión promover la integración, planificación y uso estratégico de los recursos disponibles para la prestación de servicios dirigidos a las personas sin hogar. Su labor se realiza mediante alianzas entre los sectores comunitarios, gubernamentales y privados que atienden a esta población en 54 municipios de la isla ubicados en el sur, este, oeste y zona central. En Puerto Rico existen dos Sistemas de Cuidado Continuo. El CoC-502 tiene la misma función que el CoC-503, pero en el área metropolitana y norte del país con atención exclusiva en 24 pueblos.
El Conteo de Personas Sin Hogar se realiza cada dos años y es un requisito del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano federal (HUD) y se realiza por los CoC con la colaboración de voluntarios de las organizaciones y municipios. Aunque está lejos de reflejar un censo real del problema de sinhogarismo en la isla, sirve para identificar las necesidades de las personas sin techo y ayuda a las organizaciones gubernamentales y sin fines de lucro a establecer mecanismos de alcance, prevención y servicios. Primera Hora ha solicitado en varias ocasiones los resultados del Conteo a nivel isla al Departamento de la Familia, pero la petición no ha sido atendida. Por eso este reportaje se enfoca en los datos concernientes a los 54 pueblos atendidos bajo el CoC-503.
Cabe señalar que, a pesar de que el último Conteo se había realizado en el 2019, la pandemia retrasó la logística de la dinámica y la última encuesta se efectuó la noche del pasado 4 de marzo en todos los municipios de la isla.
“Aunque no es un censo, para nosotros es una radiografía de lo que está ocurriendo. Y en esta encuesta, aunque el número de personas contabilizadas (1,189) compara con las 1,190 del 2019, estamos viendo una realidad más compleja porque el 87.1% son personas no albergadas. Para que tengas una idea en el 2015 las personas no albergadas era de 73.6%”, acotó Sandra Jiménez, coordinadora de Moriviví.
Para efectos del estudio se considera personas sin hogar aquellos individuos o familias que pernoctan en un lugar público o no seguro como alojamiento para dormir, como lo son los parques, autos, edificios abandonados, entre otros. También caen en renglón de sinhogarismo los que viven en un albergue supervisado a modo de vivienda temporera, incluyendo albergues de emergencia, viviendas transitorias o moteles y hoteles costeados por organizaciones benéficas o programas del gobierno local, estatal o federal. Las víctimas que están refugiadas en albergues huyendo de algún patrón de violencia doméstica también se consideran personas sin hogar.
De esas 917 personas no albergadas, el 33.7% dijo vivivr en una casa o edificio abandonado; el 20.1% en una calle o acera; el 7.3% en una casa no apta para vivir (sin servicios de agua o luz); el 2.2% en un parque; mientras que el resto reveló estar durmiendo en carros, debajo de un puente, en casas de amigos, canchas, almacenes o donde los coja la noche. De otra parte, el resto de la gente que sí estaban refugiados dijo hacerlo en albergues de emergencia o viviendas transitorias.
¿Por qué creen que se debe el aumento de personas no albergadas?, se le inquirió saber al personal de Moriviví.
“Puede ser que los albergues no estén adaptados para la demografía que estamos viendo. El modelo de servicios de emergencia que se cubren con fondos ESG (Emergency Solution Grant), que son los que financian albergues y servicios de prevención, están diseñados para personas sin hogar crónicos y no se han ido adaptando al demográfico de personas sin hogar que tenemos hoy día. La encuesta reveló que el 51.6% de las personas identificadas estaba enfrentando el sinhogarismo por primera vez y muchos de estos no se sienten seguros en los albergues tradicionales porque así lo manifiestan. Y es que muchos de estos lugares se diseñan para atender a pacientes de salud mental o problemas de adicción”, dijo por su parte Beatriz Grau, coordinadora de planificación del organismo.
Cónsono con las encuestas de pasados años, la mayor parte de las personas sin hogar son hombres. En esta ocasión el 76.6% son de género masculino, mientras que el 20% son mujeres. De igual forma, se identificaron dos personas e, una de género fluido o no binario y una persona que estaba “cuestionándose la identidad de género”. Hubo otros 34 encuestados que rehusaron responder.
Aunque la mediana de edad fue de 50 años, cabe destacar que la persona de menor edad identificada sin hogar tenía menos de un año y el mayor 87 años. Esto refleja que la visión de proveedores deben poner atención en atender las necesidad tanto de infantes, niños y adolescentes, así como la de los adultos mayores que está en la calle desprovistos de una vivienda segura. En el caso de menores de 18 años son personas que pertenecen a familias sin hogar. De hecho, al comparar los datos del conteo de 2019 con los obtenidos en 2020, se registró una proporción mayor de familias sin hogar o deambulando en núcleos (8.1% versus 7.2%). De estos, una alta cantidad (98.7%) no estaban albergados
“También hemos visto cambios en comunidades de 18 a 24 años donde la mayoría de estos jóvenes, un 94%, respondió que no estaba albergado. Otra cosa que llama la atención es que alrededor de cuatro de cada 10 (42.9%) estuvo en un hogar de crianza o bajo tutela del Estado. Por otro lado, el 35.7% indicó haber estado en un algún momento en alguna institución juvenil, centro de detención o cárcel , y una proporción similar en una institución u hogar de tratamiento para tratar una condición de salud mental o uso de sustancias o alcohol”, subrayó Jiménez.
Respecto a los jóvenes el informe destacó también que las tres fuentes principales de ingreso son: empleo a tiempo parcial u horas irregulares (14.3%), dinero de personas en la calle o desconocidos (14.3%) y beneficios del gobierno (14.3%). Asimismo un 28.6% indicó no tener ingresos mientras que el 21.4% desconoce o prefirió no responder.
¿Cuáles son las razones que llevan a estas personas a estar en estos escenarios de tanta vulnerabilidad?, se indagó.
“Según la encuesta realizada en los 54 pueblos de nuestra área la primera razón está relacionada al uso de drogas y alcohol con un 40.4% de los casos. En segundo lugar están los problemas familiares con un 24.2% y es aquí donde vemos a muchos jóvenes. A lo mejor este conteo no lo recoge por el asunto de las limitaciones que tiene la metodología, pero hay muchos jóvenes en condición de calle y los vemos durmiendo en los bancos de universidades, en los autos, en estacionamientos... también hay una gran cantidad de jóvenes de la comunidad LGBTT”, acotó Grau.
Un dato singular a juicio de las entrevistadas es que en este conteo el desempleo ocupa el tercer lugar con un 18.3% entre las causas por las cuales las personas están sin hogar, seguido por problemas financieros o económicos con un 17.8%.
“Solo un 2.4% atribuye las razonesa a una consecuencia directa al COVID-19, y dentro de este grupo la gran mayoría (42.1%) señala al desempleo como la secuela principal relacionada a la pandemia. Otro 31.6% también mencionó el uso de drogas y alcohol como secuela de la crisis. En términos generales, al analizar los datos, se observa que una de cada cinco personas sin hogar, la razón principal está vinculada al tema económico”, reflexionó Jiménez.
Respecto a cambios en los patrones geográficos, también se obsevaron diferencias significativas con otros conteos. En algunos municipios el número de personas sin hogar aumentó en más de 10 casos. El municipio donde se reflejó el aumento mayor es Vieques que de cero casos reportados en 2019 ahora registró 75.
“Esto no significa que antes no estaban. Es que ahora se contabilizaron a las personas de este municipio que viven en lugares abandonados o estructuras no seguras”, explicó Grau.
Los 10 municipios del CoC 503 con mayor número de deambulantes son Caguas, Ponce, Vieques, Mayagüez, Humacao, Gurabo, Aguadilla, Guayama, Juana Díaz y Fajardo.
Las portavoces de Moriviví destacaron también que el informe evidenció diferencias por raza, cuando se comparan los datos obtenidos en 2022 con aquellos que provee la Encuesta de la Comunidad (ACS, por sus siglas en inglés) que provee el Censo de Estados Unidos.
“Una comparativa con los datos de 2020 del Censo presenta una proporción mayor de personas que se identifican como negras o multirraciales en el Conteo, al compararse con la población general de Puerto Rico”, sostuvo Jiménez.
¿Con toda esta información a la mano qué se puede hacer?, se les consultó.
“Estos resultados reflejan la complejidad y distintas manifestaciones del sinhogarismo en Puerto Rico y deben verse en conjunto con otras fuentes de información como el Sistema de Manejo de Información de Personas Sin Hogar (HMIS) y el Sistema Coordinado de Entrada. Es apremiante seguir creando espacios de diálogo y acción para adaptarnos a esta realidad que nos está dando este conteo e impulsar una agenda enfocada en manejar las distintas dimensiones del problema y las barreras sistémicas que inciden en el mismo”, manifestó Grau.